El otro lado

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Era como transportarse a otro mundo, un mundo que desconocía. Todo era muy diferente de Utopia, las calles eran anchas y muy largas, las casas eran de gran tamaño y una que otra demasiado ostentosa, el color era algo que caracterizaba cada lugar de esa ciudad. Las personas caminaban con grandes vestidos y ropas llenas de pequeños detalles, como si las hadas se hubieran dedicado a bordar cada pequeño brillo.
Las banderas estaban por todos lados, el escudo de la nación era una gran mariposa que se encontraba en cada pequeña y gran bandera.

- Es muy...

- ¿Llamativo? ¿Nuevo? ¿Extraño? - Preguntó Yunho esperando una respuesta.

Mingi veía el rostro iluminado y emocionado del rubio al ver cada pequeña cosa de su nación natal.

- No la imaginaba así. - Le respondió mientras intentaba seguirle el paso.

Ambos habían llegado a la nación de Aurora y Yunho no había tardado en pedirle que salieran a caminar por el centro de aquella ciudad antes de que tuvieran que seguir su camino hasta la capital de la nación.

- Espero terminemos con esto pronto, he pensado que puede ser un pequeño grupo en contra de los reyes. - Le dijo mientras se acercaba a una tienda donde vendían libros y posaba su mano en el cristal.

- Solo querías una excusa para venir aquí. - Se acercó y vio lo que miraba Yunho. - Y ponte tus guantes, hace frío y te doleran los dedos.

- No lo harán. - Aún con lo que dijo, dejó que el pelirrojo le colocara los guantes con cuidado.

- Sí lo harán y no podrás tomar nada caliente hasta que lleguemos a... - Y una extraña neblina se apareció entre ambos.

- ¡Hola! - Saludó San con una sonrisa.

- San, pensé que nos veríamos en la capital. - Yunho se sorprendió al verlo ahí.

- Y no debes aparecerte así como si nada, te pueden ver, es un milagro que Yeosang se haga el ciego y no te mande a decapitar. - Mingi se había llevado un susto al verlo aparecer de la nada.

- Tranquilo, chico grande, ustedes son tan altos que nadie me ve entre ustedes. - Dijo con una voz relajada.

- Tiene razón Mingi, si alguien te acusa por ver tu especialidad, los reyes no pueden solo dejarlo pasar. - Suspiró por sentir el frío entrar por su nariz.

- ¿Tienes mucho frío? ¿Cómo sientes la espalda? - Le preguntó Mingi al verlo tallarse las manos.

- Todo bien, todo bien. - Le respondió sin darle importancia.

- ¿Aún no sana la herida? - San lo veía confundido.

El rubio negó.

- Wooyoung dijo que tardará pero ha estado llevando tratamiento para adelantar a que cicatrice. - Mingi miraba alguna tienda donde pudieran entrar para no sentir tanto el frío. - No es como que te arranquen alas todos los días.

- No recordaba que durara tanto en curarse.

San tomó a Yunho de la muñeca y comenzaron a caminar hasta un callejón de la ciudad.

- Lo puedo llevar a la capital ahora mismo, para que lleguen a donde se quedarán este tiempo. - Propuso el cambia formas. - No está bien que sientas tanto frío con una herida grande.

- No, no haremos eso. - Rechazó la oferta que le daba su amigo. - No puedes ir por ahí gastando la energía de Seonghwa, sabes que llevar a otras personas contigo gasta mucha y...

- Ya lo sé. - Se cruzó de brazos.

- ¿Qué hay de Wooyoung? - Preguntó Yunho.

- Pobre chico, todo este tiempo soportando a este gato mimado. - Mingi comenzó a crear un poco de calor con las palmas de su calor para después pasarlas por los brazos de Yunho.

Secrets And Lies: The other nation - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora