Wang y Zhan son los primogénitos y herederos de sus respectivos clanes, enemigos naturales que deben unirse en una cruzada para salvar a sus padres y pueblos, la condición para encontrar el objeto que los salvara a todos es simple, "no te involucres...
- ¡Wow! esperen a que sus padres se enteren de esto.
La voz sonrió despectivamente mientras se relamía los labios y tocaba sus propios genitales contemplando el desastre delante de él.
Wang y Zhan se incorporaron rápidamente, sorprendidos y desagradados por la aparición de un ser poco deseado.
- Eso no es necesario amigo, ¿Qué tal si lo convertimos en nuestro pequeño secreto? - sonrió Zhan para calmar la tensión en el rostro de Wang.
- Mi silencio tiene un precio muy alto amor - sin dejar de verlo lamio la punta de su dedo saboreando vulgarmente.
Al notar la mirada pervertida del esclavo, Zhan tomó la capa de héroes y cubrió con ella rápidamente el cuerpo de Wang, gestión que fue totalmente en vano ya que este lujurioso visitante no tenia ningún interés en Wang, el simple y descaradamente se devoraba por completo el perfecto cuerpo de Zhan.
-¿Qué hace aquí el perro de la Diosa Ganeka? - gruñó Wang mientras cubría el cuerpo de Zhan notando la lujuria con la que era observado su amante - ¿no tienes algo mejor que hacer que no sea mirar de esa forma tan asquerosa a Zhan?
- ¿Acaso lo que veo es cierto? El niño mimado de Lanling está bebiendo vinagre por aquel hombre que públicamente reconoció como su enemigo en cada oportunidad que tuvo, jajaja, eres un descarado Wang Yibo.
La atronadora y descarada risa hizo eco en la cueva, al tiempo que Wang se llenaba de culpas y remordimiento, intentó ponerse de pie pero Zhan lo tomó del brazo y evitó que este se precipitara.
- Qué más podría estar haciendo aquí amor mío, obedezco las ordenas de mi reina - su mano quiso acariciar el rostro de Zhan pero fue detenido por la mano de Yibo, quien lo miró lleno de ira y asco, incapaz de controlarse.
- No lo toques maldito asqueroso.
- ¡Ay Yibo! me excita verte de esa manera - sus manos comenzaron a frotar su entrepierna - tan posesivo con el hombre que hace unos minutos te hacia gritar como una perra en celo.
-Tú... maldito bastardo - esta vez Zhan no pudo detenerlo a tiempo, Yibo saltó y apretó por el cuello a Ayanga, mientras este seguía riendo como un demente.
-Yibo suéltalo, no vale la pena - Zhan cogió con firmeza y dulzura sus manos y las alejo del cuello de Ayanga - concentrémonos en lo importante - Wang respiró intentando hacer lo que Zhan le pedía.
Antes de que los ánimos pudieran mejorar Ayanga tomo a Zhan por la espalda y lo pego a su cuerpo, dejando salir sus grandes y famosas garras asesinas enterrándolas sin mucho cuidado en el cuello de este.
El rostro de Wang palideció en cuestión de segundos, todo el miedo se acumuló en su garganta, haciéndole hablar con dificultad.
-Déjalo ir - su manzana se vio ir y venir - vas a lastimarlo.
Ayanga estaba tan feliz de ver a Wang así de descompuesto, que no quería perder la oportunidad de incomodarlo todavía más, decidiendo así que su siguiente paso fuera aún más osado. Sin quitarle la mirada a Wang comenzó a bajar una de sus manos por el dorso denudo de Zhan, mientras que con su lengua recorrió húmeda y ruidosamente la nuca y el cuello de Zhan dejando hilos de saliva entre su piel y su boca.
Wang no puedo soportarlo más y se lanzó para ayudarlo, pero se detuvo drásticamente cuando un gemido de dolor salió de la garganta de Zhan.
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