TylerSu reacción me sorprendió, se terminó de poner rápido la camiseta para que no pudiera ver su tatuaje y se fue rápido a sentarse a las tumbonas tapándose la cara.
Es un simple tatuaje, no entendía nada, parecía que estuviera hasta llorando, así que decidí actuar gentil y sentarme a su lado rodeando mi brazo por su hombro.
– No sabía que no querías que lo viera. Pero es un tatuaje tampoco es para tanto.
Ella subió la cabeza y me miro con sus preciosos ojos verdes, tenía la nariz roja y le estaban apunto de caer las lagrimas.
– Ey ¿estas bien? Perdona no quería que te pusieras así.
– Estoy bien. Solo malos recuerdos.
Se secó las lagrimas se levantó como si nada haciendo que mi brazo cayera y me extendió la mano, yo se la cogí sin decir nada y me llevo hacia el otro lado de la terraza donde se veía la puesta de sol espectacular.
– Es muy bonito. Si fuera tú viviría aquí en vez de estar en medio de la ciudad. – Dijo intentando cambiar de tema.
– Si fuera por mi lo haría, pero mi padre dice que allí se está mejor, está casa le recuerda a mi madre por eso casi nunca viene.Me dolía sacar el tema, nadie sabía en realidad quien era mi madre ni qué le paso, solo el grupo alfa. Supongo que se lo tendré que explicar a Ángela, pero prefiero esperar.
– ¿Que le pasó a tu madre?– preguntó sacándome de mis pensamientos.
– Murió.
Conteste seco para que se diera cuenta que no quería hablar de eso ahora.
Ella soltó un "oh lo siento" de su boca arrepentida y se giró a mirar el atardecer.
– Me voy a la cama estoy cansado. ¿Donde pretendes dormir?
– Yo... No lo sé, como si me tengo que quedar en el sofá.
No la podía dejar dormir allí, que clase de hombre haría eso.
– Las otras habitaciones son de mi hermano y de mi padre, no creo q les haga mucha gracia que alguien duerma allí, vente a la mía ya dormiré yo en el sofá.Estaba claro que no iba a dormir en sofá, solamente quería ser generoso con ella.
Le enseñe donde estaba mi cuarto y le dije que cualquier cosa estaba al fondo del pasillo, ella se tapó con la manta sobre su hermoso cuerpo que cubría mi camisa.
Joder porque tiene que estar tan buena.Me fui al vestidor y me puse unos pantalones grises sin camisa. Me senté en el sofá y me puse a revisar mi teléfono hasta tarde.
Eran la una de la madrugada cuando fui hacia mi habitación y me encontré con aquella chica de ojos verde revuelta entre mis sábanas. Tuve que contenerme para no despertarla y pedirle a gritos que me follara como nunca. Pero tenía que resistirme, le había hecho creer que la veía como una simple amiga, no podía cagarla ahora.
Lo que hice fue estirarme a su lado, darle la espalda e intentar pensar en otra cosa.A la mañana siguiente, me desperté y ella aún seguía durmiendo. Me dirigí a la cocina para preparar un desayuno contundente ya que anoche no cenamos ninguno de los dos.
Fresas con chocolate, lo que le gustaba tanto a mamá.
Estaba sirviendo el zumo en los vasos cuando escuché unos pasos detrás de mi que paraban justo al lado de la isla de la cocina.
Allí estaba ella, con mi camisa y su pelo despeinado en un moño, me sonrió al ver que me quede encantado con sus pintas. ¿Como me pueden gustar tanto las mujeres?– Buenos días bella durmiente ¿que tal dormiste?
– Bien, tu cama es de lo más cómodo.
Le enseñe lo que estaba preparando y cogió una fresa rellena de chocolate a su alrededor. La mordió y dejó un rastro de chocolate al lado de su labio inferior.
– Tienes chocolate aquí. – Le dije riendo, ella intentó quitárselo pero no sabía el punto donde se encontraba.
Me acerqué a ella y pase mis dedos sobre su labio para quitarle con el pulgar el chocolate. Pude notar su mirada directa a mis ojos desde tan cerca, le devolví mi mirada para encontrarme con sus preciosos ojos. Estaba tan cerca de sus labios que cualquier momento podía acabar liándola.
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Love among skates
Teen FictionÁngela Parker, una chica que por problemas económicos no podía quedarse a vivir en el mismo sitio más de un año. Hasta que un día, gracias a su tía Rose, ella y su madre se van a vivir a un apartamento lujoso en el centro de Nueva York. Antes de emp...