—¿Qué?—Repliqué.—Solo quiero hablar del amor.
—Es fácil, solo no hay que exigir un amor perfecto, tan solo uno alejado de las mentiras, y es que aún con los múltiples defectos de la pareja, lo que en realidad se merecen es un amor que quiera destruir los miedos, y las dudas, pero nunca la vida, jamás el corazón. Ya lo encontraste.
—Sí.—Susurré.
—Entonces no lo pierdas.[***]
01-agosto-2007
Los rayos del sol entraron por la ventana indicándome un nuevo día, hoy me desperté diferente, y eso siempre me pasa los viernes ya que es día de estar en la casa de descanso con mis amigos, aproximadamente viven ahí 30 personas, y otras 20 van algunos fines de semana. Con ellos he aprendido tanto, sus pláticas son interminables, con tantas anécdotas que es inevitable no aprender de cada una de ellas, les encanta leer, jugar ajedrez, yo no tenía idea de cómo se jugaba, pero ahora soy un experto, también aman ver los partidos de fútbol, es uno de mis pasatiempos favoritos con los señores, aunque también he aprendido a tejer, bueno intenté hacerlo, la verdad preferí meterme a la cocina, las galletas de chispas de chocolate me salen espectacular.
Es que estar con ellos me ha renovado la vida, pero sobre todo me ha ayudado a perdonarme. Gracias a sus consejos pude acercarme más a mis padres, que ni la distancia que es de Brasil a Londres nos impide estar en contacto.
Sé tanto de ellos, como ellos lo saben de mí, y es impresionante lo bien que ya me conocen."No tienes que engañarte con eso Fernando." Volteé a ver a Don José, un señor de 75 años de edad, que tiene aquí 6 años, sus hijos lo trajeron por un fin de semana, y no regresaron ni siquiera para visitarlo.
"No me engaño solo que…" Me interrumpió.
"Y si no lo haces, porque no le respondes, porque no vuelves, que no dices que es lo que más amas, y siempre luchas por lo que más quieres." Sus palabras me sonaron a reto, uno que por cobardía no quería tomar.
"Pero aquí estoy muy bien." Intenté sonreír. "O es que ya no me quiere ver más." Su risa un poco ronca resonó por todo el inmenso jardín.
"No es eso, aquí intentas estar bien. Pero todos sabemos que no eres feliz." Seguía moviendo las piezas del ajedrez. "Fernando eres un joven extraordinario que necesita vivir la vida y no estar cuidando de estos viejos o hacerlos reír con sus locuras."
"Me gusta estar aquí, me siento en calma."
"Te la voy a comprar, aquí quizá si te sientas en paz, pero cuando no vienes ¿Qué pasa?"
Suspiré. "Pues trabajo con João, y sigo en los negocios, eso también es lo mío. Estoy haciendo una buena vida." Moví a mis peones, para que siguieran cubriendo a la reina.
"Te voy a contar una historia." Sonrió. "Este juego va para largo." Rió. "Cuando conocí a mi dulce Antônia, nunca imaginé todo lo que viviría a su lado es más ni importancia le tome. Ahora me arrepiento de eso, porque al conocerla mejor me di cuenta que desperdicie mucho tiempo en no mirarla, en no contemplarla, en no hacerla feliz. Sus padres no me soportaban, y quizá ni yo a ellos, pero por ella cada domingo iba a comer con mis suegros, con el pasar del tiempo, se volvió una pieza clave en mi vida, y aunque no todo era color de rosa, yo sabía que quería estar siempre con ella, para toda la vida, así el mundo se cayera. Después de que nos casamos, tuvimos tres hijos, y éramos muy felices, hasta que el tiempo nos alcanzó y se adelantó en esta vida hace seis años. Un mes antes de que mis hijos me trajeran aquí, ella había fallecido, para mis hijos fue lo mejor, una carga menos, por eso me trajeron a este lugar." Hizo una mueca de nostalgia. "No los culpo estar en casa sin mi Antônia era un castigo, yo sé que un día nos encontraremos, y seremos muy felices. A qué voy con todo esto Fernando, a que el amor es así a veces duele, pero no tan profundo cuando estás junto a la persona que amas. Tu y Lety se lastimaron pero recuerda siempre, el verdadero amor perdona todo. De verdad no quisieras verla y estar con ella por siempre. A veces no sabemos cuándo culmina ese para siempre, y la vida es tan incierta que debemos aprovecharla al máximo."
Me quedé mirándolo, por supuesto que quería ver a Lety, estar con ella, pero sentía que en nuestra historia no era tan fácil, no después de tantas lágrimas, ¿En dónde quedaba la libertad del amor? Que el tanto menciona.
"Jaque mate." Rió y mire hacía el tablero, en efecto una vez más me había ganado la partida. "Fernando, siempre encuentra la manera de seguir, de vivir. Quizá aquella tarde en el aeropuerto soltaste su mano, y es válido pero si una vez más lo intentas será la única y correcta." Tomó su bastón. "En el corazón no existe la razón, ese no piensa solo siente. Sé que ahora no es tu momento de volver, pero no falta mucho y debes hacerlo porque eso me haría sentirme más orgulloso de ti hijo." Palmeó mi espalda. "Te veo en el cuarto de tele empezará el Flamengo vs Fluminense."
Lo vi alejarse y aunque me dejó pensativo sonreí, porque mis días aquí eran de reflexión a la vida, sé que necesitaba saber de ella, pero debía estar completamente seguro de que esto sería diferente, si no para que intentarlo una vez más, no era suficiente, la distancia servía solo para crecer, no para olvidar. Eso lo tenía claro. ¿Lety también lo pensará? Cada segundo aumenta el dolor, y aunque las lágrimas salgan el amor es más fuerte.
[***]
Un viernes más dónde para ella seguía siendo rutinario, nada era importante para su vida más que el trabajo que realizaba en Concepto, al día siguiente tenían un evento, y todos estaban vueltos locos, aunque tanto trabajo no le impedía pensar en él. Era lo único que la mantenía viva.
El ruido de la computadora que le indicaba que llegara un correo la sacó de sus pensamientos, seguro era Tomás para mandarle los costos de producción que necesitaba revisar, y anexar al balance que le pidió Marcia.
Su corazón empezó a latir con fuerza, sus manos sudaban, y su estómago era un mariposario.
Se quitó hasta sus lentes y los limpió, quizá estaba viendo mal, pero no, no, no, era real. Ahí en su bandeja de entrada había un correo de Fernando Mendiola, si su Don Fernando le había respondido.01-Agosto-2007
Necesitaba hablar, saber de tí,en ocasiones pensé que no era necesario, pero solo me estaba mintiendo. Y si algo cambie en mi vida es no decir mentiras. En este tiempo di un giro de 180 grados, encontré algunas maneras de seguir, y vivir, pero no sé si fue bueno soltar tu mano.
¿No le pasa Doña Lety?
Que la cabeza le dice que debe irse, porque cada momento aumenta el dolor, y las lágrimas no paran de salir, pero el corazón le pide un intento más, quizá es normal, el corazón no sabe de razones, vive a partir de los sentimientos. Unos que no cambian tan solo se intensifican… No, nos equivocamos, estamos donde debemos estar. ¿Cuándo llegará el momento? Eso lo sabemos los dos. Solo espero que esté bien.
Recuerde que el mar ama besar a la arena, inesperadamente y sin buscarle. Y aunque en el mar y la arena se encuentran los corazones perdidos nunca tiran la toalla, viven bajo los rayos del sol y ahí son felices esperando la brisa de la noche.
Don Fernando.Leía, releía una, otra vez, quería encontrar en cada una de las palabras su voz, necesitaba descifrar cada una de las frases, y aunque no le menciono un te amo, ella sentía que si lo hacía, que su amor era inmenso, más grande que el mismo mar.
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La Fea Más Bella: ¿El final de nuestra historia?
RomanceEl momento de retroceder en el tiempo para cambiar una historia, es cuando te puedes permitir cortar de raíz los acontecimientos vividos. Entonces es tan fácil finiquitar la realidad de tus sentimientos. En los sucesos del alma no es tan sencillo...