CAPÍTULO 1

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Me pasé la noche pensando en las cosas que pueden cambiar de un momento a otro, creo que la vida consisten en momentos, momentos felices y momentos de dolor.
Aveces no se como manejar lo que siento, aveces me pierdo en mis pensamientos y no sé como continuar viviendo.

Me senté en el borde de mi cama, con la mente en blanco.

No quería seguir con la misma rutina pero es lo que tenía que hacer.

Miré el reloj, y ya era hora de entrar a la escuela.

Salí corriendo de mi cuarto empujando a mi padre, agarré mi bicicleta y manejé rápido para no llegar tarde....otra vez.

Hoy iba hacer un día importante, ya que hoy iban a pasar algunos alumnos del turno tarde al turno mañana, creo que los cambiaban por mal comportamiento o algo así, no estaba bien informado.

Cuando llegué a la escuela, dejé mi bicicleta en la entrada y corrí al aula de Comunicación .

Vi que todas las aulas estaban cerradas, ya habian empezado las clases y yo recien llegaba, toqué la puerta y nadie me abría, asi que seguí tocando hasta que alguien quisiera hacerme caso.

Cuando estaba apunto de irme, la profesora abrió la puerta. Era alta y muy delgada, tenía ojeras como bolsas y su mirada daba miedo. Por eso nunca estudiaré Educación.

-Jayden, vuelves a llegar tarde y nunca más te dejo entrar a mi clase, te quedó claro?- dijo mientras me abría más la puerta para que pasara.

-pero solo he llegado tarde unos días- dije con inocencia, era una gran mentira.

-Solo unos días?- bufó- has llegado tarde todo el año, acaso no tienes despertador o que?

Ni siquiera la miré y me conduje a mi asiento, fue ahí cuando noté que había gran cantidad de alumnos nuevos. Y alguien estaba sentado en mi lugar, era una chica.

La miré , no sé cómo expresarlo; tenía cabello castaño un poco oscuro, tenía un collar que no logré ver bien en ese momento, su rostro era como porcelana, no tenía ni una pizca de maquillaje, pero se veía bien, y entonces vi...sus ojos verdes claros, ella me miró y yo no podía apartar la mirada.

-Necesitas algo?- su voz sonaba apagada y fria a la vez.

-Hola, me llamo Jayden, emm- no sabia que decir, y ella me interrumpió.

-Y....

-Es que...este es mi asiento.

me miró con una sonrisa sarcástica

-Pues ya me senté en él, busca otro lugar- me miró y su mirada era penetrante, pero había algo que me llamaba la atención de ella. No supe qué más decir asi que...

-Es que...los que se sientan allí- señalé el único asiento libre- esos chicos me van a molestar- dije refiriéndome a los que se sentaban al otro lado; eran unos molestosos.

Frunció los ojos y otra vez me miró.

-Pues no hay de otra que sentarse alli, porque no pienso pararme y sentarme entre hombres- cuando lo dijo, me sentí un poco herido y no tuve otra opción que irme al otro asiento.

Soy un chico tranquilo, no me meto en peleas, no soy muy sociable, y casi nunca digo lo que pienso, pero hay algunos chicos que hablan de mi familia sin saber la realidad. No digo nada para no causar problemas, pero me siento mal por no tener el valor de defenderme.

Cuando me senté, los chicos de allí me miraron y empezaron a hablar.

-Oye Jayden, ya viste a tu madre? El otro día la vi con un señor drogándose en un bar, creo que se ha follado a casi todo ese vecindario, debería darte vergüenza ser hijo de una perra.

Los otros chicos se rieron, yo solo mantuve la cabeza baja. La maestra había salido un momento, así que nadie decía nada.

Cuando menos lo esperé, escuché un cuchillo clavarse en mi mesa. Salté del susto y los demás chicos también.

-Vuelve a molestarlo o a hablar de su familia y te las verás conmigo.- Dijo la chica con ojos desafiantes, daba un poco de miedo. No pude evitar mirarla y pregúntame: "¿pero que se suponeque hace?"

Los chicos empezaron a reírse y otros a verle el cuerpo a la chica.

-Dulzura, piensas que me vas asustar? aunque me gusta tu actitud, deberíamos ser amigos, o si quieres algo mas- le dijo lamiéndose el labio.

Ella rio y sacó el cuchillo clavado de mi asiento, lo miró y después me miró a mi, se acercó al chico, el idiota la miró hipnotizado mientras ella se acercaba a él, se acercó a su oído y sin que el chico se diera cuenta le puso el cuchillo muy, pero muy cerca de lo que tenia en su entrepierna, sin causar mucha presión, pero el chico dejó escapar un gemido de dolor, si ella presionaba mas, quizás le sacaría sangre.

Se acercó más a él y le susurró al oído, aunque todos pudimos escuchar lo que dijo, creo que lo hizo para dejar en claro quien manda.

-Mi nombre es Blake, no dulzura - dijo con firmeza- no pienso asustarte, solo te estoy dejando en claro que aunque seas hombre no significa que me trates como se te dé la gana, a mi me respetas aunque no quieras- el chico no respondió pero cuando ella presionó más el cuchillo, el chilló:

-Si, si, ya entendí.

-OKEY, si lo vuelves a molestar, yo lo sabré y después de eso no tendrás esa cosita que tengo presionada ahora, entiendes?- el chico asintió con la cabeza - bien,- ella empezó alejarse y el chico tomó aire y la miró con mala cara.

Después de eso, ella se fue a su asiento, guardó la navaja, y no volvió a voltear la cabeza.

Su amigo lo miró con picardía.

-oye, si, estuvo intensa, me gusta.

-No quiero que sea una chica fácil, pero me gustan los retos - ellos se empezaron a reír y hablar de sexo y de los cuerpos de las mujeres,

no puedo creer que haya hombres tan mierda en este mundo.

La clase transcurrió tranquilamente, esperé que Blake volteara y me mirara, pero no lo hizo.

Sonó la campana y todos salieron de clase, yo corrí cuando vi a Blake alejarse, y me paré enfrente de ella para darle las gracias. Cuando ella me vio puso los ojos en blanco.

-Oye, gracias, por ayudarme, no tenías que hacerlo, pero gracias, no me lo esperaba.

Ella me miró con curiosidad pero después cambió otra vez a la cara de indiferencia.

-No deberías dejar que te traten así, tienes que defenderte solo.- dijo como si estuviera incómoda o molesta.

-si, lo sé, pero no se me hace tan fácil como a ti.

Ella suspiró:

-Hay tanta gente de oro creyéndose basura por culpa de gente basura que se cree oro. No te dejes tratar como basura, no siempre va haber personas que te ayuden.

No sabía si lo que me dijo era un consejo o trataba de decirme que no me volvería ayudar.

-Puedo acompañarte a tu casa? Se que suena raro, pero quiero compensarte por tu ayuda

Otra vez me miró con indiferencia.

- ¿Qué te hace pensar que puedes acompañarme, crees que necesito o quiero amigos? no necesito nada a cambio, solo vete, no tienes que agradecerme nada. - dijo molesta, no entiendo porque se pone así cuando alguien trata o pone interés en ella.

Creo que se dio cuenta que me dolió lo que dijo, y me regaló una media sonrisa. Y se fue.

Miré cómo se iba, y no sabía explicar eso que sentía, era como una corriente que me decía que me acercara a ella. Lo único que quería era conocerla.

CONOCER A ALGUIEN NO PUEDE DAÑARTE, NO?

KAIMÓSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora