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Un individuo caminaba por las calles de un pueblo desconocido, ahora regresaba del mercado y se dirigía de nuevo a su departamento. Regresaba con lentitud y disfrutaba del clima frio a su alrededor, y durante ese transcurso, la mirada de algunas aldeanas fue inevitable, sobre todo por parte de las maduras quienes no podían apartar su vista de aquel fuerte, alto y guapo hombre.

El hombre se detuvo en medio de la calle repentinamente y miro a sus espaldas, después de unos instantes, volvió a caminar pero esta vez con mas velocidad. Aquel hombre miro una vez mas a sus espaldas e inmediatamente saco un Kunai especial haciendo que desapareciera entre relámpagos al bosque del pueblo. 

Una vez ahí, miro a su alrededor y abrió levemente los ojos sorprendido, sonrió y finalmente dijo — Ya sal, las he sentido...¿Cómo has sabido que me teletransportaría aquí? 

Una sombra salió de entre los arboles saltando y quedando frente al hombre — Debes recordar que no eres el único a quien Papa le enseño el "Dios del Trueno", al llegar aquí sentí el kunai y supe que aquí seria donde vendrías si algo salía mal.

— ¿Qué te trae a mi? Dudo que sea una visita social, y menos después de tantos años...Kushina.

Antes de que la nombrada Kushina pudiera responder, otra sombra salto y se hallo a su lado anunciando — Al fin te hemos encontrado, Shinachiku...

Vaya, Sarada...es un gusto verte, a ambas — Dijo Shinachiku 

— No podría decir lo mismo, hermano, y menos en las circunstancias en las que hemos venido a buscarte... — Expreso Kushina.

La confusión invadió el rostro del rubio, miro como su hermana y Sarada se veían mutuamente antes de asentir y mirarlo nuevamente.

Shinachiku, te hemos buscado por que te necesitamos de vuelta, el país te necesita, Konoha te necesita, y es urgente — Expuso Sarada seriamente.

El rubio rio incrédulo — Por favor, díganme la verdad...¿Qué es lo que verdaderamente las trae por aquí?

— Sarada ya te lo ha dicho, todos necesitan que vuelvas... — Expuso Kushina irritada.

— No me necesitan, si así fuera ¿por que hasta ahora me buscarían?...vamos Kushina, tienes buena memoria, así que dime...¿Cuántos años han pasado desde que me fui de la aldea?

— Casi trece años...

¿Lo ven? Sea lo que sea no me necesitan, además...¿Para que me buscan? el gran y poderoso Séptimo Hokage esta ahí, que sirva de algo y que lo resuelva el — Sentencio Shinachiku molesto.

¡Maldito idiota, no lo entiendes! ¡Ese precisamente es el problema! — Grito Kushina — ¡Papa ha muerto! 

Por primera vez en toda la conversación, Shinachiku mostro un rostro diferente que no contenía irritación, molestia o indiferencia, eso ambas mujeres pudieron verlo. El rubio se dio media vuelta y acaricio levemente su rostro ante la incomoda tensión que tenia, respiro profundamente y pregunto.

— ¿Qué fue lo que le ocurrió? 

— No lo sabemos, era la señora Sakura quien estaba con el pero no quiere revelar nada... — Comunico Sarada.

— Mama... — El rubio apretó sus puños al recordar a su madre.

¡Debes regresar, ignora todo y olvida tu desprecio a la aldea! ¡piensa en nuestra madre! — Grito Kushina una vez mas.

Shinachiku se dio media vuelta y termino asintiendo levemente — Bien...vayamos a Konoha.

Fin

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