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Kevin reposaba su cabeza sobre las piernas de su viejo amiguis Changmin, el cual no dejaba de sonreír bobamente ante el aparato entre sus manos, pues mensajes tras mensajes llegaban, causando que una gran sonrisa se depositara en su rostro. Kevin extrañaba esa sensación y diversión en su vida.

—¿Viniste a burlarte de mí o a robar mi internet? —Kevin preguntó molesto, moviendo su cabeza y ocasionado un dolor incómodo en las piernas de su amigo.

—¡Es tu culpa! —empezó, dejando el celular a un lado luego de mandar el último mensaje— Y no hagas eso que duele.

—No quieres escuchar mi triste historia, además, ¿por qué fue mi culpa?

—Kevin, no te hagas la vístima conmigo.

La Lunita se levantó rápidamente, mostrando una expresión de suma indignación. —¿Cuál vístima?

—Debiste decirle porqué te caía mal para que no se fuera —continuó Changmin, sentándose al lado del otro—. Pero ya no podemos hacer nada. ¿Quieres ir por un café?

—No tengo nada mejor que hacer —resopló resignado.

Ambos se pusieron de pie, con Kevin tomando dinero para comprar y Changmin dirigiéndose hacia la salida.

[...]

—¡Por favor, Jacob! Pareces una pasa en estado de descomposición  —Chanhee comentó ya harto de la situación, jalando con fuerza la sábana que cubría el rostro de su amigo—. Desde que salimos de vacaciones no has dejado la cama, ya se ve igual de sucia que tú.

—¡Déjame morir en paz con mi suciedad! ¡Soy una bacteria que se puede desechar con cualquier cura! —dijo dramático, jalando también su enorme manta para hacerse bolita de nuevo.

—¿Qué tonterías dices?

—¡Le caigo mal al amor de mi vida! ¡Ya no debo vivir!

—De seguro ni eras tú.

Como si un foco e incluso un cable se hubieran desconectado de Jacob, este salió con su rostro triste y nojao, sumándole a su cabello desordenado. —¡¿Cómo chingaos no voy a ser yo?!

—No me grites —le dijo Chanhee—, o sea sí puedes pero no en esta situación. Además, ¿si quiera le preguntaste por qué?

—¿Preguntarle por qué, qué? —cuestionó confundido, levantándose de la cama.

—Porqué se supone que le caes mal.

—No necesitaba saberlo; sería como echarle sal y limón a la vez a la herida, y eso sí que duele —explicó, sacando ropa de su cajón.

—Tal vez su enojo era algo tonto y con solución. Sólo buscaste excusas para irte, ¿verdad?

Jacob se giró rápido. —¡No, y no!

—Vamos a la cafetería que te dije para hablar, y no te quiero ver moqueando.

—¿Quién te dijo que voy a ir? —inquirió, mientras entraba a la ducha y cerraba la puerta.

—Incluso si no quieres, te voy a sacar a patadas de aquí.

[...]

—¿Por qué nunca se me han presentado formalmente tú y Chanhee? —Kevin preguntó curioso, a la vez que tomaba asiento en una de las mesas de la cafetería.

—Pensé que ya te lo había dicho él —dijo despreocupado, e imitando la misma acción de Kevin.

—Hmmm, no exactamente, pero no entendiste mi punto —explicó, para luego tomar una servilleta y empezar a doblarla para hacer una figura de origami.

Los weones [MoonBae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora