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Otra vez viendo sólo en blanco y negro, Jimin apoyó las palmas por encima de su cabeza, contra la pared rocosa de la caverna. Miraba fijamente la niebla que se arremolinaba. Ella había escapado. ______ realmente se había escapado. Todo en su interior le impulsaba a saltar a su mundo y darle caza. Ahora, sin embargo, sus razones no eran lo que habían sido. Era la bestia dentro de él la que anhelaba su cercanía… no el Guardián. 
Rechinando los dientes, permaneció en el lugar. No importaban sus deseos, subir al mundo de la superficie no era una opción. No hasta que designara un guardián temporal. Jimin pronunció una brutal maldición en la niebla, odiando el tener que esperar. Con toda su impaciencia era una punzada de increíble alivio. ______ viviría más tiempo y él la volvería a ver, no importaba donde estuviera, lo lejos que fuera. 
Dejó caer una de sus manos y palmeó el medallón bajo la camiseta. Cuando sólo sintió uno, se paralizó. Frunciendo el ceño, echó la mano al bolsillo, encontrando únicamente el suave y mantecoso deslizamiento del cuero. Su respiración se hizo tan estremecedora y fría como la niebla y una oscura furia ascendió a través de él. 
______ no solo había escapado de él, y con bastante facilidad, además, le había robado el Ra—Dracus. Sus manos se cerraron con tanta fuerza que sus huesos amenazaron con convertirse en polvo. 
La mujer tenía que ser encontrada. Pronto. 

Con una última mirada a la niebla, abandonó la maldita cueva y entró en el palacio. Siete de sus guerreros estaban esperándolo en el comedor.  Ellos se mantenían en formación, con los brazos cruzados y las piernas separadas. En postura de guerra. En el centro estaba TaeHyung. Sus labios estaban apretados en disgusto y el ceño fruncido con severidad. Había un malicioso brillo en sus ojos que no concordaba con el resto de su expresión. 

—¿Tienes algo que decirnos, Jimin? —dijo su primero al mando.  

Jimin se detuvo a medio paso, entonces él también asumió una posición de pre-batalla. Sus hombres nunca lo habían enfrentado de tal manera, y se maldijo a sí mismo por permitir su juego. 

—No —dijo—. No tengo nada que decirte. 

—Bueno, yo tengo algo que decirte a ti —gruñó jungkook. 

Minsuk colocó una mano a modo de advertencia sobre el hombro del joven dragón. 

—Ese tono hará que te ganes un golpe.

JungKook apretó los labios en silencio. 

—No tengo tiempo para jugar a su estúpido juego ahora mismo. 

—¿Juego? —dijo YoonGi exasperado—. ¿Crees que estamos jugando? 

—¿Qué están haciendo aquí si no es intentar ganar su apuesta? Les dije que se quedaran en la arena de práctica durante el resto del día. Es donde esperaba que estuvieran. 

Jimin los evitó y se dirigió hacia el corredor. 

—Sabemos lo de la mujer —dijo Seungmin, adelantándose.  

Un ceño estropeaba las claras líneas de su rostro. 
Jimin se detuvo abruptamente y se volvió hacia él. Preparó sus facciones para que revelaran sólo simple curiosidad.

—¿Qué mujer es esa? —preguntó con un falso tono casual. 

—¿Quieres decir que hay más de una? —JungKook saltó delante de Seungmin.  

Sus facciones perdieron el borde acerado. 

—Cállate —le dijo TaeHyung al chico.  

Se volvió a dirigir a Jimin. Sus siguientes palabras repartieron golpes a diestro y siniestro con tanta fuerza como una espada. 

드래곤의 심장 [Aԃαρƚαƈιóɳ] »»--★PJM y _____★--««Donde viven las historias. Descúbrelo ahora