Wang y Zhan son los primogénitos y herederos de sus respectivos clanes, enemigos naturales que deben unirse en una cruzada para salvar a sus padres y pueblos, la condición para encontrar el objeto que los salvara a todos es simple, "no te involucres...
Con su rostro pegado en el césped y sus caderas levantadas, Wang hacia su mayor esfuerzo para aguantar las duras embestidas de Zhan, mientras sus brazos eran firmemente retenidos contra su espalda y utilizados como riendas para profundizar y moverlo según las necesidades de Zhan.
- Zhan...
- Yibo Córrete...
- Zhan...haaa...
- Yibo solo una vez más...
- Zhan no puedo ahhh... no me queda nada...
Zhan tomó el miembro de Wang y comenzó a generar fricción mientras seguía embistiendo desde atrás.
- Ahhh... mnnhhg... Zhan...
- Sigues duro...
- Si ahhh... porque sigues haaa... dentro de mí...
- ¿Y si golpeó aquí?
- Ahhh... maldita sea Zhan...Hnngg
- Tu interior tiembla.
- Ahhh... ahí si haaaa...en esa parte ahhh...
Zhan aun entusiasmado arremetió con fuerza mientras las piernas de Yibo seguían temblando.
- Mnhhgg... Zhan...ahhhggn...
Los graves gemidos de Wang sonaban incomparablemente deliciosos para Zhan cuando este llegaba al orgasmo, no obstante, a pesar de que sus dedos sostenían aquella erección en ese momento, no pudo sentir ningún tipo de líquido salir de el.
- ¿Te corriste?
- Zhan ahhh ya te lo dije... no me queda nada – Zhan liberó los brazos de Wang y este se dejó caer agotado sobre el césped – ya no puedo más, estoy seco.
Zhan volteó con gentileza el cuerpo de Wang y se recostó a su lado.
- Lo siento.
- Vas a pagármelas Zhan... - Wang se esforzaba por recuperar el aliento mientras Zhan reía ante aquellas palabras – aun no he decidido si romperte un brazo o no dejarte cogerme otra vez.
- Rómpeme ambos brazos si quieres.
- Idiota.
Zhan se acercó al rostro de Wang sonriéndole y beso sus húmedos parpados.
- Rómpeme lo que quieras, piernas, dedos, espalda – Zhan acarició el rostro de Wang mientras profundizaba su mirada en esos ojos claros – pero no rompas mi corazón.
Avergonzado, Wang negó con su cabeza mientras se hundía en el blanco y firme pecho de Zhan.
- Ya casi amanece...
- Si – Wang abrazó a Zhan con fuerza – debemos ir por el elixir y volver.
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