𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘊𝘶𝘢𝘳𝘦𝘯𝘵𝘢 -𝘋𝘦𝘤𝘪𝘴𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴-

711 76 17
                                    

Decisiones....

Existen decisiones en la vida que me parecieron tan absurdas en ese momento, como cuando vas a una tienda y no sabes que pedir.

¿Pido helado de vainilla? ¿O pido helado de chocolate?

O cuando vas a salir a algún lugar y no sabes que ponerte.

¿Me pongo el vestido negro o el morado?

Es que el negro se me ve hermoso, el morado también, aunque, es mi color favorito, y los dos son del mismo diseñador...

Y empiezas a dudar dándole tantas vueltas al asunto.

En la vida existen las pequeñas decisiones, como esas que acabé de decir, y las grandes, como la que yo tenía que decidir.

Mi chica o mi hija.

Hubiera deseado que me hubiesen puesto a elegir entre cincuenta tipos de chocolate diferente, o entre treinta vestidos de diferente color, eso me parecía más fácil que decidir entre las dos personas que más quería.

No había tiempo el reloj a mi espalda corría sin parar y el Doctor esperaba una respuesta, impaciente.

Sonaba egoísta pero la respuesta era clara, personas como ella no volvería a encontrar si la dejaba ir, por eso esperaba haber tomado la decisión correcta.

—Mi novia...— respondí sin titubeos, temblando, me quedé a esperar intentando ser consciente de lo que había hecho.

"Perdoname"

era lo único que podia pensar, la cabeza me dolía como si me estuvieran dando con un martillo, el aire se me hacia pesado y estaba a punto de desmayarme.

La situación más agobiante que viví.

Fueron al menos cinco minutos más de espera, la ansiedad se hizo presente y varias lágrimas se escaparon ante lo que hice.

Ella me iba a odiar.

Entonces una enfermera vino corriendo hacia mí.

—Ya puede pasar a ver a su novia y a su hija— algo en mí se removió pero quise no ilusionarme, por mi bien de que no fuera verdad.

—Está equivocada Señorita, el Doctor me avisó que una de las dos...— no terminé la frase puesto que me interrumpió.

—Ambas están vivas, felicitaciones Señora Park, tiene a una esposa y hija muy valientes.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Dar a luz... Sin anestesia, con lágrimas en tus ojos, y sintiendo como la vida se te va en cada esfuerzo que haces, es una mierda.

A eso, sumale el sentir que tu hermana puede morir y listo, tendrás el parto más jodido de la historia. Fue suficiente para caer exhausta en esa cama, me sentí desfallecer cuando un llanto invadió la habitación.

—Jennie...— susurré y ví la silueta de Rosé a mi lado mientras ella tomaba mi mano.

—Tranquila... Todo está bien.

—Mi hermana...— hice el intento de levantarme pero era inútil, después de dar a luz te sientes tan cansada que cualquier movimiento de tu cuerpo es casi imposible.

—Lisa está con ella— asentí —Quiero ver a Mel, ¿dondd está?— dije.

Ella miró a las enfermeras, pidiendo una respuesta.

—En la incubadora— dijeron y mi corazón se arrugó... Mi niña tenía que estar bien después de tanto.

—Tengo que verla— apreté la mano de Rosé, queriendo levantarme de nuevo sin ningun éxito.

★Cʀɪᴍɪɴᴀʟ☯︎ | Cʜᴀᴇsᴏᴏ x Jᴇɴʟɪsᴀ G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora