Un destino juntos

★ ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟝 ★

"Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente... Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."

El hilo rojo del destino es invisible, atado a sus meñiques desde el momento en el que nacieron. Une a las personas destinadas a conocerse, este hilo jamás desaparecerá, puede enredarse, estirarse, pero... jamás romperse. No importan las circunstancias o el momento, ambas personas están destinadas a conocerse, a establecer un lazo afectivo, un vínculo. La magia del corazón.

Cada una lo interpretara a su manera, pero algo es seguro "Almas gemelas son corazones unidos... unidos por una eternidad"

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¿El hilo rojo del destino? Conocía la palabra, pero jamás se había interesado por saber de aquella leyenda, para ella no era más que una historia sin sentido. Sus abuelas les habían dicho que lo interpretaran a su manera, pero... ¿Qué tan cierto podía ser? Setsuna miro la palma de su mano, precisamente su meñique. Un hilo invisible que estaba atado a su dedo, ese hilo la unía a la persona con la que estaba destinada a compartir su vida, a la persona que amaría por el resto de su vida...

De pronto sentía curiosidad por saber quien seria aquella persona. ¿Cuándo la conocería? O ¿Ya la conocía? ¿Será tan mágico como dicen? No había tenido una buena experiencia con las "relaciones amorosas" a pesar de tener 16 años jamás había estado con alguien, pero era porque no quería, prefería dedicarse a otras cosas. Pero no era la única su hermana y prima pensaban lo mismo, muchos en el colegio las miraban indiferentes por el simple hecho de que no hayan estado con alguien, pero eso era lo de menos. Le había encantado la leyenda que le habían contado sus abuelas, agradecía que fuera de ellas que la escuchara tenían una manera tan hermosa de contar las historias. Y ahora que lo pensaba Moroha tenía mucha razón ¿Por qué esperar hasta ahora para contársela?

- Es porque... ya están a la edad de saberlo, es una leyenda muy bonita que los niños no la entenderían perfectamente, pero ustedes sí. Además, siento que el amor esta por llegar a ustedes, aunque no les aseguro que sea la persona con la que están unida por el hilo rojo. – sonrió muy cálidamente Izayoi

Setsuna también sonrió al recordarlo, no se apresuraría, esperaría a que el amor llegara a ella no iba a estar pendiente. "Dicen que el amor llega cuando menos te lo esperas" y ella si creía en esa frase.

- ¿Amor? Creo que ya lo estoy empezando a sentir. –susurro Moroha para sí misma y finalmente cayo dormida

- ¡¿Ehh? ¿Qué dijiste?! – cuestiono la peliblanca quien se encontraba sentada a su lado, pero era muy tarde Moroha estaba completamente dormida. Towa apoyo su cabeza en la ventana mientras observaba el paisaje que estaban recorriendo, y ella también se quedó dormida.