• Capítulo 10 •

876 105 62
                                    

En este AU Soso puede llorar solo que a su hermano no le gusta, y a menos que llore gracias a golpes/peleas no activa su power up*


-

Si la vida te tira una piedra, quemale la casa, rayale el auto, tirale un escupo, lanzale un ladrillo, pegae a la abuela y matale el perro...


Nahoya Kawata-

-

—¿Ran?— Escuchó esa voz tan amada, tan linda, que tanto necesitaba sin saberlo, la escuchó y no era una grabación, ni un video, era real.

Se acercó y sentó al lado de la cama, con sus labios temblorosos y ojos enrojecidos por las lágrimas acumuladas, adenas de sus mejillas sonrojadas levemente, guio su mano derecha a el rostro ajeno, acariciando con su dedo pulgar la mejilla del chico que ahora estaba despierto.

Su hermano, Souya, estaba llorando siendo consolado por Rindou y Mikey quiénes no sé lo podían creer; sin terminar de salir del shock, los doctores decidieron darles unos minutos a solas antes de revisar a Nahoya, por respetó y porque sabían todo el sufrimiento al que se sometió el hermano menor.

Unos segundos de silenció se hicieron presente en la habitación antes de que Nahoya se inclinara un poco; no tanto evitando lastimarse, pero lo suficiente para unir sus labios con los de Ran.

Este no tardó en corresponder el beso que tanto deseaba, de forma lenta y dulce sin ser brusco. Sus hermanos lo miraron expectantes, no tan sorprendidos porque ya lo esperaban, sobre todo viendo la reacción de Ran respecto a todo lo que pasaba con Nahoya, Mikey formó una pequeña sonrisa ladeada.

Las lágrimas abundaban el lugar, de parte de Ran y Souya, aunque no faltaban las del mismo Nahoya.

Rindou estaba alegre por ver nuevamente feliz a su novio y hermano, era algo que deseo durante mucho tiempo los últimos días. Sin embargo, no era capaz de llorar.

No sé trataba de que no quería a Nahoya porque era todo lo contrario, pero se prometió a sí mismo que debía evitar verse mal, por su hermano y novio, el no podía sufrir mientras ellos lo hagan.

—Estoy demasiado feliz...— Lloriqueo Souya siendo interrumpido por los pequeños hipidos que daba, su promesa estaba más que rota, pero era en un buen sentido para aprovechar el momento.

—Nos disculpamos por interrumpir su momento, pero es de vital importancia que revisemos cuánto antes al joven Nahoya y necesitamos hacerlo a solas ¿nos permiten unos minutos?— Una amable voz de la enfermera que conocían como "Ami" (así pidió que la llamen) los saco de su burbuja feliz, el doctor no tardó en aparecer en su campo de visión. —¿Vamos por un café? Muero de sueño.—Propuso Rindou, el peliazul, Mikey y su hermano asintieron para abandonar la habitación entre sonrisas y lágrimas.

Nahoya tragó saliva, pues de algún modo ya sabía lo que sucedería.

-

—Ire acomprar Dorayakis a las máquinas expendedoras, nos vemos.— Dijo el de cabello rubio bajito para abandonar el grupo en dircción a donde indicó, sus amigos rieron y fueron directamente a hacer la fila para comprar café, estaban exhaustos.

—Estoy demasiado feliz..— Habló Souya en un pequeño susurró, su novio quén le abrazaba por la espalda le dio un beso en la mejilla e hizo cariño en el cabello, específicamente enrollando uno de sus dedos en los rizos.

« Nadie puede ser tan feliz.. » [RanLey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora