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Estábamos todos sentados en una cafetería hablando. Los chicos nos invitaron a pasar el rato con ellos, y Sunoo me dijo que le apetecía, así que acepté. Además, Jake llevó a Hyeongjun.
Me tomaba mi batido mientras escuchaba la conversación que mantenían. Sunoo estaba un poco más animado, le costó varias semanas recuperarse pero pude ayudarle y logré que su estado de ánimo subiera. Aquello me hacía feliz, todo lo que me importaba en ese momento era que él estuviera alegre, porque entonces yo también podría estarlo, y al menos estar tranquila.

– Oye, Minah, ¿De dónde eres? – Me preguntó Hyeongjun saliendo del tema para dirigirse a mí

– De Ulsan. – Le respondí sonriente

– Ya decía yo, no pareces de aquí. – Sonrió

No sabía a qué se refería, pero me agradaba así que simplemente sonreí.

– ¿Y tú? – Le pregunté simplemente para seguir hablando

– De Gyeongnam, pero vine aquí a estudiar. – contestó haciendo una "v" con dos de sus dedos, viéndose gracioso

Asentí y seguimos hablando de temas triviales, conociéndonos un poco más. De la nada, Sunoo pasó su brazo por alrededor de mi cintura y me giré para verle.

– ¿Celoso? – sonreí burlona

– Calla. – frunció el ceño en broma

Sonreí internamente y agarré su mano que llegaba desde mi cintura hasta mi abdomen, sosteniéndola para que me diera calor.

Mientras hablábamos, pasaban por allí familias felices, varias con dos niñas que se llevaban genial como hermanas, con sus dos parientes vivos. No tenían la culpa de nada, pero no podía evitar pensar "Ugh, familias felices."
Cada vez que las veía, recordaba todo lo que me pasaba. Por mucho que a veces se me olvidara, incluso. O fingiera que no me importaba, siempre me preguntaba cómo habría sido mi vida si mamá hubiera vivido y mi padre y mi hermana hubieran sido buenas personas. Tal vez no habría conseguido empatizar con Sunoo y por esa parte me alegraba en parte de mi pasado, porque gracias a él pude consolar a Sunoo, pero aún así era estresante. Me estresaba ver a esa gente feliz por la calle y saber que yo jamás tuve eso, ni lo tendría porque no pensaba volver a verles.

Sunoo se daba cuenta al instante cada vez que eso pasaba, pues era costumbre. Por ello, forzó su agarre y desvío su mirada hasta mis ojos para después dedicarme una sonrisa reconfortante, como todas y cada una de ellas cuando venían de él. Le devolví la sonrisa y me relajé, decidí pensar en otra cosa y para ello me uní a la conversación.
Hacía un rato los chicos estaban hablando de sus familias, de cómo sus hermanas o hermanos y ellos discutían por los temas típicos. Cuando vieron la incomodidad mía y de Sunoo se percataron de lo que sucedió apenas hacía unas semanas y dejaron el tema. Por mi parte no sabían lo que me sucedía, no sabían nada de mí. Pero se imaginaron que tal vez me incomodaba porque era la pareja de Sunoo y me importaba lo que le pasó a su hermana y los sentimientos de él al escuchar esas conversaciones. Lo cuál también era correcto.

– ¿Tú has estudiado para el examen de física? – Me preguntó Riki de repente

Negué – La verdad es que me da igual.

No había estudiado nada por estar pendiente a Sunoo, y no me arrepentía. Era mucho más importante. Además, aquellas notas escritas en papeles eran completamente irrelevantes y por una que no fuera muy buena no pasaría nada, no definiría mi futuro que entonces sí me importaba. Después de tener claro que quería vivir gracias a Sunoo, pensé en ponerme aún más enserio con mis planes de futuro. Ya no era solo un capricho de poder hacer algo bien antes de irme y sentirme capaz de algo, sucificente. Si no una necesidad. Aún así, Sunoo era primordial, todo lo demás era secundario.

𝗪𝗔𝗥𝗠 | Kim Sunoo ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora