Capitulo 9

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Un mes después, Ken me llevaba en su espalda mientras caminábamos por un parque, de camino a casa, Kakucho venía con nosotros, charlábamos de la visita que había tenido de aquella trabajadora social que me ayudó en el reformatorio. Yo le había pedido a Masamichi-san que la llamara, le di las gracias por cuidarme y me disculpe por escaparme; ella solo sonrió, bastante triste, pero orgullosa al saber que estaba ya entrando a la universidad, con apenas 16 años, que pronto serian 17. La mandé a llamar, porque decidí cobrar la herencia que dejaron mis padres, para poder pagar mis matrículas universitarias y poder alquilar un departamento, solo para mí y Kakucho, Ken se había negado a venir, y aunque Masamichi-san quería que me quedara con él, cosa que no me molestaba, no pensaba dejar a Kakucho solo. La trabajadora social, que respondía porque el nombre de Kirei Momoi, aceptó mi solicitud y como Masamichi-san me había adoptado oficialmente, pude cobrar la herencia.

Y estábamos hablando de eso, pues ya tenía el departamento para irme con Kakucho, solo debía esperar respuesta de la universidad.

Por otra parte, Masamichi-san tuvo una conversación conmigo, respecto a la universidad, pues sabía que pronto debía recibir mi respuesta por parte de ellos. Hablamos de mi pasado y le aseguré que saber de mi pasado no cambió realmente mi personalidad, solo me hizo más consciente de lo jodido que estaba el mundo y me recordó lo fuerte que fui, lo valiente... y las buenas personas que conocí durante ese tiempo. Mis palabras hicieron que esa preocupación que veía en sus ojos desapareciera al fin, y solo revolvió mi cabello, recomendándome seguir yendo al psicólogo, y que lo visitara, aun cuando fuera a vivir en otro sitio, el seguía siendo mi familia.

Dijo que no podía perder esta oportunidad que poseía de tener una buena vida. Y le afirme que lucharía por dicha oportunidad, así como también lucharía por una oportunidad para Kakucho, darle la que no tuvo Izana.

—hay una universidad en Kanto—comento Ken, sorprendiéndome—dependiendo de lo que quieras estudiar, me parece que podrías ir allí, Haru.

—esta algo lejos—me queje entonces.

—media hora no es tan lejos—comentó Kakucho tranquilamente.

—ya tengo el departamento y no perderé ese dinero—volví a replicar, aun apretada a la espalda de Ken, pero luego miré la de Kakucho—hagamos cambio.

—Al fin, Dios escuchó mis plegarias—musitó Ken cuando me baje de su espalda.

Lo miré con desdén y subí a la espalda de Kakucho, su brazo ya totalmente sano, al igual que el mío y mis costillas.

—¿y qué piensas estudiar, Haru? —preguntó Ken mientras retomábamos nuestra caminata.

—Ingeniería mecánica—respondí.

Kakucho rio entre dientes y Ken abrió su boca confundido.

—¿desde cuándo te gusta eso? —preguntó el ultimo.

—desde pequeña—respondió Kakucho por mí—siempre le han gustado las motos y autos.

Ken me miró sorprendido y luego frunció el ceño.

—¿y la... tu que no recordaba su pasado, también sentía gusto por esas cosas? —preguntó algo incómodo.

Le sonreí para calmarlo.

—si, por eso siempre tocaba tu Zephyr cuando no estabas cerca—confesé y reí al ver su expresión indignada.

Llegamos al local después, nos separamos para hacer nuestros deberes, pues, Masamichi-san había permitido que Kakucho se quedara allí solo por un mes, y mientras pasaba ese mes, así como Ken tenía deberes, Kakucho también los tenia. Me acerque a la oficina de Masamichi-san cuando termine de hacer su cena y allí pude decirle sobre mi decisión de estudiar ingeniería, y que mi nuevo departamento ya estaba listo.

Diez Encuentros ~ Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora