Capítulo 22

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La enfermera terminó de cubrirle la herida en la ceja, Ikaris torció los labios dolorosamente . Ella le dedicó una mirada torva, Ikaris no podía esconder la vergüenza y evadir los ojos de la enfermera, así que como un niño valiente y honesto que ha roto el candelabro costoso de su abuela tuvo que enfrentar primero la mirada acusadora de los mayores antes de la reprimenda real.

Una vez que la mujer hubo terminado de limpiarle y vendarle las heridas, le dijo que tendría que permanecer una hora en la camilla antes de que pudiera irse, se trataba de un protocolo por si Ikaris sufría una conmoción cerebral, desmayo o algún efecto causado por los golpes y la caída.

—Bien, permanece recostado aquí —la mujer se quitó los guantes —. Con los analgésicos que has tomado te sentirás mejor, regresaré en un rato, si todo esté bien te daré unas cápsulas y una crema antinflamatoria para los golpes, mientras tanto lo dejaremos aquí. Te dejaré estas galletas y jugo, bébelo. Un amigo tuyo espera afuera háganme un favor y no destrocen la enfermería.

Ikaris trató de asentir pero un tirón agudo lo alcanzó en la nuca y espalda, emitió un quejido lamentable, la enfermera salió y de inmediato la voz de Dane, mortalmente sombría, inundó la habitación. Ikaris sabía, desde el momento que puso sus labios en Helmut Zemo que esa plática con Dane llegaría. Sólo había estado postergándose el momento en el que Whitman le alcanzaría decepcionado para recriminarle haber hecho precisamente lo que le pidió que no hiciera. Ikaris no se imaginaba que el dolor muscular y las heridas no serían tan dolorosas después de esa charla.

—¿Tienes idea de lo que hiciste? —Dane apretó los labios, rígido de enojo. Él era vivaz, alegre, bastante dócil; su carácter empatizaba con el de Ikaris, quien lo hubiese visto no creería jamás que se trataba de Dane Whitman, con su carácter dulce y torpe apunto de explotar.

—¿Tan grave fue?

—¿Grave? —Dane pareció alterarse aún más —. ¡Estás en boca de toda la jodida escuela por dios, Ikaris, no hay rincón de este maldito campus en el que no se hable de tu pelea con Barnes! ¡Hay fotos, videos y créeme pronto comenzarán a llover rumores porque no tenías ni un día de ser el centro de atención con ese "romántico" beso en el juego y ahora te agarras a golpes con Barnes! ¿Tienes alguna puta idea de lo que realmente hiciste?, ¿o sólo estás allí tendido como una jodida celebridad pensando en tu maldito noviecito?

—¡Dane!

—El equipo está vuelto loco, casi dividido. Barnes estaba hecho un demonio ayer tratando de hallarte y nadie podía calmarlo. ¡Maldición!, ¿sabes que pueden expulsarte del equipo o peor aún, retirarte la maldita beca deportiva? ¿Pensaste si quiera en eso? ¿Qué pensará tu madre cuando se entere, Ikaris?

El corazón del joven se oprimió pensando en su madre, cerró los ojos llenos de tristeza, la culpa de sus actos iniciaban a pesar en su conciencia.

—¿Qué no se esfuerza ella bastante para que estés aquí? ¿Sabes del dolor que la colmarás si te expulsan? Tres malditos años tirados a la basura.

—¡Basta! —gritó Ikaris, los músculos de la cara palpitaron por la fuerza que había ejercido —. ¿Crees que no estoy consciente de eso?, ¿crees que quería que esto pasará? Traté de evitarlo

—¿Trataste de evitarlo? Ikaris, por favor no me digas que no te lo advertí.

—Lo hiciste.

—¡Exacto, lo hice! ¡Te dije claramente que no fueras tras él y lo hiciste! , ¿y a dónde te ha llevado? ¡Su dinero no podría sacarlo de la escuela aún cuando hiciera cosas horribles pero tú no! Sinceramente, no sé que ven Barnes y tú en Zemo que los tiene hecho unos idiotas, a ti, a ti está consumiéndote, metiéndote en problemas. Su maldita cara, es una mentira, ¿qué no te das cuenta? ¡¿Cómo puedes si quiera pensar en él?! Dios no eres ni serás el único en su cama.

Amigos sin Beneficios | Winterbaron | Zemo/IkarisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora