Capítulo 18.

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CAPITULO XVIII

Visita Sorpresa.


Killua entró a la habitación, recostándose en la suave y cómoda cama, observó a Gon con una gran sonrisa, mientras admiraba su torso desnudo, no importaba si ya lo había visto, siempre le sorprendía la buena condición física en la que se encontraba Gon, y se sonrojaba al imaginar cómo sería tocar cada parte de su piel.

Gon se recostó a su lado, en la cama, sintiendo la intensa mirada de Killua sobre sí, cosa que seguía poniéndolo nervioso.

- Killua, otra vez me estás viendo. — Mencionó en un pequeño puchero, bastante infantil al tener 17 años, pero a Killua le parecía tierno.

- Lo lamento, no puedo evitar observarte. — Mencionó mientras desvío su mirada al techo de la habitación, aunque seguía observando a Gon de reojo.

Gon se recostó junto a Killua, tomando la cintura ajena y acercándolo a sí mismo, tal como ha hecho durante el mes que llevan viviendo juntos. Killua no protestó y Gon acercó al albino a su cuerpo, mientras esté acomodaba su cabeza en el pecho desnudo de Gon, colocando su mano pálida sobre la mejilla ajena.

- Te amo, Killua. — Mencionó el moreno, sintiendo las caricias del nombrado, mientras sonreía y cerraba sus ojos, listo para dormir.

- También te amo, Gon. — Mencionó el albino, levemente sonrojado, mientras de igual manera cerraba sus  ojos, concentrándose en esa bella sensación que lo invadía al sentir el cuerpo de su amado tan cercano al suyo.

Había pasado un mes desde que Killua llegó de improviso a vivir junto a Gon, ambos se han complementado bastante bien, seguían asistiendo a la escuela, aunque Killua solía pasar alerta todo el tiempo, Gon suponía que era para no toparse con Illumi, por lo que le contó, parecía que le encanta hacer infeliz la vida del albino. A pesar de ello, ambos eran felices y Killua comenzó a pensar en aceptar la propuesta no oficial de Gon de casarse, en tan solo un mes ambos complementaron sus rutinas diarias a la perfección, a veces discutían por quién cocinaba o por quién lavaba los platos sucios, pero eran simples discusiones que al final ambos terminaban cediendo y hacían las cosas juntos, además Gon hacía totalmente feliz a Killua y Killua quería creer que él también hacía feliz a Gon. Y aunque todo el tiempo se decían cumplidos y se decían que se amaban, ninguno le ha propuesto al otro ser novios oficiales.

Alluka también estaba feliz por su hermano, Killua solía visitarla con regularidad, cada que podía y Killua le hablaba de Gon constantemente, de lo feliz que era a su lado y de las ansias que sentía de presentárselo. Los tres acordaron que Gon y Alluka se conocerían cuando Alluka fuese a recoger un gatito en un refugio de animales.

Alluka había demostrado mucha madurez y responsabilidad al hacerse cargo de sí misma por su cuenta y vivir lo suficientemente bien como para tener una mascota, por lo cuál ansiaba tener una compañía en su pequeño apartamento, y que mejor que conocer a quien le daba tanta felicidad a su hermano el mismo día.

Aunque aún faltaban tres días para ese día, los tres estaban realmente emocionados por aquel encuentro.

Tras despertar, Gon se levantó de la cama, con mucho cuidado de no despertar a Killua, quién seguía profundamente dormido y acurrucado en el cuerpo del moreno. Después de bajar de la cama, e ir al baño y hacer sus necesidades, Gon caminó a la cocina, dónde comenzó a preparar el desayuno de Killua, con una sonrisa en su rostro.

Su plan de un desayuno sorpresa se arruinó al observar dentro de la nevera y notar que faltaban algunos ingredientes para poder preparar el desayuno preferido de Killua.

Soltó un pesado suspiro de frustración, pero decidió ir a comprar los ingredientes faltantes, ya no sería sorpresa, pero seguramente Killua se alegraría de comer su comida favorita.

No lo dudó más y, tras colocarse una camisa, guardó las llaves que le pertenecían en sus bolsillos y salió a la tienda más cercana.

Los rayos del sol entraron a la habitación donde tan plácidamente dormía Killua, mientras mantenía una inmensa sonrisa en su rostro, en el momento en que los rayos del sol le daban en la cara, Killua comenzó a despertar.

Se sentó en la cama, mientras bostezaba y frotaba sus ojos, intentando despertarse por completo, al observar a su alrededor y no notar a Gon, supuso que estaría en la cocina, de nuevo. « Tsk, como le encanta cocinar. ». Pensó, mientras bajaba de la cama, comenzando a caminar, ingresando al baño para posteriormente, después de algunos minutos, salir del mismo, más despierto.

Caminó a la cocina, esperando encontrar a Gon, para poder seguir admirando su torso desnudo, vaya sorpresa se llevó al no encontrarlo ni en la cocina, ni en ningún lugar del apartamento. Al abrir la nevera, notó que casi no tenían comida, supuso que entonces salió a comprar los ingredientes para el desayuno.

Escuchó como la puerta del departamento era golpeada desde afuera, sonrió y su corazón comenzó a latir con más fuerza al pensar que el moreno finalmente estaba de regreso.

- ¿Olvidaste las llaves de nuevo?. — Preguntaba, mientras caminaba hasta la puerta, su sonrisa se esfumó por completo al observar que no era Gon quién estaba del otro lado de esta. – Disculpe, ¿Puedo ayudarla en algo?. — Preguntó con amabilidad, pues Gon le dijo que tenía que tratar con más respeto a las demás personas, en especial si eran mujeres.

- N-no lo sé, ¿S-se e-encuentra G-Gon?. — Preguntó con nerviosismo y timidez la voz femenina de una joven.

Aparentemente era de la misma edad de los jóvenes, Killua se encontraba algo sorprendido e intrigado por dos cosas, en primera la joven tenía el mismo color de cabello que él, algo que Killua no solía ver seguido. Y en segunda, la joven parecía estar…¿Embarazada?.

- Bueno, por el momento no se encuentra, pero si gusta pasar a esperarlo o dejarle un recado, estoy seguro que no tardará en llegar. — Mencionó Killua, mientras se hacía a un lado, esperando la respuesta de la joven.

- L-lo esperaré, g-gracias. — Mencionó, mientras entraba al departamento.

Killua cerró la puerta tras que la joven entró, seguía intrigado en ella, la joven se parecía a él, de cierta forma. Su piel también era bastante pálida, su cabello era prácticamente igual, tan solo que la joven lo llevaba más largo que Killua, además de que ella se peinaba, eran de alturas parecidas y se podría decir que la misma edad, tan solo eran diferentes sus ojos y la obvia diferencia de sexos.

Si como decía Gon, sus ojos eran como el cielo estrellado, los de la joven misteriosa eran como el cielo claro del día.

- ¿Le puedo ofrecer algo?, ¿Agua, café, té?. — Preguntó, aunque no tenían té, realmente estaba muy confundido.

- Agua, por favor. — Mencionó, por lo que Killua se apresuró a servirla.

¿De dónde está joven misteriosa conocía a Gon?, pero más importante aún, ¿Por qué lo estaba buscando? ¿Qué quería de él?, esas preguntas comenzaron a rondar su cabeza, mientras se acercaba a la joven que se encontraba sentada en aquella pequeña sala tenía el apartamento y Killua le entregaba el vaso con agua, sentándose frente a ella, aún muy confundido por su presencia.

Esperaba que Gon llegase pronto, pues realmente no entendía la situación.

Continuará...

Destinos Cruzados [FINALIZADO].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora