𝗪𝗔𝗥𝗠 | Kim Sunoo ✓

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Pasaron unas semanas algo tensas en clase, desde lo sucedido, Sunoo y yo aumentamos nuestro nivel de confianza y era notable. No teníamos ningún tipo de vergüenza en ir juntos a cualquier parte, e incluso decidí cambiarme de asiento y sentarme junto a él en clase, claro que preguntándole antes a Riki si le parecía bien.
Las personas nos miraban raro de nuevo, tal vez no entendían cómo es que Sunoo seguía estando conmigo, incluso más cercano, después de lo que pasó. Escuchaba constantemente susurros como "¿Qué hace con ella?", "¿No le da miedo lo que le pueda hacer?"
No podía mentir. Era, en cierto modo, bastante agradable que me tuvieran esa especie de miedo, o mejor dicho, respeto. Había personas que se me seguían acercando, a pedirme apuntes o hacerme alguna pregunta de forma amable. Yo por supuesto, les respondía bien. La mayoría eran chicas y chicos que se habían visto afectados por aquella chica con la que me peleé, que como bien le dije al director era ella quien merecía la expulsión.
Entendía que estuvieran en contra de la violencia, pero yo siempre he creído que a veces es necesaria, y también me conocía muy bien, sabía que no me controlaría y, en efecto, no pasó.

Me encontraba en clase de física repasando los modelos atómicos, no estaba la profesora, nos dejaron solos, cuando una chica se me acercó.

– Disculpa, ¿Podrías acompañarme un momento al baño? Me gustaría hablarte de algo en privado... – Se le veía algo avergonzada

Me pareció sumamente extraño y, además, no la conocía. Aún así, se le veía muy tímida y pensé que tal vez era algo importante y no tenía nadie más a quien preguntarle.

Asentí y, sin que me viera, agarré mi arma que guardaba en la mochila y me la guardé en el bolsillo de la chaqueta. Sunoo me miró preguntándose si de verdad iría con ella, le asentí.

– No sé quién es, pero estaré bien. – le susurré antes de comenzar a seguir a la chica

Por el camino no habló, pero seguía pareciendo insegura, con su mirada fija en el suelo andaba en dirección al baño.

Entramos y me hizo una seña con la mano para que entrara junto a ella a uno de los cubículos.
Cerró la puerta tras de mí y me acorraló contra esta misma en un rápido movimiento.

– ¿Quién te crees que eres para captar de esa forma la atención de todo el mundo? – me susurró, claramente molesta – ¿Y qué le has hecho a Sunoo para que vaya junto a tí aún sabiendo que eres una arpía?

Aquello me causó entre risa y rabia.

– Aléjate. – Le empujé, haciendo que se alejara y se quedara frente a mí – No conoces a Sunoo, y tampoco a mí.

– Le diste un puñetazo a una chica frente a todos, eso demuestra la persona que eres.

Reí levemente – ¿Y tú? Actuando, haciéndote ver preocupada, sin amigos, sola, necesitando ayuda para algo tan íntimo que no podías decirlo, actuando incluso mientras andabas y de repente...

– Mejor cállate, hago esto porque eres tú quien está perjudicando este lugar. Todo el mundo habla sobre lo que sucedió contigo y aún así todavía hay personas que te hablan. Todos los chicos y las personas que recibieron burlas de esa. – se refirió a la chica con quien discutí

– ¿Estás segura de que no tienes envidia? – levanté una ceja, burlona – Si realmente tuvieras una vida y asuntos de los que preocuparte, no estarías tan molesta simplemente porque hablen sobre mí. Permíteme que dude de eso.