DÍA 13
La mujer estaba dando los últimos retoques a su maquillaje.
Se sintió un poco decepcionada al notar que las arrugas de la edad ya no se ocultaban con el maquillaje.
Suspiró un poco derrotada.
Su vestuario tampoco era elegante y los rollitos que eran muy evidente le dieron un poco de asco, se sintió un poco insegura por la edad, el cuerpo, los años que le pasaron tan fugaces.
No se arrepentía de nada, estaba segura que si le ofrecieran a hacer todo de nuevo para llegar a dónde estaba, lo haría todo nuevamente sin dudarlo.
Solo se sentía un poco mal por no ser la joven bruja que alguna vez fue, tal vez ya ni siquiera era atractiva para su marido.
¿La vería bonita?
¿Debería ponerse otro vestido?
¿Colocarse más maquillaje?
Su perfume era muy dulce, no le gustaba, pero le aseguraron que era la última moda, que todas las mujeres usaban y que los hombres caerían rendidos a sus pies.
Ella no quería muchos hombres, solo a uno. Su esposo.
Se sintió culpable por gastar más del presupuesto en un perfume que no le gustaba mucho, pensó o deseó que al menos a él le gustara.
¿Notará que fue a la peluquería? retocó su cabello de una manera coqueta.
Hacía tanto tiempo que no se arreglaba, que ya no recordaba ni cuando fué su última cita juntos, tal vez hacía miles desde años, antes de la muerte de su hijo.
Las lágrimas saltaron a sus ojos con el recuerdo, trató de serenarse para no estropear su maquillaje, tomó su bastón al lado de la cómoda y fue al encuentro de su esposo en el restaurante en Londres.
Lo encontró a la hora acordada, estaba al lado de una elegante mesa con un ramo de rosas en las manos, se lo entrego y ella embelesada lo aceptó con un toque de sonrojo en sus mejillas.
-¡Estás preciosa, mi amor! La halagó el hombre encorvado y con voz rasposa por la edad.
-¡Tú estás muy elegante, cielo, me gustan las rosas! Ella dejó el bastón al lado del que usaba también su marido, porque por la edad a veces se mareaba si no tenía apoyo.
Cenaron a la luz de las velas, recordando anécdotas de sus hijos, nietos, amigos y personas que ya no estaban entre ellos.
-¡Estás hermosa! la halagó su esposo.
Ella se sonrojó nuevamente.
-¡Me gusta tu cabello así! ella le tocó nuevamente coqueta.
-Y hueles exquisito ¿Qué perfume es? No recuerdo que tuvieras uno así en tu tocador.
-Es nuevo, le confesó sonriendo.
Siempre le gustaron esos detalles de su esposo, el recordaba todo lo que ella decía o hacía, la hacía sentir importante, querida.
-¡Te amo! le confesó el hombre volviéndola de sus pensamientos.
A ella le costó tragar por el nuevo de emoción que tenía en la garganta.
-¡Yo también te amo!
Terminaron de cenar y comieron el postre, cada uno le hacía probar al otro un poco de su plato, como solían hacerlo cuando fueron novios hacía muchísimo tiempo.
Juntos se levantaron dándose apoyo mutuamente y se marcharon del lugar abrazados como dos adolescentes enamorados.
Ginny tuvo que rescatar los bastones que sus padres dejaron olvidados, no los necesitaban cuando estaban juntos, ellos se bastaban el uno con el otro.
Ella y su esposo los siguieron hasta que llegaron sanos y salvos a la Madriguera, sonrió soñadora deseando tener con Harry lo mismo que sus padres luego de más de 50 años juntos.
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RETO FLUFFYTOBER 2021 Multiships Harry Potter
FanfictionOneshot Multiships del mundo de Harry Potter