Epílogo

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Ocho años después.

Toda carrera tiene su final, todo concierto llega a su fin, los telones bajan, las luces se apagan, el público se marcha.

Es sabido que todo lo que comienza debe terminar, pero para los cuatro chicos que se inclinan hacia el público, que reciben una ola de gritos vigorosos, no ha acabado.

Diez años han pasado desde que "The Last Desire" se creó, diez años desde el momento en el que cuatro chicos se juntaron para cumplir un sueño, para luchar por una meta.

Y ahora, lo habían conseguido. Todo acaba en el mismo lugar en el que comenzó.

—¡Así se hace! —Stephen grita con entusiasmo—. ¡Ardimos hasta el último segundo!

—No puedo creer que se acabó—. El mayor de los cuatro sonríe con nostalgia—. Chicos, ha sido el último concierto.

Una ola de nostalgia invade a todos.

—Ha sido completamente increíble —Jake sonríe hacia los tres chicos frente a él—. Lo conseguimos ¿no es cierto? Realmente lo hicimos.

Ethan extiende la mano al centro, invitando a los otros tres a imitarlo. Las palmas se encuentran en el medio, mientras las miradas emocionadas de sus dueños se dejan ver.

Un grito eufórico llena el pasillo cuando las palmas se elevan, un abrazo grupal que marcaba el fin de una carrera comenzada mucho tiempo atrás. Han dejado atrás a esos chicos soñadores, ahora son hombres.

Cada uno tiene su camino, a partir de ahora, cuatro ramificaciones se abrían delante de ellos, cada uno tomaría un sendero diferente, pero había algo que los uniría para siempre.

—Lo que sea que venga ahora, será tan grandioso como esto —Ethan asegura—. Somos una familia. Y vamos a volver.

La firmeza se palpa en su voz.

—No es un adiós —dice Alexander—. Es un hasta pronto, chicos.

Lo sabían, era imposible apartarse de la familia, imposible decirles adiós a los hermanos.

Se apartan, retrocediendo, mirándose los unos a los otros.

Les decían adiós a los escenarios, pero la vida continuaba ahí afuera, y detrás de los reflectores, siempre serían ellos.

Siempre serían cuatro chicos unidos por un deseo en común.

Siempre se puede volver a comenzar. Y ellos, ellos eran la prueba viviente de ello.

En ocasiones, tener un último deseo no es sinónimo de desesperanza, no significa que todo ha acabado, que hemos perdido. No es sinónimo de que estamos a punto de desaparecer. Sino que tal vez, un nuevo comienzo está a punto de surgir.

Uno que tiene preparado más cosas grandiosas de las que siquiera puedes imaginar. 

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Es definitivamente el epílogo más corto que he escrito, pero no significa que no es el que más me costó. 

Con esto le digo adiós a mis chicos :C Ha sido realmente maravilloso escribir sobre ellos, espero que esta corta aventura les haya gustado tanto como a mí, que hayan disfrutado el proceso tanto como yo he disfrutado escribirlo. 

¡Gracias por todo el apoyo! No tengo palabras para agradecerles tanto. 

¡Nos leemos pronto en nuevos proyectos! 

PD: Si tienen alguna pregunta sobre lo que sucedió con los chicos luego del epílogo, pueden dejármela en los comentarios y la responderé en un apartado. 

 

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