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Muy en contra de mi propia voluntad, asistí a la biblioteca, rechazar la invitación de Jake me parecía algo desagradable, al fin y al cabo, él era uno de los que más se habían acercado a mí. Lo cuál me demostraba que mi coraza no servía para todas las personas y que rechazaba la idea que pretendía dar con mi apariencia. Él era un chico amable y me demostró con esa invitación que se acordaba de mi existencia y de que, además, se había percatado de mi huída del grupo en los tiempos libres en el instituto.

Su compañía era silenciosa y agradable, al fin y al cabo, estaba estudiando y el único sonido que emitía era el del rotulador arrastrándose sobre el papel, resaltando algunos párrafos importantes que supongo que saldrían en su exámen.

El hecho de que le aceptara por cortesía y por devolverle el gesto amable, no significa que tuviera ganas de estar ahí, agradecía su silencio para así estar en paz, pero me planteaba en mi interior qué hacer mientras fingía leer un libro de historia. Él creía que estaba estudiando, también, principalmente porque cuando me invitó me dijo "¿Vienes a estudiar a la biblioteca?" Así que debía estar haciendo eso, estudiar. De cualquier manera, lo que menos se pasaba por mi mente eran las palabras de aquel libro extendido frente a mí.

Pensé y pensé hasta que opté por sacar mi móvil. Jake no se percató de aquello debido a su máxima concentración. Revisé mis notificaciones sin esperar mucho, pero observé un mensaje de Sunoo.
Me preguntó si estaba ocupada esa noche, debatía conmigo misma qué debía hacer, si responderle que sí, que no, o simplemente no responder.

Pero claro, debía usar mi lógica, si había aceptado salir a estudiar con Jake por pura amabilidad, ¿Por qué razón no aceptaría salir con Sunoo, cuando es la única persona que me interesaba?
Le dije que no, llevándole así a preguntarme de nuevo, si me gustaría salir con él, a lo que acepté. Tal vez podría descubrir algo sobre él esa noche.

Dejé mi teléfono en la mochila y volví a concentrarme en aparentar estar estudiando, sin hacerlo realmente, estudiar era algo que me gustaba hacer en la intimidad, conmigo misma. La razón principal era porque el mínimo ruido que existiese a mi alrededor, era razón suficiente para distraerme por completo, y en mi casa había el silencio suficiente. No obstante, alguna vez, con escuchar a un simple pájaro, he pasado de estudiar a estar dándome un baño relajante. Es por eso que conocía bien mi situación.

Jake recibió una llamada que hizo vibrar la mesa, por lo que agarró su móvil y contestó. Pude ver el nombre de "Mamá" en la pantalla, sabiendo que era esta la que le llamaba.

Cuando terminó de hablar, me miró e hizo una reverencia, supongo que a modo de disculpa, aunque no tenía por qué.

– Debo irme, mi madre necesita unas cosas. – Sonrió amablemente – Gracias por tu compañía.

Sonreí e hice una reverencia, Jake se marchó apresurado.

Al apreciar eso, recordé a mi madre por un momento. Había revivido el recuerdo con una simple pero amarga "pesadilla", que en realidad tenía que ser un sueño agradable, pero resultó todo lo contrario, y ya no había forma de tornar el asunto.
Cada cosa me recordaba a ella, quien fue mi única familia y apoyo. Por mucho que me molestara estar ahí estancada y no poder superarlo, no tenía una forma de hacerlo, así que no podía recurrir a nada más que eso.

Por mucho que dedicara días de noches a preguntarme “¿Qué hago?” no encontraba un impulso, o algo que me diera la fuerza suficiente como para, simplemente, olvidar los malos sucesos de la vida y seguir adelante.

No confiaba en nadie, dicen que las personas de mayor confianza son tu familia, la cuál está para brindarte apoyo, amor y comprenderte, pero ese no era mi caso, y entonces, si no podía confiar ni en mi propia familia, no lo haría en nadie.

Ya que no podía encontrarme con el apoyo moral de otra persona, siempre me chocaba con la misma piedra en el camino.

Suspiré, ya podía salir de allí, ya no tenía ningún compromiso.

Caminé hasta la salida con mis cosas y escuchando música en mis auriculares. Finalmente llegué a casa y, como siempre, repetí mi rutina de persona desganada. Me comí lo primero que vi en la cocina, me puse mi pijama y me lancé a mi cama.

Había estado ignorando el resto de mensajes de Sunoo, para no ser irrespetuosa frente a Jake, pero tenía que contestarle si quería saber qué haríamos esa noche. Así lo hice y, tras una breve conversación, acordamos que saldríamos a cenar a un restaurante. No era un lugar tan íntimo, pero no era tampoco muy común que el resto de comensales se entrometieran en las conversaciones y, si lo hacían, no importaba nada. Eran personas que no se volverían a cruzar en el camino de la otra. No recordándolo, al menos.

– ¡Ah! – Me estiré sobre mi cama, escuchando mis huesos crugir

Una sensación de alivio me recorrió y quería quedarme ahí acostada, sintiendo el calor de las sábanas que tanto me recordaba a ella, pero tenía otro objetivo, con nombre y apellido, Kim Sunoo.

Me levanté y me vestí más elegante y atractiva, tan solo me puse un vestido negro y simple de manga corta, pero en definitiva era mejor que el uniforme del instituto.

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𝗪𝗔𝗥𝗠 | Kim Sunoo ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora