Capitulo XI: Sueño

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Bajé las escaleras a paso lento, había perdido a Avi de vista hacia casi una hora, por lo que decidí bajar a buscarlo. Afuera el cielo comenzaba a tornarse oscuro, un poco tormentoso. La lluvia se desataría en cualquier momento.

Odiaba los cambios bruscos de clima, apenas podía con mi espacie de bipolaridad o temperamento, -como prefieras llamarle-, y tener que soportar los cambios de humor del clima me estresaba aún más.

Baje el ultimo escalón y me detuve allí. La casa parecía completamente vacía.

-¿Kaplan?

Mi voz resonó por todo el lugar, volviendo hasta mi. Efectivamente, la casa estaba vacía.

-¿A donde podrá haber ido? -razone en voz alta para mi misma.

Bufé con cansancio mirando la maltratada habitación en donde estaba. La ultima vez que alguien había pisado este lugar fue hace un par de miles de años o siglos.

Decidí volver a arriba, hacia frió y yo no estaba completamente repuesta como le había hecho parecer a Avi, siempre tratada de hacerme la dura y en realidad lo era, pero un poco débil aun.

Regresé a la cama, cubriéndome con las mantas para capear el intenso frió que comenzaba a inundar cada milímetro de la casa. el calor no tardo en invadir mi cuerpo, ni tampoco el sueño. Volvía a caer en un pesado sueño.

***

-Alice, Alice, ¡Alice despierta ya!

Mis ojos se abrieron de golpe, encontrándome con os suyos de frente con una expresión preocupada que se alivio al verme despertar.

-¿Qué? ¿Qué pasa? -dije sentándome en la cama, tallandome los ojos para aclarar mi vista lo mas pronto que pudiera.

Avi estaba agitado, asustado.

-Nada, nada -tragó en seco pasando su mano por su cara. -No despertabas y-y me asusté. Pensé que estabas...

Se calló levantando su vista para volver a mirarme.

-¿Que estaba qué?

-Que estabas muerta.

Esperen... ¿QUÉ?

-Intente despertarte muchas veces, pero no lo hacías. Busque tu pulso y no logre encontrarlo, me... me desesperé.

-Estoy bien, estoy bien -repetí tratando de tranquilizarlo, la idea de yo muerta parecía haberle afectado más de lo que hubiera creído.

-Lo sé -él suspiró y se alejo de mi dándome la espalda. Yo seguía entre las mantas sin entender todo a la perfección. Mi mente seguía entre tinieblas por culpa de sueño.

Avi caminaba por la habitación sin mirarme, pensando. Acariciaba su barba mientras iba de aquí para allá haciendo gesto extraños, como si peleara con su conciencia y evidentemente, él iba perdiendo.

-Avi...

Él seguía paseándose por la habitación sin prestarme la más mínima atención.

-Avi...

Volví a intentarlo, pero no estaba oyéndome.

-¡Maldita sea, Kaplan!

Se detuvo en seco y me miró.

-¿Podrías decirme donde habías estado? Ya casi oscurece.

Por las rotas cortinas se filtraban los últimos rayos de luz de un sol obstruido por las oscuras nubes cargadas de agua y tormenta.

Avi se me quedo viendo, sin responderme.

-¿Y? -dije alzando una ceja, esperando mi respuesta. -¿Vas a decirme o tendré que sacártelo a golpes?

Realmente no tenia ganas de recurrir a la segunda opción, aún estaba un tanto mareada y a momentos la cabeza me punzaba como si mi cerebro quisiera escapar por la herida que tenia a un costado de mi cabeza.

-Esta por ahí quería asegurarme de que nadie nos hubiera seguido hasta aquí.

Su respuesta no me convenció para nada. Jake se movió inquieto por la habitación, tanto él como yo, comenzábamos a desconfiar de ese par de ojos verdes.

-¿Seguro?

Avi asintió, pero no logró verme a los ojos. Algo estaba ocultando y lo iba a descubrir, pero no esa noche. La tormenta amenazaba con estallar en cualquier momento y no quería tener que salir corriendo por entre los arboles con lluvia, viento y oscuridad. Sabia que no estaría sola, pero con luz de natural y sin una tormenta de por media seria más fácil, no lo aria, al menos no por por ahora. No hasta que estuviera repuesta a mi cien por ciento.

Conexiones peligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora