—¡Fuera de aquí!
Un hombre ya entrado en la tercera edad, estaba apurando a un joven de cabello ondulado. No sería muy difícil poner resistencia, pues ya era un anciano, el problema era el arma con la que apuntaba al menor.
—Por favor, señor, le prometo que este mes le pagaré la renta y los meses de adeudo —le aseguro, sabiendo que era una mentira.
—Siempre me dices lo mismo —le dijo presionando su arma contra la espalda del menor, provocando que casi tirara las cosas que llevaba en los brazos —Estoy cansado de tus excusas, yo vivo de mis rentas y tú me debes tres meses. Me apiadé de ti porque eres un niño, pero nunca hice caridad y no voy a empezar contigo.
—Por favor, son las tres de la madrugada, no tengo a dónde más ir.
—Luca, eres un niño, regresa con tus padres ¡Vago!
Le gritó lo último mientras cerraba en su cara la puerta del edificio de departamentos.
—Ya cumplí los dieciocho, no soy un niño —Reclamó con un puchero, pero ya no había nadie que lo escuchará.
Ahí estaba él, Luca Paguro, un talentoso, pero nada reconocido artista; solo, a mitad de la noche en una calle oscura, sin un techo donde dormir y con apenas el suficiente dinero para comprar dos o tres piezas de pan para desayunar.
El anciano apenas le había dejado ponerse su camisa rayada, unos pantalones y recoger sus cosas, por suerte, ninguna de sus pinturas se había mezclado y sus pinceles y cuadernos no se habían maltratado más de lo que ya estaban.
Empezó a caminar, le había rentado el departamento a aquel anciano porque era el más barato que encontró, pero la zona estaba repleta de ladrones. Aún en el día, era peligroso caminar por ahí.
Hace poco más de medio año, cuando recién había cumplido la mayoría de edad, se fugó de casa de su tía materna. Al haber quedado huérfano cuando era un adolescente, ella se hizo cargo, pero solo lo adoptó por la apariencia y por el poco dinero que su hermana (la madre de Luca) tenía, el cual ya había desaparecido hacia tiempo.
Luca caminó sin rumbo fijo. ¿Debía dormir en el parque? ¿Abajo del puente con los vagabundos? No tenía ningún amigo en esa ciudad, la escuela de arte había rechazado sus "dibujitos", al menos así le llamaron ellos, diciendo que eso no era talento.
Llegó a una parada de autobús para sentarse un momento y ordenar sus pensamientos.
La luz de un vehículo llamó su atención, que el supiera, el autobús no pasaba a esa hora.
—Miren a quien tenemos aquí.
Oh, no.
—Si es nuestro "artista" favorito.
Era Ercole, el líder de una pandilla muy peligrosa en la ciudad. Solo él podía andar a esas horas con sus lacayos.
Luca no era un chico malo, cuando hablo con Ercole por primera vez ni siquiera sabía que se estaba involucrando con alguien tan peligroso. En ese momento, solo era un chico que necesitaba un poco de dinero para pagar el primer mes de la renta.
—Hola Ercole —lo saludó tan bien como pudo.
Aquel patán se bajó de su auto con un nuevo par de tontos, pero ridículamente atemorizantes lacayos.
—Veo que no tienes a dónde ir. Ven conmigo, tengo el trabajo perfecto para ti —le dijo con una sonrisa perversa.
Sabía que no debía ir, ya estaba al tanto del nuevo "negocio" que Ercole había implementado.
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El arte del amor (LucaxAlberto)
FanfictionLuca es un joven artista que trata de encontrar la inspiración necesaria para hacer una obra de arte y tener por fin la fama que tanto desea. Tras varios problemas, llega a Portorosso, donde conoce a Alberto, un pescador local que decide ayudarlo. L...