★ ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟟 ★

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Cuando Hisui entro a la casa con Setsuna en brazos todos se quedaron perplejos, parecían una pareja joven de recién casados que venían de una tarde lluviosa a descansar a su hogar.

– Achuu! – Estornudo Setsuna, haciendo que todos volvieran a la realidad y volvieran a hacer lo que estaban haciendo

– Señora Rin, creo que Setsuna se ha raspado la rodilla por poco y se va contra el suelo. - explico rápidamente Hisui.

– Gracias Hisui, podrías llevarla arriba. Ahí hay un cuarto con tres camas, déjala ahí, por favor. El chico solo asintió he hizo caso a las órdenes que le habían dado.

SETSUNA

Luego de que Hisui me subiera a la habitación que mi mamá le había indicado me seque y me cambie la ropa mojada, al parecer llovería toda la noche, pero eso no me molestaba era un clima que amaba y más aún cuando se podía respirar ese aire mojado y fresco. Me eché en una de las camas que había en la habitación para descansar un poco antes de la cena, pero me terminé quedando dormida.

De pronto abrí mis ojos y no podía mirar nada alrededor, nada más que una neblina espesa. Comencé a caminar sin rumbo, parecía como si no avanzara nada, todo estaba igual... hasta que vi algo a lo lejos, comencé a correr en esa dirección. Sentí como una bomba de escenas regresaban a mi cabeza ¿Por qué sentía esto? Una angustia interminable, tenia ganas de llorar, gritar. ¿Realmente estos eran mis recuerdos? Yo no recordaba haber vivido tanto.

¿Me lo prometes?

Es una promesa...

Esas palabras vinieron a mi cabeza, pero no pudo ver en que momento sucedió. ¿Quién me dijo eso? Necesitaba respuestas, ¿Por qué mi cabeza bloqueo todo eso? Sentía un gran peso en mi pecho, ya no podía respirar.

– Setsuna baja a cenar, Setsuna. – Me había despertado gracias a ese llamado, ¿Qué me había pasado? Estaba llorando, pero no recordaba la razón, me limpie las lagrimas y me dirige a la puerta de la habitación

– Ya voy

– ¿Qué te paso? Te demoraste en responder. – pude ver la preocupación en los ojos de Moroha al verme salir de esa manera

– Al parecer tuve una pesadilla, aunque no lo recuerdo muy bien. – No quería darle más vueltas al asunto así que supuse que era una pesadilla.

Luego de cenar, Towa, Moroha y yo subimos a la habitación del segundo piso. Siempre que veníamos ocupábamos esa habitación, es bastante espaciosa y tiene una gran vista hacia al bosque. Nos quedamos conversando durante 2 horas, luego cada una se acostó en su cama. Pero al parecer yo no podía dormir, oh genial mañana voy a morirme de sueño. Odio no poder dormir. Quizás caminar un poco haría que me de sueño, salí de la habitación tratando de hacer el menor ruido posible y me dirige a la pequeña sala que está en el primer piso, me encantaba esa parte de la casa, de cierta forma me recordaba a la casa de mis abuelas, tenia grandes vidrios que remplazaban las paredes y también había una puerta que te llevaba justo al bosque, quería sentir el viento húmedo, dirige mis pasos para abrir la puerta. Era como estar hipnotizada por el bosque, como si me dijera que me adentre en el.

– Es muy noche para estar despierta y salir afuera ¿No crees? – esa voz hizo que regresara a la realidad, pensé que todos estarían durmiendo

– No tengo sueño. – respondí

– Que coincidencia, yo tampoco. Pero te aconsejo no salir afuera te puedes enfermar con el frio que esta haciendo. – ¿Se estaba preocupando por mí? Ahora que lo pienso, cuando resbale con la lluvia el me cargo y me dijo que tuviera más cuidado, incluso me llevo hasta la habitación, solo asentí a lo que me había dicho. Mire una vez más afuera, hacia el bosque

– Buenas noches Hisui, deberías de dormir. – dije pasando por su lado, salí de la sala y volví a subir a mi habitación. Ese bosque tenía una extraña energía, siempre lo he sentido de la misma manera, cada vez que venia acá inconscientemente me acercaba más y más. Pero estaba vez sentía curiosidad por adentrarme por mi propia cuenta. ¿Qué me estaba pasando?

De un momento a otro, gotas de lluvia empezaron a impactar contra la ventana, la lluvia comenzaba otra vez.

KAI

No podía dormir por más que lo intentaba, vi a Hisui levantarse y salir de la habitación, al parecer él tampoco podía dormir. Es extraño aquí, como si alguien te vigilara, ese bosque no era normal. Lo sentí cuando bajé del auto. Existen distintas leyendas que cuentas que hace muchos años un grupo de brujas se esparció alrededor del mundo, hechizando bosques al azar para que cuando personas pasaran por ese lugar se perdieran y nunca más volvieran a salir. Al paso de los años algunas personas con poderes mágicos trataron de revertir ese hechizo y lo convirtieron en bosques que te "Ayudan" que te "guían". Aunque jamás entendí a que precisamente se referían con esas palabras, al igual que jamás creí en esas historias, pero ver este bosque me hizo recordar aquella historia que mi madre me conto cuando era un niño. Pero me preguntó quién la habrá contada aquella historia, jamás la llegue a escuchar en ningún otro lugar.

SETSUNA

No sé cómo, pero me quede dormida. Mire por la ventana, el clima era templado. Al parecer Moroha y Towa ya se habían levantado. Mire la hora y ¡Dios Santo! Son las 11 de la mañana. Acabo de batir un nuevo récor, jamás había dormida hasta tan tarde, sin duda alguna este lugar es raro. Me puse un buzo y una cafarena y salí rápidamente de mi habitación.

Al bajar me encontré con mi mamá y tía en la cocina, estaban limpiando mientras conversaban

– Setsuna, cariño que bueno que despertaste

– Buenos días. – me senté en una silla mientras mi mamá me acercaba el desayuno. – Gracias, he dormido de más. Perdón

– No te preocupes Setsuna, a veces es bueno dormir un poco más de la cuenta. – me dijo mi tía, solo asentí con una sonrisa mientras tomaba mi café. Mi mirada se fue directamente al bosque, no había sol, estaba nublado. Me daban ganas de salir afuera y caminar sin rumbo.

– Si vas a salir, ponte una casaca o un suéter, no quiero que te enfermes. – Mi mamá siempre preocupándose. – Esta bien, gracias mami.

Deslice las puertas, abriéndolas. El clima frío impacto contra mí, millones de hojas siendo llevadas por el viento. El hermoso paisaje que tenía frente a mis ojos, era perfectamente hermoso y a la vez se sentía tan bien.

– ¡Setsuna! ¿Quieres jugar con nosotros? – Dirigí mi mirada hacia mi lado derecho, ahí estaban Towa, Kai, Moroha y Hisui sentados en el pasto con un tablero de ajedrez.

Un destino juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora