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El tiempo corría, y Kevin sentía que su corazon se le iba a salir. La luz que cambiaba a distintos colores le empezaba a molestar, y la música y tanta gente parecían un gran estorbo para él y Jacob.

—No sabía que el ambiente iba a estar tan bien —prácticamente gritó Jacob, en el oído de Kevin.

—¿Quieres hablar en un lugar más privado? —preguntó, avergonzado y mirando fijamente al contrario.

Jacob se puso de pie, extendiendo la mano al chico que seguía sentado, el cual no dudó en tomarla.

Cuando llegaron a una habitación, Kevin se sintió nervioso a tal punto en el que ni recordaba cómo caminar, pero al ver al muchacho de sus sueños esperándolo en au punto de encuentro, todo nerviosismo se le olvidó.

Habían estado hablando por mucho tiempo, sólo que con dificultad por la música, y Kevin se sintió en las nubes al ver la hermosa sonrisa de Jacob, además de que tuvieran tantas cosas en común.

Se adentraron al cuarto de Eric y sintieron un poco más de calma. La música seguía por fuera, aunque ya no resonaba tan fuerte; estaba lo suficientemente amortiguada para que pudieran escuchar sus voces.

—¿Ya sabes qué vas a estudiar? —preguntó Jacob, tomando asiento en el borde de la cama.

—Sinceramente no, todavía estoy indeciso —respondió, cerrando la puerta y recargándose en esta.

—¿Por qué lo dices?

Kevin se encogió de hombro. —No encuentro algo que me apasione y que sea de provecho para mi futuro.

—Debes seguir tus sueños y hacer aquello con lo que te sientas a gusto, para que no te arrepientas de hacerlo. A veces la presión puede ser mucha, pero sé que vas a lograrlo sin importar qué, Kevin.

—Sí, bueno, supongo que encontraré algo que me guste realmente. Es cuestión de tiempo, ¿no?

—Así es, todavía tienes tiempo suficiente.

Jacob asintió con una sonrisa, palmeando el lado de la cama vacío para que el otro se sentara.

—Ya veré qué será de mi vida...

—¿Qué es lo que quieres hacer exactamente aquí, Kevin?

El mencionado pudo notar el nerviosismo del contrario al hablar, y sonrió al ver cómo se sonrojaba.

—Hmm... No sé, ¿qué se te ocurre? —dijo, fingiendo pensar. Jacob miró para otro lado que no tuviera en su vista periférica a Lunita. No lo forzaría a nada, o mejor dicho, ninguno haría alguna cosa que molestara al otro— Bueno, en que...

Abrió sus ojos con sorpresa al encontrarse con la cara de Jacob, quien se inclinaba contra él en el colchón.

—¿Quieres que me espere a que tú me beses o lo hago yo?

"¿De dónde sacó tanta confianza de repente?", se cuestionaba Kevin.

—Ya no esperes, por favor —admitió con pena, bajando su cabeza.

Jacob sostuvo su rostro con su mano, y acercó su nariz a la contraria, moviéndola lenta y dulcemente, ocasionando una sonrisa en Kevin. Los ojos de Bae permanecían fijos en los de Moon, el cual sólo gritaba internamente para que se besaran.

—Entonces, ¿sí? —inquirió, acercándose más a los labios del otro. Kevin asintió y cerró sus ojos, ansiando aquel suave contacto, aunque después de unos segundos, no sintió ningún toque entre sus bocas— Perdón —dijo Jacob—, esque no te escuché.

Hijo de su chingada madre.

Kevin sintió una enorme electricidad recorrer su cuerpo al sentir una mano rodear su cadera. Quería ese beso, ¡lo necesitaba!

—Por favor, bésame —pidió, sumamente avergonzado. Jacob sonrió mientras unía sus labios.

Por el momento, ninguno se movía, pues no tenían la confianza suficiente para hacerlo (y sería una completa mentira si dijéramos que no estaban hechos en un mar de emociones), pero fue más la confianza de Jacob cuando notó que Kevin intentaba abrir su boca. Este acto hizo que el castaño sonriera y comenzaran a mover sus labios en un beso más profundo.

Kevin movió sus manos, ya que de hecho no sabía en dónde ponerlas, aunque sí sabía que deseaba aferrarse con fuerza al cuello del contrario. Jacob, por su parte, no quería causar una impresión negativa en Kevin, en realidad quería que esa confianza permaneciera en el aire.

Al separarse, Jacob sostuvo entre sus manos el rostro de Kevin, mientras dejaba besitos de piquito sobre el mismo, quien sonreía ante tal afecto.

—Me gustas mucho —Jacob dijo emocionado, y parecía sacar corazones de sus ojos—, ¿no quieres casarte conmigo a escondidas? —preguntó, ansioso.

Kevin sonrió con ternura, mientras dejaba otro piquito en los labios contrarios. —Cuando gustes, estoy más que dispuesto.

Los weones [MoonBae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora