La "sorpresa"

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Pegó sus labios a los míos, al principio me quedé con los ojos bien abiertos, no podía creer lo que estaba pasando, pero después de estúpida que soy, y con lo débil que me hace sentir le seguí el beso.

Me besaba con intensidad, tanto que se me olvidó todo lo que nos separaba, pasó sus manos a mi cintura y me pegó a el, puse mis manos en su cuello, me tentaba su olor, haciéndome recordar que soy un monstruo chupa sangre, bajo una deyu sus manos a mi pierna y la elevó a su cadera, de un mini salto de mi parte, me aferre a sus caderas con mis piernas, se sentía tan bien sus besos y sus manos en cualquier parte de mi cuerpo, en 200 años de vida nadie me había hecho sentir lo que sentia en este momento, bueno, el que más se acercaba un poco a esta sensación era Christophe, pero bueno esto no se trataba de el.

Pasé mis uñas por su espalda, ya que me había tumbado en la cama unos segundos atras, pero soltó un gemido de dolor.

- Agh.. Mierda Victoria, me has arañado. Me preocupé, y rápidamente me levanté de la cama y mi vista fue a su espalda, en donde se habían marcado mis uñas y resvalaban pequeñas líneas de sangre.

Me tape la nariz para que ese olor no me transformase.- hay un botiquín en el baño, pero como es en la espalda no podras hacerte nada, mejor es que te vuelvas a duchar, con agua fria, perdóname, no era mi intención lastimarte. Lo miré apenada.

Seguí con la nariz tapada, mientras corrí por los pasillos de mi "casa", pero me tropecé y rodé escaleras abajo.. Dios!!! Para ser vampiro era la vampira más tonta de mi generación, eso lo podía asegurar.

- estás bien Victoria?. Anda, el que faltaba.- si te incomodó me voy.

- perdón, no quería pensar eso, por cierto es de mala educación leer mentes sin permiso. Hice una mueca de enfado.

- esta bien, prometo que lo seguiré haciendo. Río y le pegué un codazo. Claramente a diferencia de Fabio, Christophe no salió volando.

- y a que debemos la visita del vampiro Christophe?. Bromee y me miró.

- me he enterado. Oh, ya sabía lo de Fabio.- si, ya lo se.

- te dije que no me leyeras más la mente. Le señalé.

- lo has hecho tu primero. Sonrió y se encogió de hombros.

Era atractivo demasiado, pero que hago, no se supone que no debo pensar en más nadie si encontré a mi alma gemela?.

Enamorada de un mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora