Capítulo III: Huye

398 29 11
                                    

-¡Jake! ¡Vuelve! -grité a la oscuridad. Solo el eco de mi voz resonó en la inmensidad que me rodeaba. - ¡Jake! ¿¡Donde estás!?  -Dentro de mi pecho podía sentir el vacío, casi podía palpar la ausencia de Jake. El corazón me latía de tal forma en el pecho, que parecía que en cualquier momento saldría de mí. -¡Jake! -grité con todas mis fuerzas. Nada.

-¡Maldita sea, deja de gritar! -abrí los ojos de golpe encontrándome con una verde mirada. -¡Deja de gritar!  -me espetó medio gritando, medio susurrando.  Me incorporé del polvoriento suelo para reclamarle, pero tapo mi boca con sus manos,  intenté soltarme sin ningún resultado. Él llevo su dedo a sus labios indicándome que me callara.

¡ES POR AQUÍ!

Me quedé de una pieza, afuera se oían ruidos y voces. Avi quito sus manos de mi boca, esperando que yo no hiciera ningún ruido. Por un momento,  lo único que oímos eran nuestras agitadas respiraciones.

-¿Qué demonios? –pregunte susurrando.

-Nos han encontrado –Un haz de luz se filtró por medio de los vidrios rotos de la ventana sobre nuestras cabezas, con rapidez y en silencio nos pegamos a la pared. –Helen, sácalos de aquí. –susurro Avi.

¡Están dentro! ¡Rodeen la casa! ¡Rápido, Rápido!

Una voz masculina gritaba indicaciones a diestra y siniestra. Pegados a la pared podíamos oír como varios hombres corrían pisando fuerte por alrededor de la vieja cabaña. La puerta  de la habitación se cerró de golpe, impulsada por una fuerza invisible, Jake.  La luz desapareció de la ventana volviendo a dejarnos a oscuras.

-Jake, vigila que no haya nadie afuera. –nuestro único escape era salir por la ventana. Jake se despegó de mí para cumplir lo que le había pedido. -¿Dónde está Helen? –pregunte despacio.

-Está afuera, los distraerá. –Avi tomo la ventana y la abrió. –Pregúntale a Jake si hay algún afuera. –asentí.

-Jake, ¿Dónde estás? –agudo dolor comenzaba a ocupar todo mi cuerpo. -¡Jake! ¡Vuelve! –cada vez que Jake se separaba demasiado de mí, mi cabeza comenzaba a doler intensamente, al igual que mi pecho, sentía como si mis pulmones fuera a estallar. Jake volvió a mí, aliviando el dolor, se movía inquieto por la habitación. El pequeño cuadro de la pared que Helen había dejado caer hace rato, volvía a moverse arrastrándose por el suelo. Era la señal, no había nadie por ahora.

Un fuerte golpe de madera romperse sonó fuera de la habitación, Avi me indico que saliera primero. Rápidamente me lancé por la ventana cayendo sobre la húmeda tierra, fuerte pasos se oían dentro de la cabaña, otro golpe.

¡Están aquí!

¡Derriben la maldita puerta!

Helen se había instalado en la puerta, formando un campo de fuerza para darle tiempo a Avi para que saliera.

En cuanto Avi toco tierra firme, me levante y salí corriendo entre los árboles, esquivando ramas, piedras y cuanta cosa se me atravesara. Avi me seguía muy de cerca corriendo como si no hubiera un mañana.

Aun corriendo mire hacia atrás un instante, a unos 50 metros de nosotros venia una cuadrilla de hombres armados, la mitad de la CIA venia tras nosotros.

-¡Al suelo! –grito Avi agachándose justo a tiempo para esquivar una bala, de no haberlo hecho le habría dado justo en la cabeza. Me lancé al suelo un momento, caí de rodillas sobre el húmedo suelo, algo se clavó en piel. Segundos después pude sentir como un líquido caliente y viscoso caía por mi pierna formando una delgada estela roja. -¡Cuidado! –grito cubriéndome con su cuerpo, no sé de qué manera Avi llego hasta mi tan rápido. Otro proyectil quedo incrustado en el tronco en que hace pocos segundos yo me apoyaba.

Conexiones peligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora