La fémina se encontraba incómoda mientras esperaba su chocolate caliente, obviamente estaba disimulando su incomodidad, ignorando a las personas a su lado.
Una vez llegó su chocolate caliente se lamentó por no haberlo pedido para llevar.
Tendría que tomarse aquel chocolate caliente ahí, con los dos chicos a su lado, incómoda.
La mesera preguntó si había algo más que desearan, pensando que los 3 venían juntos.
-¿Algo más que deseen? -Preguntó la señorita mirando a los dos chicos. -Un Ice Americano, por favor. -Pidió el chico de la cicatriz. -También un Capuchino de Mocha. -Fue el albino. -Enseguida. -La señorita se alejo, dejando a las tres personas en la barra en silencio.
Esperaba que esto no fuera cosa de sus primos, o al llegar a casa los mataría por sacarle tremendo susto.
Lo único que se le ocurrió fue sacar su teléfono disimuladamente y enviar la ubicación al primero contacto que le apareciera.
Realmente no sabía que contacto había sido, después de todo no hablaba con tanta gente y podría ser alguno de sus primos.
Recibió un mensaje, más no lo abrió, estaba esperanzada de que entendieran la referencia de su ubicación.
Ignorando aquella notificación le dio un sorbo a su chocolate caliente con bombones.
Realmente era su perdición.
Estuvo un momento pérdida en sus pensamientos hasta que sintió como alguien hacía a un lado el cabello que cubría su cara.
Por instinto se puso a la defensiva, más no realizó ningún movimiento, pero su mirada era una asesina.
Volteó a ver a la persona que había hecho eso, encontrándose con unos ojos morados y unas cejas albinas.
Elevó una ceja, esperando a que el contrario hablara.
-Necesitamos que nos acompañes a un lugar, linda y dulce Nisha. -Sonreía. -No iré, estoy ocupada. -Sonrío falsamente. -¿Quien eres? y ¿Cómo sabes mi nombre? -Preguntó volviendo a sorber de su chocolate caliente. -Soy alguien más cercano de lo que crees, Nisha. -Seguía sonriendo ¿por que sonreía? -Mi nombre es Izana, pero lo importante es que tu debes venir con nosotros. -Parecía no haber escuchado que estaba ocupada. -Disculpa, ¿no me escuchaste? Estoy ocupada. -Frunció el ceño. -Te escuche linda, pero eso no impedirá que vengas con nosotros. -Le dieron escalofríos por el tono que el albino había usado. -Dije que no. -Se volteó a su chocolate caliente intentando ignorar a las dos presencias a su lado. -No recomiendo que nos ignores. -Ahora habló el chico de la cicatriz, siendo ignorado de nuevo por parte de la chica.
Tomaba su chocolate caliente rápidamente, gracias a aquellas dos personas no podría disfrutar su chocolate, y eso le molestaba.
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