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POV Narrador

"No te hagas de rogar."

"Nosotros sabemos que te
gustan éstas cosas."

"Lo siento, Shouta."

Boss. - la voz de uno de sus muchachos lo sacó de sus pensamientos. - Ya está todo listo. Lo estamos esperando. - asintió y entró al almacén remangando su camisa.

Ambos fueron al gimnasio y alrededor de la reja, que separaba a los hermanos, se encontraban los matones. En un lateral del lugar estaban todos los jefes. Conectó miradas con Hizashi y éste le sonrió. Pasó por la reja y los vio. Estaban con la cabeza agachada por el cansancio.
Los matones comenzaron a mover la reja y a alentar al secretario.

Pronto todo quedó en silencio y los hermanos levantaron la mirada. Hiroshi fue el único que lo pudo reconocer. Se quedó pálido y no sabía que hacer.

¿Y tú quién carajos eres? - Kai siempre tan vulgar.

O-Oye, no le hables así. - el de lentes empujó su hombro levemente.

¿Desde cuándo me ordenas que o no decir? - le contestó.

¿No recuerdan que les dije el otro día? - los miró. - Hay un secretario sanguinario en la familia Yamada. - ahora miraron al azabache. - Es... Aizawa Shouta..

Gracias por la presentación, Hiroshi. - dijo Shouta.

Tú deberías estar muerto. - Akira puso la misma expresión asustada.

Debería. - metió sus manos a sus bolsillos. - Siento mucho no estarlo, ¿Eh? - se burló.

¿Después de años quieres venganza? - preguntó Haruka tratando de guardar compostura. - ¿Te tardaste tanto en buscarnos?

Oh no querido. - comenzó a caminar. - Ustedes no son lo suficientemente relevantes como para gastar mi tiempo en búsquedas. - el resto rió y justo al ring entraron Oboro y Nemuri.

¡Shou-chan te traje tus regalos! - dijo Oboro trayendo un maletín y Nemuri una carreta de metal.

Comencemos con esto, ¿Quieren? - se acercó a sus amigos y sacaron las cosas que trajeron. - Si no fuera personal solo los hubiera acribillado. - levantó un revólver y abrió la caja de balas. - La culpa es de ustedes, así que voy a jugar con ustedes por un buen rato.

Hijo de perra, conmigo nadie va a jugar–.. - Kai se quiso levantar, pero Shouta le dio una patada en la cara, tumbándolo por completo.

Los prefiero a una altura razonable. - dejó el revólver y agarró una daga antes de volver con ellos. El resto estaba asustado por la fuerza que había ganado el azabache en todo esta tiempo. - ¿Cómo puedo iniciar? - los matones comenzaron a gritar cosas como: "¡Córtale las extremidades!" o "¡Tírales gasolina!". Aizawa, satisfecho por la respuesta de su público, se acercó al más débil de los cuatro. Le sacó los lentes, tirándolos al suelo, y lo miró. - Siempre fuiste más retraído que yo, Hiroshi, por eso nunca le hiciste frente a los abusos de tus hermanos. - lo miró con miedo cuando pegó la daga a su hombro. -Dijiste: "Esto está mal", pero no hiciste nada al respecto, ¿No?

T-Tenía miedo. - murmuró sintiendo el filo cortar la primera capa de su piel.

Yo también tenía miedo, Hiroshi. - le puso más fuerza a su agarre y el chico se quejaba del corte. - Tanto miedo que sentía que podía morir en ese instante. - pasó todo el filo por su pecho, rompiendo su camisa. Paró por un momento para darle un respiro. - Pudiste decirle a alguien, pero no. - rió y comenzó a llenar su cuerpo de cortes, ignorando las suplicas. - El señorito te tiene miedo a que sus hermanitos le peguen. - su cuerpo estaba ensangrentado, solo quedaba su rostro. - Tus ojos siempre tan inocentes, Hiroshi. - agarró su rostro por la fuerza. - Me dan ganas de vomitar. - le clavó la daga en uno de sus ojos y gritó de dolor. Sus hermanos miraron la escena con terror. - Hm, los parches no son lo tuyo, creo que hay que emparejar. - sacó la daga y se la clavó en el otro ojo. Lo soltó de forma brusca mientras lloriqueaba el moribundo.

Lycoris Radiata (Erasermic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora