Epilogo

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Corrí lo más rápido que pude, maldiciendo a Kazutora por decirme, ya muy tarde, donde iría Takemichi a buscar a Mikey.

--Vamos, Haru, corre—susurré jadeando, tomando el arma que guindaba en mi cadera y apretándola fuertemente en mi mano.

No quería usarla, tenía un mal presentimiento y no quería usarla. Pero años en aquel trabajo me habían hecho confiar ciegamente en mi instinto y sabia... sabía que él estaría allí. Por eso temblé asustada cuando entré al fin a aquel edificio abandonado de boliche y oí tres disparos seguidos.

"No... Takemichi" pensé recordando rápidamente a Hina probándose el vestido de bodas.

A Kazutora murmurando que no tendría cara para mirar a los otros si a Takemichi le pasaba algo antes de su boda. Corrí rápidamente, con el corazón en la garganta y entonces llegué para ver a Mikey mirar a un arrodillado Takemichi cerca de unas viejas ventanas con los vidrios rotos.

Y Takemichi estaba lleno de sangre, mirándolo con ojos tristes, sangre salía de su boca mientras Mikey le decía algo que no alcance a oír, porque mis oídos pitaban y lágrimas quemaban mis ojos. Solo alce mi arma y apunte a Mikey, mi corazón rompiéndose por lo que haría.

Pero dude, dude sabiendo que no debía y Takemichi posó sus ojos sobre mí, haciendo que Mikey girara rápidamente y dispara dos veces, a ciegas, pero dando de lleno contra mí. No era la primera vez que me disparaban, obviamente, pero, dolió más que nunca, dolió mi pecho y estómago, pero, sobre todo, dolió mi jodido corazón.

Takemichi jadeó mi nombre, ¿Cómo podía ser así? Aun estando por morir, se preocupaba por otros. Yo mire a Mikey, sintiendo mis manos débiles, el arma había caído y ni me cuenta me di, solo pude mirarlo, porque en sus ojos negros enmarcados por unas grandes ojeras, vi al Mikey del que me enamore.

Su horror, su dolor al darse cuenta de a quien le disparó.

"sigues allí" pensé sonriendo débilmente, notando que mis rodillas habían cedido y ahora estaba en la misma posición que Takemichi.

Y Mikey nos miraba a ambos con horror, con mucho horror, era como si acabara de despertar y se diera cuenta de que la pesadilla era realidad. Quizás Naoto había tenido razón cuando dijo que el líder de la Boten tenía algún problema de personalidad, debí hacerle caso y dispararle a Sanzu cuando pude, porque sabía bien que ese hijo de perra era uno de los culpables de todo aquello.

"al igual que Kakucho" pensé apretando la mano en mi pecho, sintiendo mi vista titilar.

--Haru—susurró Mikey, cerca.

Alce mi rostro, apenas cubierto por mi flequillo y mire su rostro lleno de lágrimas, sus manos sin armas temblaban acercándose a mí. Podía entender porque Sanzu y Takeomi habían hecho lo imposible para que no me reuniera con el, o porque Kakucho se negaba a que continuara buscándolos... Mikey aun reaccionaba con los que amaba.

--Hey, Mikey...--susurre sonriendo con dolor--¿al fin vamos a descansar?

Sabía que no debí decirle eso, pero sabía que también era mi adiós, podía sentirlo en el frio que calaba mi cuerpo. Mikey apretó sus labios y dejó caer su rostro, había culpa en su expresión.

--Yo... voy a salvarlos—habló de pronto Takemichi, tras de Mikey, tan manchado de sangre como yo, Mikey entornó sus ojos al oírlo y supe que fueron las palabras correctas.

Porque siempre anhelé que alguien salvara a Mikey, yo no había podido, no importara cuanto me había esforzado, lo perdí a él y a Kakucho tanto como perdí a Izana.

"por favor, Takemichi... sálvalo" pensé mirándolo con ojos suplicantes, encontrándome brevemente con su mirada.

--No importa cuántas veces lo intente—murmuró mirándome, entendiendo lo que le pedía y luego mirándolo a el—yo te salvare, Mikey, por ti... hare lo que sea.

Diez Encuentros ~ Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora