★Cʀɪᴍɪɴᴀʟ☯︎ | Cʜᴀᴇsᴏᴏ x Jᴇɴʟɪsᴀ G!P

𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘝𝘦𝘯𝘵𝘪𝘥𝘰𝘴 -𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘣𝘢 𝘵𝘰𝘥𝘰, 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘰-

Mi cabeza dolía, y mis ojos no podían acostumbrarse a la fuerte luz.

Con dificultad pude ver mejor y darme cuenta que estaba en una camilla, con una intravenosa en mi brazo, estaba claro en que lugar me encontraba.

Me incorporé sentandome y mi mamá entró con sus ojos hinchados, había estado llorando.

—Cariño... ¿Como te sientes?

—Mamá yo... Tuve una pesadilla, mi abuela... Ella... Había muerto, quiero verla ¿donde está?... Quiero hablar con ella— dije entre balbuceos y mi mamá siguió llorando. —Mamá ¿por qué lloras?

—Mi niña... No fue... Una pesadilla— mi cuerpo dejó de reaccionar al escuchar esas palabras, solo escuchaba los sonidos del Monitor Holter, que marcaba los latidos de mi corazón.

—No... Ella... Eso es mentira— hablé luego de unos segundos procesando la terrible información.

—Rosé...

—¡No! ¡Esa es una vil y cruel mentira! ¡Mi abuela está viva! ¡Ella no está muerta!— grité desesperada y mi mamá corrió hacia mí para calmarme, pero me salí de si.

Empecé a removerme en las sabanas y mi pulso se aceleró.

No sé como pero caí al suelo, mi cabeza dolió aún más fuerte y cerré los ojos intentando aguantar el dolor.

Mi mamá gritó mi nombre con miedo y se agachó a mi altura para ayudarme a levantarme.

Tres doctores llegaron corriendo a la habitación y abofete la mano de uno de los doctores levantándome de golpe.

La intravenosa me impedía salir.

No sé de donde saqué fuerzas pero la arranqué de mi brazo, sentí un ardor y estoy segura que le hice daño a mi vena pero no me importó.

Salí de la habitación a paso asegurado, y a llegar a la sala de espera ví una imagen que jamás olvidaré.

Lisa estaba tirada en el piso, con su cabeza en el regazo de Dahyun mientras ella le acariciaba el cabello calmandola. Mi papá y mi abuelo estaban de pie en una esquina con sus ojos hinchados como seguramente yo los tenía.

Bajé la velocidad de mis pasos y me acerqué a mi hermana, dejándome caer a su lado de rodillas en el suelo.

Ella se sobresaltó y cuando me vió soltó un sollozo y me abrazó.

Cerré mis ojos con tanta fuerza que sentí que me quedaría ciega.

La rodeé con mis brazos y empezamos a llorar juntas.

—Ella... Esta m-muerta... Rosie— la escuché susurrar y negué varias veces, no podía dejar de llorar.

Mi brazo, mi cabeza y mis ojos dolian.

Nada comparado con el dolor que sentía mi corazón.

—No... Eso... Es mentira— volví a negar.

Me rehusaba a aceptar que ella se había ido.

¿Qué pasa cuando perdemos a un ser querido?

Nuestro corazón duele, nuestro ser pide que sea mentira y nuestro cerebro lo sigue procesando.

Esa era mi situación en ese momento.

Mi corazón dolía, mi ser pedía a gritos que fuera una mentira y mi cerebro aún lo estaba procesando.

Lisa se separó de mí y con sus ojos aún llorosos me ayudó a levantarme.

—Hay que ir a verla...— susurró.