Destinos Cruzados [FINALIZADO].

Capítulo 10.

CAPITULO X

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Mala Suerte.

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Esa mañana, las cosas cambiaron un poco, su rutina no fue la misma que de costumbre.

El castigo que le impartió illumi duró más tiempo de lo normal, además de que uso más fuerza de la normal, cosa que lo hacía sentir adolorido, a pesar de no parecerlo, después de todo poseía cierta inmunidad ante el dolor, aunque aún lo sentía.

Esa mañana, Killua tuvo que sanar sus heridas, cubrirlas con vendas y asegurarse de que no se notaran, cubriéndose con su uniforme. Consiguió que fuese imposible notarlas, tan solo tenía que asegurarse de no quitarse su saco y también estar al pendiente de no sangrar.

Sonrió al pensar que no sería tan difícil, después de todo, nadie quería siquiera verlo, mucho menos ver debajo de su camisa, así que todo estaría bien si no sangraba, decidió llevar vendas en su mochila y alcohol para curarse y cambiar su vendaje, así sería menor la posibilidad de sangrar.

Cuando terminó de cambiarse y guardar todo, finalmente bajó hasta el comedor, dónde tan solo comió la mitad de su desayuno, alluka se había mudado desde el día anterior por la tarde, así que podría comer sus comidas completas ahora, pero se estaba quedando dormido mientras desayunaba, realmente no durmió mucho la noche anterior, el castigo de Illumi terminó bastante tarde el día anterior.

Además, tras que acabó aquel castigo, apenas tenía fuerza suficiente para caminar hasta su habitación y simplemente recostarse y dormirse de inmediato, hasta ese mismo día en la mañana fue que desinfecto sus heridas y las vendó. Hacía tanto tiempo que no recibía un castigo tan pesado que realmente lo agotó.

Después de desayunar, se dirigió a las puertas de la mansión, saliendo de aquel lugar y dirigiéndose a su colegio de inmediato. Con algo de dolor en sus hombros al cargar su mochila.

Tras llegar, gon lo esperaba en la entrada como era su costumbre desde el día en que solucionaron sus problemas, killua no pudo evitar sonreír al verlo y sentir su corazón acelerarse al tan solo pensar que estaría con el durante todas las clases, por lo que se acercó a él y manteniendo aquella sonrisa lo saludó.

- Hola gon, te dije que puedes dejar de esperarme, realmente no me importa ingresar solo. — Mencionó, como solía hacerlo a veces al encontrárselo.

- ¿Otra vez con eso Killua?, ya te lo dije, no quiero que los demás te miren feo o que te vuelvas a sentir solo nunca más, te acompañaré siempre, aunque sigas diciendo que puedes hacerlo solo, vamos. — Le dijo, sonriendo con ese brillo que lo caracterizaba y tomando su mano para darle ánimos.