Capítulo 4: La guerra por el televisor familiar - Parte 4

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Shoyo comenzó a abrir los ojos, y a ver donde se encontraba, distinguiendo que estaba en la cama de la habitación de Tobio. Pronto, llegaron a su mente los recuerdos del día anterior: la confesión, los besos, los Kageyama y la gran maratón de partidos de volley para desocupar la bendita memoria de la televisión. Su cara se empezó a sentir caliente, mientras en su estómago había una sensación extraña. Intentó levantarse, pero unos fuertes brazos lo tenían sujeto de la cintura y se reusaban a soltarlo. Volteó para ver que su ahora novio lo abrazaba por detrás mientras seguía dormido.

'Cierto que llegamos y nos acostamos así no más...' Pensó tallándose los ojos.

"Kageyama..." Lo comenzó a llamar. "Kageyama, despierta." El pelinegro, en lugar de hacer lo que esperaba el pelinaranja, murmuró algo en sueños y apretó más el abrazo que lo tenía prisionero en esa cama. "¡Kageyama!" Terminó gritando, ante lo que el otro comenzó a despertar mientras se reusaba a abrir los ojos.

"¿Queeeeé?" Reclamó de mala gana. "No hagas tanto ruido, idiota." Aparentemente el más alto no tenía ni la más mínima intención de moverse.

"Suéltame." Hinata trató nuevamente zafarse infructuosamente. "Quiero saber que hora es."

"¿Qué importa?" Dijo Tobio escondiendo su cara en la espalda del más bajo.

"Tengo que darle alguna señal de vida a mi mamá también."

"Aun es temprano."

"¿¡Y cómo puedes saber eso!? ¡Con suerte has abierto los ojos!" Y así ambos comenzaron a forcejear. "¡Déjame ir!"

"¡No quiero!"

"¡Suéltame!"

"¡No!"

Estaban tan sumidos en lo que estaban haciendo que no notaron que la puerta de la habitación se abrió.

"No sé si sea apropiado que duerman en la misma cama." Escucharon los jóvenes que temblorosamente voltearon a ver a la puerta, donde se encontraba Hiroshi. "Solo tienen 15 años." Ambos se sentaron en la cama, uno al lado del otro con rapidez.

"De hecho, yo tengo 16." Acotó Hinata sin pensar, y ambos pelinegros lo quedaron mirando seriamente. "N-no importa..." Terminó bajando la cabeza.

"¿Están familiarizados con el artículo de obscenidad juvenil?" Preguntó el hombre con tranquilidad. Vio como los dos adolescentes ladeaban sincrónicamente la cabeza con un rostro confundido, y lanzó un suspiro resignado. "Básicamente significa que si me entero de que hicieron algo sexual, tengo la facultad de llevar arrestado a Hinata por exposición a actos obscenos."

"¿¡Arrestado!?"

"¿¡Exposición a actos obscenos!?"

"¡Un momento! ¿¡Y por qué yo me iría arrestado y no él!?" Preguntó el pelinaranja indicando al Kageyama menor.

"Lo siento, Hinata. Pero Tobio tiene 15 años y tú 16. Además que no tiene edad suficiente para consentir un acto sexual aun."

"¿No la tengo?" El joven pelinegro preguntó intrigado. "¿Y cuándo tendré-?"

"Cuando yo lo diga." La intensidad en la voz del hombre hizo que ambos bajaran la cabeza. No estaba gritando, pero se notaba que estaba hablando absolutamente en serio.

"Kageyama-san, le prometo que no pasó nada y tampoco pretendemos hacer algo. Solo nos quedamos dormidos." Le aseguró el pelinaranja algo nervioso, para luego voltear a ver al otro menor. "Kageyama, di algo." Le susurró y le dio un codazo. Por un momento el joven se quedó callado, hasta que notó que también Hiroshi lo miraba esperando que dijese algo.

Crónicas familiares y de flechazos [Kagehina / Hinakage]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora