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POV Narrador

Mi cuerpo.

Aizawa se levantó lentamente en una cama vacía y cuando entró en razón se dio cuenta que no estaba en su casa.
Vio la hora y en eso revisó su celular, estaba lleno de llamadas de su amiga.

Mierda.

"Nemuri."

"¡Hasta que contestas! Te
he llamado toda la mañana,
¿En dónde estás?"

Leyó un papel que tenía el nombre del hotel en una esquina y un mensaje escrito.

"Me divertí mucho anoche y espero
verte otra vez, caro.
Por cierto, antes de que entres
en pánico, ya pagué todo."

No pudo evitar avergonzarse y sentirse aliviado a la vez.

"Estoy en el HY Hotel, ¿Puedes
venir a recogerme? Y trae
ropa para cambiarme."

"Vale, estoy en camino."

Aprovechó en ducharse mientras que Nemuri llegaba.

Me ha dejado varias marcas.

¡Servicio a la habitación! - salió del baño con una toalla en su cadera y abrió la puerta al saber de quien se trataba. - Diablos querido. - miró sus marcas y Aizawa solo tomó la ropa para meterse al baño de nuevo, ignorando los comentarios de su amiga.

¿Nos vamos? - salió y afuera Nemuri lo recibía con maquillaje.

No voy a dejar que te vean así, ven acá. - lo sentó en la cama y con rapidez cubrió las marcas con polvos y correctores. - Perfecto. Por cierto, en el auto nos compré Starbucks para no demorarnos más. - recogió sus pertenencias, salieron del edificio y se dirigieron al auto rojo de Nemuri. - Ahora sí, necesito detalles, ¿Que hicieron anoche? - arrancó y comenzó a recordar fragmentos. Le vino un escalofrío.

Qué no hicimos querrás decir. - bromeó para quitar la tensión de su cuerpo.
La mujer avanzó lo más rápido que le permitían los letreros de tránsito.

Pasaron por varios edificios altos y para matar el tiempo Aizawa tuvo que contarle todo.

Ojalá tuviera tu suerte. - se estacionó en frente de una gran mansión. - Según Google Maps es acá.

Raro, pero supongo que debe estar bien. - dejaron lo innecesario en el auto y se bajaron.

¿Puedo ayudarlos en algo? - dos hombres en traje se acercaron, eran muy altos y sus presencias daban algo de miedo.

Un tal Nezu nos contactó. - mientras mantenían la conversación un hombre bajo de cabellos blancos se apareció detrás de los hombres.

Está bien chicos, si los llamé. - ni bien habló los guardias hicieron una reverencia saludándolo. - Vengan conmigo, yo los guío. - los amigos se miraron y solo le hicieron caso.

Entraron a la mansión y se asombraron por las estructuras en mármol y la inmensidad de ésta. Tenía varias plantas, muebles oscuros y cuadros, los cuales de seguro valían mucho dinero. Una piscina y un largo patio decoraban el exterior.

Lycoris Radiata (Erasermic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora