Yo le creo a Daddy

234 13 1
                                    

La pequeña castaña despertó alterada y sudando de aquel horrible sueño que la llevaba atormentando lo que parecían ser años.

Su cuerpo temblaba y su respiración se cortaba, podría jurar que había corrido un maratón sin parar.

"¡Daddy!"

Gritó pidiendo ayuda con la esperanza de ser escuchada ya que gracias al reloj color rosa que se encontraba sobre la mesa de noche podía ver qué eran más de las 3 de la mañana.

Pero sus ojos se cerraron de alivio cuando segundos después se escucharon pasos apresurados hacia su habitación.

"¿Muñeca?"

Pregunto la voz preocupada de aquel hombre que la había acogido y dado comida como si fuera su hija propia después de aquel accidente con su familia.

No hablaban mucho de ello, a Daddy no le gustaba ya que se ponía triste al recordar que no es su familia de sangre, por lo tanto la pequeña chica no preguntaba más sobre el tema, no le gustaba ver a daddy decaído.

"¿Otra pesadilla?"

La dulce chica asintió con las mejillas mojadas, apretando la sábana blanca entre sus puños.

Kuroo rápidamente se acercó hacia ella y se sentó a un lado de la cama pasando sus largos y fuertes brazos sobre su cuerpo meciéndola de un lado a otro.

"Tranquila cariño, es solo una pesadilla, no es real"

"S-se siente t-tan real, aquel hombre m-malo de nuevo me g-golpeaba"

Y es que soñar por lo menos una vez a la semana con un aterrador e imponente hombre de capucha golpeándola con lo que parece ser un bat de baseball no era agradable.

Podía sentir el dolor en su cuerpo como si verdaderamente la estuvieran atacando.

Era realmente escalofriante

"El hombre malo no existe Alida"

Un largo suspiro salió de sus labios cuando Kuroo comenzó a acariciar tu espalda.

Daddy era la única persona en la que podía confiar, el único que la apoyaría en sus decisiones y entendería su condición.

"Nadie querrá jugar con una niña como tu, pero yo si por que te quiero mucho y entiendo lo especial que eres"

Aún recordaba sus palabras y sonreía como si fuera la primera vez.

"Daddy te quiere tanto que a pesar de que nadie quiere jugar contigo el está dispuesto a hacerlo". Se decía a sí misma una y otra vez.

Sus juegos no le parecían muy divertidos ya que en algunas ocasiones eran dolorosos, pero lo soportaba solo para hacerlo feliz.

Y es que el era tan bueno con ella.

Decía que la castigaría si se portabas mal y verlo enojado no estaba en los planes de Alida, por lo tanto, ella siempre fue una niña buena y el siempre la trato con cariño.

"Sh sh sh, ya está preciosa"

Kuroo susurraba meciéndola de un lado a otro.

"Estas conmigo. Nunca te dejare sola"

Y sin saber porqué, sus palabras le dieron miedo en cierto sentido creando escalofríos en su cuerpo.

Pero rápidamente alejó los malos pensamientos.

"Daddy nunca me haría daño"

"El me ha dicho muchas veces que nadie me querrá como el lo hace"

"Y yo le creo".

Vahído Donde viven las historias. Descúbrelo ahora