Capitulo 7

5 5 0
                                    

En cuanto me repuse del hecho que mi presa es un inventor, y que no formaba de las fuerzas especiales o mágicas, dimos un lindo paseo, aunque tuve cuidado de no mirarlo a los ojos.

—Ennntonces Gatita ¿Dónde vamos? —dijo este poniéndose delante mío para captar mi atención.

—Al Rocoto Caribeño y no me llames así—dije muy molesta y aguantando las ganas de apuñalarlo.

Levantó las manos en rendición, se colocó a mi costado, dejando que le guiara.

Caminamos para arriba del pueblo. El vestido que tenía puesto me dificultaba a subir la pequeña colina.

Al llegar, nos topamos con el restaurante lleno, asique, ya no podíamos pasar por ahí. Le señalé con la cabeza la pequeña puerta del costado. La abrí y subimos las escaleras en dirección al segundo piso.

—Mira, sé que eres un invitado, pero no me importa, así que no esperes una tacita de té de mi parte—le dije mientras entrábamos a la sala.

—Okey okey, sin remordimientos por una taza de té—se echó en el sofá más grande. —tampoco esperes mis agradecimientos.

—Haz lo que quieras—le respondí. —Bien, ¿Quién eres?

—Un inventor.

—Ya sé, ¿Qué haces encubierto como oficial de las fuerzas especiales?

—¿Y porque trabaja una asesina en la prostitución?

—Por ti.

—¿Enserio? — no quería que se lo tomara de buena manera, de hecho, ni ver sus ojitos de perrito.

Es un raro, ya está dicho.

—Aja. —respondí con mis cejas fruncidas— ¿Por qué accediste a ayudarme?

—No sé. Lo excitante en como agarraste el cuchillo, aunque era muy simple, le pudiste dar un toque de brillo. —sonrió con sus manos moviéndose como arañas. — Podría mejorar ese cuchillo—dijo para sí mismo.

—Eres muy raro, ¿Qué tipo de inventor eres?

—De armas claro está. Me atraen mucho las que tienen un filo y cortan la carne como mantequilla— se sentó indiferentemente. —Pero no digo que me vaya mal en crear máquinas, la ultima que hice, puso huevos de dragones robóticos asesinos, pero no aguantó la quinta empollación.

—¡Era una gallina poniendo huevos de dragones robóticos!

—¿Seeeehhh? —dijo este mirándome con rareza.

—Pobre gallina—dije con la imagen de dolor de la gallina al empollar seres más grandes que ella.

—Murieron todos incluso los dragones. No absorbieron los suficientes nutrientes de su madre.

Me sobresalté hacia su mención. Parecía un poco a lo que Amelia estaba pasando.

—¿Qué pasa? Gatita— dijo este mirando mi rostro.

—Te dije que ¡no me llamaras gatita! —Me levanté del sillón para agarrarlo por el cuello.

—Okey okey okey...tranquila, no se tu nombre—dijo este colocándose detrás del sofá.

Lo ignoré, no le hiva a decir mi nombre.

—¡Victoria! ¿todo bien arriba? —Se escuchó el grito se la señora Abel en la cocina.

—¡No se preocupe señora Abel! — respondí molesta.

—¿Victoria? ¿Qué, vectorizaste algo? —dijo este matándose de risa.

Deje de perseguirlo.

Estabilicé mi respiración y con un poco de la energía que salía afuera de mí, la acumulé para formar una bolita negra, invisible al ojo humano. Con mi dedo pulgar, chasqué, saliendo disparado a su dirección.

Él por su parte sintió una gran energía negra acercarse a una velocidad increíble, dejo de concentrarse en Victoria, y con el tiempo que quedaba se concentró en crear un caparazón.

El choque dejo un temblor muy fuerte que asustó a los comensales que se encontraban en el restaurante, todo el mundo gritaba: ¡Temblor! ¡Temblor!

Mientras tanto en el segundo piso se notaba la tensión entre el rubio y Victoria.

—Excelente disparo—hablo el rubio con mucha seriedad.

—¿Sorprendido? Qué pena que no estés muerto, tal vez la cantidad no fue suficiente. —respondí igual que él.

—Eres una Bendición del cielo, una Mestiza—dijo este finalmente.

Me quede totalmente callada ante su correcta intuición.

—Excelente. —cuando escuché esas palabras, empecé a agarrar el cuchillo, envolverlo con mi energía, lista a lo que se venía— Excelente, excelente, magnificó, me sirve, jajajajajaj.....por fin te encontré.

Me lance ante el dispuesta a cortarle en pedazos, si bien el cuchillo no dejaría una herida mortal, este envuelto de mi energía negra con un solo de este podría envenenar un alma humana. Pero el movimiento la dejo completamente sorprendida.

Me había preguntado cómo es que la energía que había disparado no había destruido, por lo menos, la pared, la respuesta esta delante suya. Él la había absorbido para conectarla así a su arma, una daga de mango de dragón.

Esta daga enfrento a su arma con su energía pura sin ningún problema. Los estruendos que estas producían aun dejaban a la gente del temor de un futuro Terremoto.

—Te encontré Victoria Tryggvason, cuanto tiempo—dijo este aun con la defensa de mis ataques.

—¿Quién eres? — hable con las dudas de sus palabras.

—Me llamo...—se separó de mi —Adam Gray.





























.

BENDICION DEL CIELO💮☁️ [#PNA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora