ÁngelaEntramos de nuevo en la casa, saludamos a los chicos como si nada y nos dirigimos hacia la cocina donde habían varias cervezas y refrescos.
– ¿Que se supone que celebramos?
Pregunté ansiosa para que me dijeran ya de que iba todo esto.
John me tapo los ojos con sus grandes manos y me arrastraron hacia la terraza, al retirar sus manos pude ver el cartel.
"Bienvenida a los alfas" Me giré intentando simular mi mejor cara de sorpresa y allí los vi, a todos juntos con unas caras de entusiasmo y enseñando un vestido rojo que extendía Jackson con sus manos.– Este vestido será tu prenda de los alfas, nosotros tenemos una corbata roja a conjunto, siempre que hacemos alguna reunión hay que ponérsela. Bienvenida a nuestro grupo Ángela, ahora eres una más. – Dijo Cristian intentando mantener las lagrimas acomuladas en sus ojazos azules.
No tenia palabras, todo era... Alucinante, pero a la vez raro, no entiendo a qué se refiere con "reuniones" ni tampoco sé porqué hay que ir conjuntados. Pero aún así, me gusta sentirme querida por un grupo de amigos que nunca antes había tenido.
– ¿No vas a decir nada? – Pregunta Jackson dándome el vestido y sacándome de mis pensamientos.
– No se que decir chicos... Me siento la chica más afortunada del mundo.
Gritos de alegría, botellas al aire y mucho alcohol es lo que recuerdo. Iban pasando las horas y cada vez llegaba más gente a la fiesta, aquello parecía una discoteca. De lo poco que recuerdo fue una conversación que tuve con John.
– Eres la primera chica en nuestro grupo, cualquiera mataría por estar en tu lugar.
– Como si fuerais aquí los balones de oro de Nueva York. – resoplé
– Esta charla la continuaremos cuando entres al instituto. – Me advirtió – Pero no creas que será tan fácil, Cristian y Jackson se han pasado toda la mañana haciendo una lista de las normas de este grupo. Buena suerte guapa. – Se levanto me dio un beso en la frente y ya no lo volví a ver.
A la mañana siguiente...
– ¿Ya estas despierta? ¡¿Que coño te dije de volver a beber Ángela?! Me has decepcionado mucho. – recalcó esa palabra.
Escuche la puerta cerrarse. Mi madre estaba bastante enfadada, no la podia juzgar, le prometí que no volvería a beber.
A todo esto, no sé como he llegado a casa ni quien me ha traído. Tengo miedo de saber lo que paso en la fiesta, no entiendo ni cómo he acabado con el vestido de los alfas puesto.
Cogí mi teléfono y llame a Tyler para que me diera explicaciones.Diez minutos después colgué.
Ayer se salió de control, me ha explicado que hice una especie de "striptis" sacándome el vestido rosa. Que me lanze con dos chicas más en ropa interior al jacuzzi y me tubo que arrastrar hacia una habitación. No me ha explicado mucho más, solo que John pidió un taxi y me acompaño a casa.Demasiada información tiene mi cabeza ahora, todo me da vueltas y la resaca va creciendo, creo que me volveré a dormir para dejar de pensar, la solución mas fácil y mas eficaz.
– Ángela Parker son las tres de la tarde, te he venido a despertar a las once. En diez minutos te quiero en el salón, tenemos que hablar.
Oh oh, los "tenemos que hablar" pueden dar realmente miedo si proviene de la boca de mi madre. Me levante, me quite el incomodo vestido que apestaba a alcohol y me puse mi pijama acompañado de una coleta alta. Salí de mi cuarto y antes de sentarme en el sofá al lado de mi madre fui a buscar una pastilla para que me quitara el dolor de cabeza.
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Love among skates
Novela JuvenilÁngela Parker, una chica que por problemas económicos no podía quedarse a vivir en el mismo sitio más de un año. Hasta que un día, gracias a su tía Rose, ella y su madre se van a vivir a un apartamento lujoso en el centro de Nueva York. Antes de emp...