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Hallie.

Baje del auto y mire a mí alrededor vi como todos los chicas se abrazan mientras caminaban hacia la entrada o como los chicos chocan el puño.

─ Hasta luego hija ─ escuche decir a mi padre.

─ Adiós, papi.

Empecé a caminar hacia la entrada. Fui directo a ver cuál era mi casillero, vi un papel en la pared la cual estaba ordenada alfabéticamente para saber cual era mi respectivo casillero busqué mí apellido me tocaba el casillero uno en la fila d, me dirigí hacia allí hasta que vi a un chico en el casillero de al lado al parece estaba intentando abrir mí casillero caminé un poco más rápido hasta llegar a el.

─ ¡Oye! ¡detente!, ese es mi casillero.

El chico lo hizo movió su cabeza, sus ojos cayeron en mí. Sus labios forman una mueca.

─ Estoy tratando de abrir mi casillero, ¿acaso eres ciega?

─ No ─ declaré algo borde ─ Resulta que es es mí casillero.

Su rostro se transformó a uno confundido, tocó con su dedo su mandibula que no es por nad pero que mandibula, me miró a los ojos.

─ ¿Tu casillero? ─ cuestión haciendo una mueca ─ Se supone que este era el mío, no lo entiendo.

─ Te habrás equivocado o tal vez los directivos se confundieron pero no te procupes suele pasar.

El solo hizo un intentó de sonrisas que le salió más una mueca.

─ Supongo que fue asi, perdon.

─ Somos seres humanos nos equivocamos, no te procupes.

El solo asistió para luego irse, supongo que en busca de su casillero, metí la llave y la giré para abrirla metí mis cosas dentro. 

Vi la hora en el reloj, Dios solo tengo 1 minuto para entrar a clases, corrí hacia clase vi como todavía no había venido el profesor Dios me salve, dirigí mí mirada hacia los bancos en busca de uno vacío pero para mí desgracia todos estaban ocupados menos uno en el cual estaba una chica, me dirigí hacia es asiento.

─ ¿Puedo sentarme? Si no te molesta claro. ─ pregunte algo tímida mientras sonria de manera nerviosa. Ella giró su cabeza hacia a mí.

─ Claro, no me molesta

— Gracias.

Me senté mientras acomodé mí mochila en la parte trasera de la silla, giré mí cabeza hacia ella, la vi dibujando algo en un cuaderno ella giró su cabeza hacia mí.

— Dibujar es lo que me gusta hacer  — dijo mientras se acomodaba en su silla — Soy Amy y ¿tu?

— Hallie — vi como el profesor entraba por la puerta.

— Hola chicos, lamento la demora, abran el libro en la página veinticinco.

Todos abrieron el libro en la página exacta en la que dijo el profesor y yo hice exactamente lo mismo que ellos.

◞♡°

El timbre ya había tocado, todos estábamos yendo hacia la cafetería estaba muerta de hambre.

— ¡Hallie! ¡Espera! — gire mí cabeza hacia atrás para ver a a Amy que venia corriendo hacia mí.

— Oye, ¿te encuentras bien?

— Oh si, lo siento no quería asustarte. Quería decirte si te gustaría comer con mis amigos y yo.

— Claro — tal vez sea una oportunidad para hacer amigos.

 𝐒𝐢 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐬𝐮𝐩𝐢𝐞𝐫𝐚𝐧 | © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora