Capítulo 2

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Ikaris

—Deja de mirarlo de esa manera —le dijo Dane un día cuando él estaba cerca —. Sabes que está con Barnes

Claro que lo sabía, de todas la formas posibles lo sabía. Helmut y Barnes estaban juntos, así de simple, así de doloroso. Y no, no tenía miedo que sus amigos supieran lo que para su mente y corazón era un hecho.

Estaba perdidamente enamorado de Helmut Zemo.

Nunca creyó ni por un momento tener una oportunidad con el "chico" de su compañero de equipo. Simplemente pasó, se enamoró y ya, las mejores cosas ocurrían sin esperarlo. Otra cosa era que no tuviera la valentía de confesárselo.

Ni siquiera podía fingir que haría el intento. Compartían tres clases: Ikaris lo había conocido en la clase de las siete, admirado en la clase de las nueve y enamorado en la clase de las dos de la tarde. Tres clases y aquella de Francés, donde accidentalmente Ikaris había llegado tarde e inesperadamente le tocó compartir asiento con Zemo, prefirió saltarse la sesión, pues junto a él... demasiado peligroso para su ser.

No tenía ni idea del porqué amaba desmedidamente a Helmut. Chico bello y rebelde, no era su tipo. Incluso sabiendo que sus únicas parejas a lo largo de su vida habían sido chicas. Verlo fumar en los lavabos, golpear a tipos que lo hacían enojar y salir ileso con su bella cara engañosa, con esa pandilla rara de amigos que tenía, modales refinados, así como filosos y la forma placentera de ignorar a todos.

Dios, Ikaris no debería amar a un chico como ese, pero no pudo evitarlo.

Sí, poéticamente ridículo para alguien que es el nuevo suplente del capitán del equipo de la universidad.

¡Oh, el equipo! El dichoso equipo de fútbol del cual ahora estaba al mando en el campo, el mariscal, otro pilar que lo obligaba a encasillar sus sentimientos en el anonimato silencioso.

—Eres el nuevo capitán del equipo, mientras Rogers tiene la pierna rota, Barnes y tú no pueden entrar en conflicto.

Dane, su salvación, el único que ponía sus pies en la tierra cuando su corazón se incendiaba al encontrarse con Helmut paseándose por los pasillos de los vestidores del equipo cuando éste le llevaba alguna cosa a Barnes que había olvidado o simplemente porque se le antojaba visitarlo para besarlo a escondidas entre los casilleros de los demás jugadores.

Tantas veces cruzaron camino y Zemo jamás le había volteado a ver, ni una sola vez. Y estaba bien o habría querido que su corazón lo aceptara sin sentir mil cuchillas enterrársele.

Pero...

Le molestaba, le molestaba muchísimo, que Barnes pudiera pasearse con otras chicas como Natasha Romanoff mientras él era censurado por lanzar un suspiro silencioso por Zemo.

—Recuerda que debemos ganar el siguiente partido para la final. No hagas cosas estúpidas, amigo.

—Por supuesto —decía Ikaris harto de lo mismo —. Zemo y Barnes están juntos, no hay nada para mí. Tengo que cumplir con mi responsabilidad. Rogers me ha encargado al equipo, no puedo fallar.

Entonces Dane ponía una mano sobre su hombro.

—Algún día.

—Algún día.

Ikaris estaba bien con ello, sólo un milagro podría llevarlo a formar parte de la vida de Helmut Zemo.

"Algún día" significaba nunca.

Amigos sin Beneficios | Winterbaron | Zemo/IkarisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora