Capítulo 34.

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CAPITULO XXXIV

Confesiones y Debilidades



Tras comer juntos, la pareja notó que era demasiado tarde, a pesar de vivir cerca era un poco peligroso regresar a su casa.

Probablemente si solo hubieran comido y se hubieran ido, ya estarían en su casa conversando para luego dormir. Sin embargo, Seth se ofreció a ayudarle a Mito-san a ordenar todo el comedor y entre cosa y cosa, ya era tarde.

- Vaya, se les hizo tarde. - Mencionó Mito-san.

Kanon ya estaba recostada, pues su embarazo la cansaba bastante y estaba débil, terminó durmiéndose rápidamente.

- No te preocupes Mito-san, estaremos bien, vámonos Seth. - El albino sabía que Mito-san les ofrecería quedarse a pasar la noche si permanecían más tiempo, cosa que no quería.

Sin embargo, la suerte no estaba de su lado.

- Killua, ¿Estás seguro? Sabes que me asusta conducir en la noche. - Mencionó Seth, inseguro.

Killua suspiró con pesadez y antes de que pudiera proponer alguna solución, como que él conduciera, Mito-san habló.

- Lo mejor será que pasen aquí la noche. No me gustaría que conducieran tan tarde, puede pasarles cualquier cosa.

- Mi tía tiene razón. - Apoyó Gon. - Deberían quedarse en la casa, tenemos un cuarto extra.

Killua suspiró con pesadez y se resignó, pues no tendría más opción.

Se instalaron en aquella habitación, Seth rápidamente concilió el sueño, sin embargo, Killua no podía dormir. Daba vueltas y vueltas por la cama, intentando encontrar una posición cómoda o algo, pero simplemente era en vano. Suspiró con pesadez y se levantó de la cama, mirando el reloj de la mesita de noche, eran las 01:26 AM.

Suspiró una vez más y se dirigió a la cocina, decidido a tomar algo de leche caliente para poder dormir, tal vez eso le ayudaba.

- ¿No puedes dormir?

Aquella voz alertó al albino, girando hacia el lugar del que provenía esa voz y se encontró a Gon, quién tan solo llevaba puesta una calsoneta que le quedaba holgada. Killua se sonrojó al instante, había olvidado que Gon dormía tan solo en boxers, y a pesar de la oscuridad, podía ver perfectamente el torso de Gon. El moreno sintió la intensa mirada del albino, cosa que le confundió al principio, pues realmente pensó que Killua lo había borrado de su corazón, sin embargo, ahora notaba que él lo seguía amando o al menos atrayendo.

- Extrañaba mucho que me miraras así. - Confesó el moreno, acercándose al albino, quién comenzaba a ponerse nervioso.

- N-no se de qué hablas. - Dijo y de inmediato dejó de mirarle y se concentró en buscar la leche en la nevera.

- No respondiste mi pregunta. ¿No puedes dormir? - Preguntó nuevamente, mirando al albino de reojo, mientras se servía agua.

Destinos Cruzados [FINALIZADO].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora