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Los goznes no chirriaron. 
De hecho no surgió ni un solo sonido. En un momento las puertas del dormitorio estaban cerradas y al siguiente, los dos paneles se deslizaron abriéndose. 

______ se quedó a la izquierda, invisible y oculta por las sombras que proyectaban el mármol oscuro. Cuando Jimin entró pasándola, sus pies se enredaron en la sábana—o lo que es lo mismo la cuerda. 
Él se propulsó hacia delante con un gruñido. 
En el momento en que golpeó el suelo, ______ saltó a su espalda, usándolo como trampolín y corrió al pasillo. Su cabeza volaba de un lado a otro buscando la dirección correcta. Ninguna parecía mejor que la otra, así que corrió. Ella no llegó muy lejos antes de que unas fuertes manos masculinas la agarraran por los antebrazos y tiraran de ella para que se detuviera. De repente se encontró levantada sobre el hombro de Jimin, demasiado atónita para protestar cuando la llevó de vuelta a su habitación. Una vez allí, la deslizó bajándola por su cuerpo. Ella se quedó quieta, sintiendo la suave textura de su camisa y el calor de su piel traspasando sus propias ropas. Sus cuerpos estaban tan cerca que incluso sentía la ondulación de sus músculos. 
Sin liberarla, él hizo algo que causó que las puertas se cerraran, bloqueando su única salida. Ella se giró, observando, su mirada ensanchándose. El aliento se congeló en sus pulmones cuando el fracaso surgió alrededor de ella. No. ¡No! En apenas dos segundos, le había arrebatado su mejor oportunidad de libertad. 

—Tú nunca dejarás este lugar. —Le dijo sin un tinte de cólera, solo determinación. ¿Y arrepentimiento?—. ¿Por qué no estás en mi cama, mujer? 

Abrumada por el fracaso, ella susurró. 

—¿Qué planeas hacer conmigo? 

Silencio. 

—¿Qué planeas hacer conmigo? —Gritó. 

—Sé lo que debería hacer —dijo él, su voz ahora un bajo gruñido que vibraba con rabia—, pero todavía no sé qué haré. 

—Tengo amigos, —dijo ella—. Familia. Nunca descansarán hasta encontrarme. Lastimándome solo te ganarás su ira. 

Allí había una concentrada vacilación, entonces. 

—¿Y si no te hago daño? —preguntó tan suavemente que apenas lo oyó—. ¿Qué si solo te ofrezco placer? 

Si la superficie de sus palmas no acariciara sus antebrazos, podría haberse asustado por sus palabras. Ahora ella estaba extrañamente cautivada. Cada fantasía que había creado alguna vez se precipitó por su mente. Sus mejillas se fundieron con calor. ¿Y si sólo te ofrezco placer? Ella no contestó. No podía. 

Él respondió por ella. 

—No importa lo que yo te ofrezca, no hay nada que tú o cualquiera pueda hacer sobre esto. —Su voz se endureció, perdiendo su borde sensual—. Estás en mi hogar, en mis habitaciones personales, y haré lo que quiera. No importa lo que digas.  

Con tal extrema advertencia sonando en sus oídos, ella rompió cualquier clase de hechizo que hubiese tejido y convocó su entrenamiento terrorista de la escuela de vuelo. PENIP, cantó interiormente. Plexo solar, empeine, nariz, ingle. Poniéndose en acción, le dió un codazo en el plexo solar, lanzó su pie a su empeine, se balanceó alrededor y empujó su puño a su frío e impasible rostro. Sus nudillos chocaron con su mejilla en vez de su nariz, y ella lanzó un grito de dolor.  Él ni se estremeció. Ni se molestó en agarrar su muñeca para impedirle que lo hiciera otra vez. 
Así que lo hizo ella. 
Retiró otro brazo y lo lanzó volando. En el impacto, experimentó una repetición del primer puñetazo.  Dolor palpitante para ella, satisfecha diversión para él. No, diversión no, se dió cuenta ella. El hielo de sus ojos era demasiado frío y hueco para sostener cualquier clase de emoción. 

드래곤의 심장 [Aԃαρƚαƈιóɳ] »»--★PJM y _____★--««Donde viven las historias. Descúbrelo ahora