Capitulo siete
Narrado por Antón
No estoy disimulando la vista desde que llegue, siempre la tuve sobre el, incluso cuando Richelle me saludo. No tengo nada que ocultar, no tengo miedo, y me siento seguro de lo que siento y lo que me atrae, algo que no lleva su nombre en ningún lado, entonces sí estoy seguro los demás no dudarán, es lo que me gusta pensar.
Él sostiene mi mirada, sería como un juego infantil en el cual competimos por quien parpadea primero, el cual no seré yo. Alaric y Richelle se encuentran hablando que por educación no estoy interesado en escuchar. Los cuatros esperamos a la salida de la pelinegra amiga de los dos, mía también podría decir.
-¿Ya hicistes nuevos amigos en la Uní?- Klein es el primero en alejar la mirada de los dos para dirigirla a quién va su pregunta
-Más que amigos diría que una especie de club fan de acosadoras, apuesto que si Richelle estuviera ahí, fuera la presidenta- confiesa mi amigo entre risas
-Yo creo que actuaría más como perra en celos
-¡Oye!- se queja la nombrada cruzándose de brazos dándole la espalda al pelirrojo que no para de reír -Yo creo que si estuvieras ahí, estuvieras babeando por algún chico
-No digo lo contrario, si conoces a alguien lindo, no dudes en presentármelo, de lo demás yo me encargo- y los tres se encuentran riendo de lo que dijo el pelirrojo, y yo mantengo mi cordura de hombre serio
Pasó la mano por mi cabello dando unos pasos en mi lugar, casi pareciera que estoy ansioso o nervioso y lo que es peor, es que siento una especie de cosquillas cuando habla acerca de otros chicos. No es mi problema que se encuentre, abrace, bese o folle a otro tipo... ¡Mierda! Sí que es un problema, no quiero saberlo...
-¿Todo bien, Anton? Estas callado- pregunta Alaric y me encuentro afirmado a su pregunta con la cabeza
-Solo estoy pensando en algo que me dijo Jenell que no logro recordar- miento, no quiero hablar de lo que pienso, porque en primer lugar no quiero darle importancia a eso -Tengo que irme a entrenar, nos vemos mañana, tal vez- lo cual es otra mentira, solo quiero salir corriendo
-Esta bien, suerte
Asiento en despedida y le regalo una media sonrisa a Richelle, ante de todo soy caballero. Me alejo de todos camino hacia mi auto, subo déjando mi teléfono en el asiento y apoyo mi cabeza en el volante
-Deja de pensar en eso de una puta vez
Me digo a mí mismo cuando la imagen de Klein y yo en los vestuarios de la organización después de mi pelea invade mi mente. Cuando mi cuerpo cubrió el suyo y sentía calidez a pesar de llevas puerto solo una toalla en la cintura, como sus labios no perdieron el sentido al sentir los míos y seguía el juego. Sus manos apretando mis hombros y mi maldita confusión que no ayudó a resolverla, sino la empeora, pensé que si llegaba a ello todas las ideas relacionada se esfumaría pero solo confunde más y es jodidamente inquietante.
Mi teléfono vibra en el asiento de al lado y lo tomo viendo una llamada de Jenell, a aprendido a llamarme, porque pongo mi contacto en un punto donde es común y a través de los años aprendió a saber su localización, no sabe escribir mensajes y por lo general cuando llegan son de Vel usando textos predeterminados. Agarro el celular y contesto llevandolo hacia mi oreja
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Metido en un enredo. Saga Dämonen, segundo libro
Teen FictionDämonen, organización relacionada con asuntos ilegales. Antón, un peón más de esta organización. Klein, un chico ingenuo que no sabe el enredo que ayudó a formar. Antón vive seguro de su realidad, cae pero se levanta, hablan pero sigue siendo el mi...