Capítulo 10: ¿Cuándo amas a alguien?

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Cuando amas de verdad aún si hay millones de razones para irte, buscas solamente una para quedarte.
—Con ella, yo tengo un millón para quedarme.
—¿Y solo una para irte?
—No me quiero ir jamás.
—Hazlo, aunque te pida que te vayas, que esa será la razón que te haga estar ahí.

[***]

25-enero-2008

Casi un mes desde que regresé a México, y no me arrepiento, fue lo mejor que pude hacer, la verdad es que ya necesitaba estar aquí. Puedo decir que Brasil dejó un millón de razones para volver, una y otra vez, pero para quedarme por tanto tiempo jamás, ese lugar me enseñó una vida mejor, me mostró que debo luchar por lo que más quiero para merecerlo, y sin duda tenían razón.

Cada día la amo más, mis días cambian de un segundo a otro solo porque está conmigo. A su lado todo es diferente, es como si estuviera volando entre mariposas de colores intensos, solo con verla sonreír se detiene la tierra, en su mirada veo su alma que siempre está conectada a la mía, y eso sin duda, es lo que le da a mi cielo una nueva historia. Donde te das cuenta que no esperas nada, mucho menos un final, solo el comienzo de nuevas aventuras, donde hasta el silencio es reconfortante, y espléndido.

Nada es como antes, ahora sí mi vida está llena de dicha.

Al llegar lo primero que hice fue regresar al departamento que compartía con Marcia y Omar, aunque ya ninguno vive ahí. Omar Carvajal y Carolina Ángeles viven juntos desde hace un año, tienen planes de boda, y planean formar una familia, se les ve tan bien que a veces es extraño, pero sé que  los dos se necesitaban, estaban destinados a estar juntos, tarde o temprano con o sin apocalipsis sucedería.

Por su parte Marcia se casó dos semanas después de que regrese de Brasil, entonces lo primero que hizo fue dejar la presidencia, donde hizo un trabajo extraordinario en casi un año de gestión. Desafortunadamente a Octavio le ofrecieron un trabajo en Nueva York, y Marcia no dudo en seguir a su esposo, así que no solo dejó Conceptos si no el país, la ví tan feliz al irse que me sentí espectacular con ella.
Marcia Villarroel necesitaba una persona como Octavio, porque desde el día uno le dió la felicidad que en algún momento le quité, ahora entiendo que si ella está bien, puedo estar en paz, porque se lo merece. Nos mencionó que vendría en ocasiones especiales, y que a diario nos hablaría por teléfono, dos semanas después lo ha cumplido.
Mis papás al verme no dejaron de abrazarme, aceptaron de maravilla mi relación con Lety, ayer partieron para Londres, y se fueron contentos con la reestructuración de Conceptos, pero sobre todo al vernos felices tanto a Marcia, Ariel, Ana Leticia y a mi por supuesto.

Sin buscarlo llegó mi momento profesional, por decisión unánime la presidencia regreso a mis manos, al principio no sabía si me lo merecía, al final descubrí que me siento listo para esta aventura que es Conceptos, claro que con la gran plantilla de ejecutivos, estoy seguro que aunque regresen los problemas, no se empeorarán con metas absurdas, contrabando, o disminución de costos.

—Buenos días. Don Fernando, ya lo esperan en la sala de juntas.
—Gracias Paula María. En un momento estoy ahí.

Colgué el teléfono, y me dirigí a la sala de juntas, al entrar mi sonrisa se iluminó al verla al lado de mi silla. Cada día lucía más hermosa, amaba como se veía con el cabello suelto, largo y oscuro, era como una Diosa que bajó del Olimpo para mí. Su esencia era única, me daba la vida, saber que me entregaba su vida a diario como yo lo hice desde que la conocí.

"Buenos días." Dije al entrar. "Hola mi amor." Sonreí, me acerqué a ella, tomé su rostro y la besé.

"¡Ay Lagartija! Ten un poquito de respeto por nosotros. Mis ojitos no quieren ver ese espectáculo." Lugui se tapó la cara con sus manos.

La Fea Más Bella: ¿El final de nuestra historia?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora