Como era de esperarse, el de mayor edad golpeo primero, con aires de gran confianza y los demas dioses no eran la escepción, todos con la misma sonrisa arrogante y la seguridad de que el mas poderoso ganará sin un solo rasguño y en poco tiempo.
Claramente, esto a Poseídon no le importó mucho, solamente mantenia su mano en su palida y fria mejilla, mientras observaba como su anciano y odioso hermano era herido facilmente por un debil mortal. No negaba que se sentia enfadado con su hermano, por no poder ni siquiera tocar a aquel humano rubio que lo golpeaba a velocidades extremadamente rapidas.
En el otro lado de la arena, las Valkirias responzables del Ragnarok miraban el combate atentas, nerviosas y con esperanzas de que Adān pudiese ganar aquel encuentro con su habilidad. Los Ojos del Señor.
La menor estaba mas preocupada por su hermana que por el objetivo principal de la batalla que se estaba dando a cabo, mientras que la mayor observaba con expresion seria y atenta el combate. Pero en el interior rezaba, a la unica deidad que esta segura de que la habría apoyado, ayudado y asistido en aquella batalla final a favor de la humanidad.
Una de los catorce Dioses del Panteón Griego. La esposa del Dios Poseidon, la Diosa de las Mariposas y la mensajera de almas; ____.
- ____-sama, escuche mis plegarias, ayude a Adān a vencer a ese anciano - le rezaba a aquella diosa con amor incondicional hacia los humanos.
Como otros dioses, Heracles, de su mismo Panteón, el Dios de la Fortaleza y otra deidad que adoraba a la humanidad y le deseaba lo mejor como hacia ella. Y tambien estaba Buddha, - no se cual es su Panteón, cuando busque me salio algo llamado Bodhisattva - con quien compartia una afision por los dulces y un cariño hacia la raza humana.
Sin embargo, Buddha tambien buscaba algo mas, aparte de llevar una buena relación con la deidad Mariposa, estaba interesado romanticamente en una semidiosa del mismo Panteón Griego, Kōra, quien era considerada como la hermana menor ____, la guardiana de las almas y las flores.
Pero eso es para después.
La hermana de cabellos lilas y cortos estaba demasiado nerviosa, no confiaba al cien por siento en el humano que estaba luchando, siendo sincera no confiaba del todo en ningún humano que combatiría en el Ragnarok, aunque sus hermanas ayudaran en batalla, bueno, ¡eso la hacia desconfiar aun mas!.
- Calmate Geir - habló la pelinegra a su lado, haciendo que la mas baja la volteara a ver, confundida -, todo saldrá bien.
No entendia a lo que su hermana mayor se referia, ¿saldrá todo bien?, ¿que quiere decir con eso?, eso dice la gente cuando algo malo pasa o esta por pasar. Esas cosas eran las que pasaban por la mente de la menor en aquellos momentos, y decidió mirar las nubes para intentar calmarse para seguir viendo el combate.
- Juraría que la vi.... - pensó. Dios, aun muerta en su forma divina, ¿seguia allí?.
En la reunión de las mayores de las hermanas Valkyries, las menores de quedaron bajo el cuidado de la deidad Mariposa en nada mas ni nada menos que el Palacio del temido, arrogante y deseado Poseidon.
Se encontraban en el jardín de aquella construcción, con su cesped fresto y brillante, gran y gratificante espacio y una increible cantidad de animales pequeñitos, y una que otra bella mariposa por culpa de la pelinegra mayor.
- ____-sama - llamó una, haciendo que la nombrada dejara de ver el cielo en un comodo silencio, o a menos para ella -, ¿segura que a Poseidon-sama no le enfadará que estemos en su Palacio?.
Se le veia nerviosa, en cualquier momento esos nervios podian convertirse en miedo. No.
- Su hermana mayor y yo arreglamos todo para que estuvieran aqui mientras el estaba ocupado - habló calmadamente, con su voz calmada y bella sonrisa.
Aquello, increiblemente, calmo a las Valkyries menores, haciendolas suspirar y finalmente perderse en lo tranquilo del bello jardin que regalaba la femina para pasar el rato. Jugaron con las vidas silvestres que estaban ahi, pasaron una tarde muy linda, sin el semblante molesto y sombrio del Dios Griego mayor.
La recordo con alegria, mientras volvia su vista a la arena, donde el Titan y el humano seguian peleando, Adān sin ningun rasguño y el viejo de Zeus estaba casi agotado, estaba demasiado cansado.
- ¿Seguro que puedes? - le preguntó el rubio, mirando al mas alto... y viejo, respirar pesadamente.
La mayoria del bando divino no era capaz de entender el porque de la actitud tan familiar del humano hacia el Dios, nisiquiera los mismos de su propio Panteón eran capaces de hablarle con tal confianza y desinteres. Pensaban que eso era una imperdonable insolencia y estaban en shock al ver como el humano no desistia.
Mientras tanto, el rubio miraba el combate con cada vez mas desinteres, con una molestia que le quemaba el centro del pecho empezando a crecer, hasta que inconsientemente comenzo a acariciar el mango de su tridente, especificamente donde estaba un rubi tallado el forma de mariposa. Como todos deben suponer, fue un regalo de su esposa.
Aquello lo calmo un poco, mientras tomaba una bocada de aire y bebia un poco de agua que su sobrino le habia ofrecido; el combate aun no se acababa. Y eso que el mayor en apariencia estaba que se desmayaba.
Sin embargo, su tipica expresion fria, aburrida y visualmente triste, se volvio de cierta sorpresa, ya que vio la figura de su egocentrico y caprichozo hermano menor apunto de ejecutar un ataque que antiguamente era de su padre, el unico atque que pudo conectar en contra de Zeus en la Titanomaquia.
- ¿Usarás eso en contra de un miserable humano? - se preguntó, frunciendo un poco el ceño.
Bebio un poco mas de su agua, virando la vista, claramente sin ver otra cosa mas que el suelo, al oir su nombre ser dicho por Afrodita, quien le pregunto su opinion sobre la estrategia de su hermano en el combate. No respondio, solo viro de nuevo sus orbes hasta ver otra vez la arena, con su hermano en el suelo y la cabeza al revez.
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𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚 | ᴘᴏsᴇɪᴅᴏɴ
Fanfiction"𝗠𝗜 𝗠𝗔𝗥𝗜𝗣𝗢𝗦𝗔" Durante la tercera ronda de la batalla final entre Dios y Hombre, Ragnarok, en la cual el soberano de los mares Poseidon y el mayor perdedor de la historia Sasaki Kojiro se enfrentaban a muerte. Sin embargo, el Dios no habia...