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Acababan de mencionar mi nombre, tan solo tengo 12 años, es mi primera vez en la cosecha, intento recordar cómo respirar, no puedo hablar y estoy completamente aturdida, mientras mi nombre me rebota en las paredes del cráneo. Alguien me coge del brazo, un chico de la Veta, y creo que quizá haya empezado a caerme y él me haya sujetado. La gente va abriendo un pasillo para dejarme llegar al escenario; a lo lejos escucho la voz de mi hermano y de mi padre gritando mi nombre, me giré y les vi, estaba aterrada, no era capaz de moverme, por lo que unos agentes de la paz me agarraron de los brazos y me subieron al escenario, mientras que otros agentes sujetaban a mi padre, mientras que mi hermano era sujetando por sus amigos.

—Muy bien, ya tenemos a nuestra primera tributo de este año —dijo Effie mientras me sujetaba para que no me callese por el hombro.

Tras que nombrasen al otro tributo,  nos querían meter dentro, pero no podían moverme, por lo que un hombre que olía a alcohol, se puso de cuclillas delante mía.

—Hey, pequeña, sabes que estas quedando como una perdedora ante tus amigos y familia, en serio crees que con esa actitud volverás a casa, si quieres volver, más te vale ganar y no quedarte como una estatua, porque esto no es lo peor que te puede suceder, lo peor sería que te matase uno de esos chicos que disfrutan haciéndolo, que se presentan voluntarios para asesinar a los otros veintitrés disfrutando de ello. Así que muévete y muestra que no te rendiras, o si no quedate aquí quieta haciendo que te vuelvan a arrastrar y marcandote como una presa fácil.

Mire al hombre y me puse a caminar hacia las puertas, por que yo volvería a casa, por papá y por mi hermano.

En ese momento vuelvo al presente, otra vez es una niña de doce la que ha sido elegida, se acerca al escenario cuando una chica de mi edad grita su nombre, esta corre hacia su hermana y llega antes de que suba las escaleras. Esta es Katniss Everdeen una chica que fue mi amiga antes de que por los juegos me distanciase de todos los que habían pertenecido anteriormente a mi vida.

—¡Me presento voluntaria! —gritó Katniss, con voz ahogada— ¡Me presento voluntaria como tributo!

En el escenario se produce una pequeña conmoción. El Distrito 12 no envía voluntarios desde hace décadas, y el protocolo está un poco oxidado. La regla es que, cuando se saca el nombre de un tributo de la bola, otro chico en edad elegible, si se trata de un chico, u otra chica, si se trata de una chica, puede ofrecerse a ocupar su lugar. En algunos distritos en los que ganar la cosecha se considera un gran honor y la gente está deseando arriesgar la vida, presentarse voluntario es complicado. Sin embargo, en el Distrito 12, donde la palabra tributo y la palabra cadáver son prácticamente sinónimas, los voluntarios han desaparecido casi por completo.

—¡Espléndido! —exclama Effie — Pero creo que queda el pequeño detalle de presentar a la ganadora de la cosecha y después pedir voluntarios, y, si aparece uno, entonces... —deja la frase en el aire, insegura.

—¿Qué más da? —interviene el alcalde— ¿Qué más da? —repite, en tono brusco— Deja que suba.

Katniss estaba siendo retenida por los brazos de su hermanita hasta que un chico, que creo recordar que se llamaba Gale, se acercó y se la quito de encima, lo que permitió a Katniss subir.

—¡Bueno, bravo! —exclama Effie Trinket, llena de ententusiasmo— ¡Éste es el espíritu de los Juegos! —Está encantada de ver por fin un poco de acción en su distrito— ¿Cómo te llamas?

—Katniss Everdeen —respondió, después de tragar saliva.

—Me apuesto los calcetines a que era tu hermana. No querías que te robase la gloria, ¿verdad? ¡Vamos a darle un gran aplauso a nuestro último tributo! —canturrea Effie.

El tributo - Peeta MellarkWhere stories live. Discover now