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23 de diciembre de 2005

Ran y su hermano habían estado todo el día arreglando el quiosco del parque.

Ponían flores que el de trenzas sabía que le gustaban a la castaña, además de decoraciones, una mesa y dos sillas.

El larguirucho de verdad estaba muy entusiasmado, si todo salía bien sería más que feliz y no se iba a arrepentir de ello, estaba seguro.

El regalo estaba listo, había velas, había cosas tan bonitas.

Lo que más resaltaba eran aquellas hermosas orquídeas blancas y los hermosos tulipanes de diferentes colores.

En el lenguaje de las flores eran cosas tan bonitas las que significaban.

Y no, no se arrepentía de todo lo que había hecho por ella, por que este día era importante para el sin importar que.

En verdad estaba enamorado de la chica, y no tenía vergüenza de admitirlo, después de todo, eran sus sentimientos.

Habían tardado tanto arreglando aquel quiosco que no se había dado cuenta de la hora, era bastante tarde a decir verdad, pero aun faltaba que colocasen aquella tira de focos, era el último toque.

El menor de los Haitani de encontraba agarrando la escalera y el de trenzas colocaba los focos rápidamente pero bastante apretados, no quería que ocurriese un accidente.

Después de esto debía ir a arreglarse a la casa, después de todo tenía puesto un pants y una sudadera, su típica vestimenta relajada.

Rindō estaba sonriendo, su hermano estaba muy entusiasmado y si así era el también lo estaría, sobre todo por que este día era muy importante para el mayor.

Se veía tan feliz y no tenía ni una sola duda de que su ahora amiga sería feliz también.

Una vez hubieron terminado caminaban en dirección a la casa, con un Ran bastante inquieto, después de todo, no sabía cómo resultaría todo esto.

Se había hecho un tanto tarde mientras arreglaban el árbol, y cuando por fin terminaron llegó un Rindō con una vestimenta bastante formal a pedir que Nisha lo acompañase

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Se había hecho un tanto tarde mientras arreglaban el árbol, y cuando por fin terminaron llegó un Rindō con una vestimenta bastante formal a pedir que Nisha lo acompañase.

Esta no se negó, pero si tenía curiosidad de a donde iban.

-¿A donde vamos? -Preguntó mirándole.
-No puedo decírtelo, pero debo entregarte a alguien ahora. -Sonrió a la chica.

Esta quedó confundida, hasta que dieron unos pasos más y se encontraron con el de trenzas.

-¡Hanii! -La castaña se abalanzó a abrazarlo, después de todo, no se habían visto en gran parte del día.
-Hola linda. -Sonreía.
-¿Donde estuviste todo este tiempo? -Estaba curioseando.
-No puedo decírtelo, pero quiero llevarte a un lugar. -Le dio un beso en la frente.
-Uhm bien, yo te sigo. -Le sonrió.
-Me temo que tendrás que vendarte los ojos cariño. -Acarició su cabello, colocando una venda negra en sus ojos.

Lɪɴᴅᴀs ᴛᴀʀᴅᴇs ᴅᴇ ʟʟᴜᴠɪᴀ 「 Rᴀɴ Hᴀɪᴛᴀɴɪ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora