•𝐇𝐀𝐕𝐄 𝐀 𝐓𝐎𝐌𝐎𝐑𝐑𝐎𝐖• [Guy x tú]

3

Capitulo #3

"El llamado a lo desconocido"

Caminaban a la par, viendo como el sol se iba y dejaba lindos colores en el cielo. Tú jugabas con Brazos mientras Guy te explicaba algunos mecanismos de sus inventos, pero algo los dejos perplejos.

Un sonido casi idéntico a una caracola los llamaba, ambos se dirigieron una fugaz mirada, le dirigiste una sonrisa triunfante mientras subías al perezoso al hombro del chico, en cambio el solo rodo los ojos. Apenas giraste tu rostro Guy salió disparado apenas vio el cielo, no entendiste el porqué, solo veías como una parvada de pájaros bailaba al compás del aire, te encogiste de hombros y emprendiste a paso lento en la misma dirección la cual Guy se había marchado.

"Crack"

Detuviste tus pasos al escuchar como algo se rompía cerca de ti.

—¿Hola? — preguntaste.

Te pusiste a una distancia precavida, a la primera señal de movimiento saldrías disparada a la dirección en la cual estaban los pastos secos. Todo era muy silencioso, demasiado silencioso para tu gusto, ignorando todo volviste a emprender el paso fingiendo tranquilidad, pero por dentro querías gritar y hacerte volita en el suelo.

Pero al parecer hoy no era tu día de suerte, ya que un arbusto se sacudió ligeramente cuando te alejaste el primer metro, un escalofrió llego a tu nuca y aceleraste el paso a casi correr, pero te tropezaste a comienzos con una raíz que sobresalía dejándote tirada en el suelo, esperaste todo menos que la cosa entre los arbustos soltara una ligera risa, baja pero audible.

—¿Quién anda ahí? — volviste a preguntar.

Una mano salió de entre los arbustos y te dio una señal de alto, sorprendida por los adornos en su mano, te sentaste cerca del arbusto, pero por supuesto con algunas rocas en tus manos por si te atacaba. El brazo empezó a golpear el suelo con su puño con sucesiones extrañas, el ruido creaba ecos entres los árboles, aunque sin ser el propósito de los golpes te dejaron en claro que no había animales cerca que podrían hacerte daño.

De entre las hojas salió un pequeño monito de color azul, amarillo y con ligeras líneas blancas en diferentes partes de su cuerpo, el pelito de su cabeza estaba elevado hacia arriba como un copete y tenía unos grandes ojos amarillos que te recordaban a las puestas de sol que tanto te gustaban.

La mano volvió a dar golpes en el suelo dirigidos al monito, este dio un gran golpe y salió corriendo para apegarse a tu pierna. La mano se adentró entre las hojas y dijo un casi inaudible "lo siento" para dejar todo en completo silencio entendiendo que se había ido.

Unos segundos te quedaste quieta, reaccionaste luego de procesar lo que había ocurrido—¡O-Oye! ¡No puedes dejar a tu bebe aquí! — trataste de correr hacia el matorral, pero él bebe te hizo tropezar por accidente con su colita, dejándote sin posibilidad de alcanzarlo.