Te Necesito ||Shilbert||

10

Anne

El padre de Gilbert ha sido internado en el hospital de Avonlea. No es el mejor pero era el único número de emergencias que tenía, pronto lo trasladarán a uno más costoso en Charlottetwon, Gilbert confía más en el médico de allá, lo que significa que el también estará con él por un tiempo.

El pueblo no ha tardado en enterarse rápidamente de lo sucedido. Gilbert se enojo mucho con la señora Rachel, y a decir verdad yo también. Que sea vecina de medio pueblo no quiere decir que tenga que estar constantemente metida en la vida de todos.

En fin, yo no logro sacarme aquella imagen de mi cabeza y tampoco puedo imaginar lo que Gilbert siente en estos momentos. Trato de acompañarlo hasta donde él me deja. Es cierto que no a dejado que nadie más que yo esté con el, pero cuando estamos juntos no habla, no come y no duerme. Estamos en el hospital de día y a veces logro arrástralo a casa. Otras insiste en quedarse y yo me quedo con él. Marilla dice que no es sano para ninguno de los dos pero ¿Qué otra cosa puedo hacer?

-Anne, llévale esto a Gilbert. Asegúrate que esta vez si coma -Marilla me da una canasta vieja con panes de ciruela y tartas de manzana.

-Lo haré.

Mientras camino veo a la señora Lynd barriendo la entrada de su casa. Lo cual es demasiado curioso, ya que su entrada está más que impecable, gracias al servicio que paga para que la limpien todos los días bien temprano.

Me saluda con una sonrisa y yo le devuelvo el gesto. Marilla me mataría si no soy cordial con nadie en este pueblo.

Llegó y golpeó su puerta, espero un momento antes de verlo salir todo vestido de negro con el pelo aún mojado, sonrío un poco al saber que sí escucho mi audio diciendo que ya era tiempo e bañarse.

-Hola, Gilby -me acerco para darle un abrazo.

-Hola -me saluda sin más. Se ha vuelto costumbre en nuestra "relación" que la única voz que se escuche sea la mía. Él doctor me dijo que si estaba dispuesta a cuidar de Gilbert no debía desilusionarme si el no quería hablar o tener la misma emoción de antes. Hago el intento de distraerlo pero a veces me siento una parlanchina siendo la única que habla.

Al cruzar el parque no hable más y Gilbert me miró, yo seguía con mi vista en el cielo, hoy era un día verdaderamente precioso.

-Ayer estuve pensando y creo que lo mejor es que salga más, no cuenta el camino que todos los días hacemos hacia el hospital.

Miró sorprendida a Gilbert. Hace una semana  le dije que sería buena hacer un pincnic, él solo me miró sin decir nada, pense que no querría hacer nada entonces no lo mencione más.

-Si tu quieres podemos ir al lago cerca de la casa de los Barry, es un lugar lindo. Con el calor que hace hasta podríamos meternos. -sonrío.

-Si, me parece bien.

Su respuesta es corta pero es todo lo que me basta para tomarlo como una buena señal. Hoy, a la hora del almuerzo, llevaré a Gilbert al lago y comeremos lo que Marilla preparó especialmente para él.

En cuanto llegamos al hospital nos reciben enfermeras yendo de un lado para otro, el personal de limpieza haciendo su trabajo, procurando que todo quede impecable y fuera de germenes, la recepcionista que siempre nos recibe con una sonrisa amable y doctores con tazas y tazas de café. Lo normal que nos hemos acostumbrado a ver.

Gilbert se dirige hacia el elevador y lo sigo, lo noto algo nervioso. Sé que ayer el doctor le dijo que habían hecho nuevos exámenes y, dependiendo de ellos, se vería si su padre mejora o no. Es duro pero no queda de otra. Tampoco quiso darle falsas esperanzas a Gilbert, ya que el resultado no impide que le hagarre otro ataque al corazón y, en el peor de los casos, muera.

De solo pensarlo se me encoje el corazón, no puedo imaginar una vida sin mis padres. Su padre es lo único que le queda, no se si estoy preparada para verlo sufrir de tal manera.

-Tranquilo, todo saldrá bien -tomo su mano y entrelazo nuestros dedos. Quiero darle fuerzas.
Gil sonríe levemente y le da un apretón a mi mano.

En este momento se que no tiene palabras y lo entiendo, la verdad es ni yo se que decir. Uno no se espera que pase esto, no hay forma de prepar lo que se va a decir en situaciones como esta.

Una vez que llegamos a la habitación solo entra Gilbert, yo me quedo a esperarlo afuera en una silla. Pongo la canasta en mi regazo y me atrevo a mirar lo que hay dentro de ella. Tarta de zanahoria, pan casero, algunos cupcakes y sándwiches. Todo se ve y es delicioso. Marilla es una experta en la cocina, sin duda.

Luego de un rato Gilbert sale con una sonrisa en su rostro, me mira y me abraza. Esta feliz, supongo que hay muy buenas noticias. Inmediatamente me contagio de su sonrisa y lo abrazo también, hacia tanto que Gilbert no me abrazaba que siento que estoy en otro mundo.

-Papá va a recuperarse, los exámenes salieron bien y pronto saldrá de aquí.

-Que bueno, Gilbert. Son muy buenas noticias.

-Si, me dijo que quiere verte.

Yo lo miro extrañada pero le doy la cansata y entro a la habitación, Gilbert no me acompaña asique creo que quiere decirme algo en privado.

-Anne, que alegría verte. Ven, pasa y siéntate. -seguido de eso viene una fuerte tos que me asusta un poco, pero me alivio al recordar lo que Gilbert dijo segundos antes. -Tengo que contarte algo, pero necesito que no se lo digas a Gilbert.

Mi sonrisa desaparece y la preocupación se apodera de mi. Algo está pasando.

-No quise preocupar a Gilbert más de lo que ya esta, sé que no esta bien y que no le hace bien venir tanto al hospital a verme, lo veo más apagado y a ti también. Me alegra que estés con él, es muy afortunado de tenerte, Anne. No quiero que por su sufrimiento te sientas mal tú, no quiero ser yo motivo de tristeza y separación, ustedes hacen una pareja hermosa y me siento en paz dejando este mundo si se que tu estarás al lado de mi hijo, a pesar de que a veces sea algo intenso o nada gracioso. -rie pero su tos hace que se ahogue. Yo trato de ayudarlo pero se recupera luego de unos segundos.

-Jonh, no diga esas cosas. Yo estoy feliz de acompañar a Gilbert a verlo, solo somos amigos y eso es lo que hacen los amigos. Usted se pondrá bien, pronto estará en su casa y yo iré a cocinarle, como antes. -le sonrió pero ni yo puedo creerme lo que acabo de decir. Entendí perfectamente lo que quiso decir el señor Blythe pero me niego a creer en esa posibilidad. Él tiene que mejorar.

-No, querida. No tengo oportunidad, pero ustedes sí, son jóvenes, aprovéchese, se que Gilbert esta enamorado de ti, Anne. Cuídalo mucho, porfavor. Es un buen chico y tiene buenas intenciones.

-Intenta venderme a su hijo aún estando a punto de morir, usted no tiene limites, señor Blythe. -bromeo como siempre que él me decía que algún día sería la novia de su hijo. Pero esta vez, con lágrimas en mis ojos. John es como un segundo padre para mí.

-Mi hijo te tiene enamorada, no me lo niegues, señorita. Él será tu esposo y padre de tus hijos. Hablales a mis nietos de mi, si? Tienen que saber que tenían un abuelo encantador. -rie y su tos vuelve a ahogarlo. Yo también río pero aún así, las lágrimas no dejan de bajar.

-Prometo que cuidare a Gilbert y le hablaré a nuestros hijos de usted. -admito mientras limpio mis lágrimas. -Les diré que era un auténtico dolor de cabeza.

Él me sonríe y también tiene lágrimas. Me levanto y me acerco a él para abrazarlo.

-No te pongas dramática ahora, todavía me quedan meses de vida, niña. -dice, pero aún así acepta mi abrazo.

-Usted me puso sentimental, no proteste ahora.

Limpio mis lágrimas y voy al baño de la habitación para lavarme la cara, tengo que parecer normal para que Gilbert no sospeché nada.

Supongo que se lo dirá cuando este listo para aceptar su muerte o tal vez nunca y yo tenga vivir sabiéndolo desde antes.
Sea como sea, nunca dejaré a Gilbert solo y lo acompañaré siempre, por el simple echo que estoy enamorada y lo amo.

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Hola, holaaa. Volví, más tarde de lo que pensé pero 💫NUEVO CAPÍTULO💫
Espero leer sus opiniones en los comentarios, hasta la próxima 😘

-Bel🦋