-JAYDEN-
Estaba en casa del abuelo, era lo mas aburrido del mundo.
O quizás ya me estaba acostumbrando a estar en un mundo lleno de problemas.
La casa del abuelo era muy vieja, pero se veía bien, tenia 2 pisos, su infraestructura era como de la edad media, o como esa casas de las películas de terror.
Mi habitación aquí era como toda la sala y cocina de mi casa, era lo único que me gustaba del lugar - Mi Habitación-.
No quería salir a ningún lado, solo estaba leyendo un libro super interesante, era de misterio - esos libros son de los mejores- también tenia mis audífonos puestos por si alguien venia a molestarme, realmente no quería hablar con nadie.
Yo solo quería...
AGGG, yo solo quería hablar con ella, quería saber como estaba, si le había pasado algo o si necesitaba de mi compañía, no lo se, ni siquiera me importaba las excusas que me inventaba en mi mente, solo la quería cerca.
Para mi suerte, ni siquiera tengo su número.
¿¿¿Por qué carajos no tengo su número???
Me agarré el cabello con desesperación, no sabia que hacer, esto de pensar en alguien es muy extraño, me causa inseguridad.
¿Por qué no puedo saber nada de ella ahora? ¿y si su padre le hiso algo, o si esta en peligro? o si...?
-Bienvenido otra vez Jay
Esa voz....
Esa voz se me hacia familiar...
Acaso es...
Me levanté de mi cama y vi a la persona menos esperada en mi habitación.
-Lu?
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CONTEXTO:
Toda mi niñez lo pasé en la casa del abuelo, mis padres tenían muchos problemas, así que viví aquí toda mi niñez.
Aquí entra Lu en mi historia.
Lu era la vecina - ya lo sé, muy cliché, pero yo no tengo la culpa de que viviera allí, ¿ok?- nos conocimos cuando teníamos 5 años.
Un día yo estaba en el parque que está al frente de la casa del abuelo; como siempre, solo.
En mi defensa, estaba viendo unos comic que encontré el el armario del abuelo- no sabia leer, pero quería ver los dibujitos- en ese momento se me acercó Lu, era una niña regordeta, con unos cachetes rosados y unos lentes a cuadros.
Lo que hiso ella fue sentarse a mi lado y leerme lo que decía el comic, no tengo ni idea de como sabia leer, pero simplemente lo hiso.
Desde ese momento jugábamos y yo iba a su casa a jugar, me sentía tan bien estando allí, los Tomsom eran buenos conmigo - su familia- y a veces me quedaba a dormir en el cuarto de invitados.
Fuimos a la playa juntos, al cine, a la escuela, a los cumpleaños, a los juegos, a los museos, a todo lugar divertido, hasta que tuve que irme.
Por qué la felicidad no es para siempre ¿verdad?
A los 10 años mis padres me llevaron a otro lado a vivir, lejos del abuelo, lejos de Lu.
La extrañé mucho, mas que todo en los primeros años de escuela, me sentía tan solito.
Nos llamábamos a diario, hasta que mi madre rompió mi antiguo teléfono y perdí su numero.
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Cuando la vi, no podía creerlo, estaba...me refiero...estaba diferente, no era la misma niña de ese entonces, la niña regordeta o cachetona, ahora era...no sé como decirlo...se veía muy...hermosa.
Sus ojos estaban brillantes de la emoción, sus cachetes seguían igual de rosados, pero le quedaban muy bien, ya no era rellenita, sino que...bueno, se podría decir que era una chica de los sueños húmedos de cualquier otro chico.
No sabia como reaccionar, había pasado tanto tiempo, pero antes de que pudiera reaccionar, se tiró encima mío y me abrazó. No sabia que decir, así que solo...la abracé, porque también la había extrañado.