𝐹𝑜𝑢𝑟 𝑏𝑢𝑡𝑡𝑒𝑟𝑓𝑙𝑦

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- ¡Lord Poseidon~! - llamo nuevamente la femina con su sonrisa tipica - Eh, eh, Lord Poseidon~

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- ¡Lord Poseidon~! - llamo nuevamente la femina con su sonrisa tipica - Eh, eh, Lord Poseidon~.

Hace unos momentos la reunion entre las Deidades del Panteón Griego habia concluido, yendose cada divinidad por su lado; mientras el creia que podia irse tranquilo por los pasillos hasta ir a su sereno mar, ella siendo -como el la veia en ese momento- un total fastidio andante, le acompañaba con la otra detras mientras le hablaba.

- Callate si no quieres perder tu odiosa cabeza - solto molesto, acelerando su caminar.

La griega mayor habia frenado abruptamente tras las crueles y frias palabras que salieron de la boca del mayor dirigidas hacia ella; aunque en su exterior parecia que solo le impresionaron, por dentro, bueno, estaba igual. Zeus le habia contado que su hermano mayor era grosero, frio, enojón y algo sadico para algunas cosas.

Ella en cambio, solo sonrio a ojos cerrados, curvando sus finos labios pintados de tonos rosas gracias al labial que se habia puesto, iluminados por la grata luz de sol, sus palidas mejillas se marcaron un poco, ya que eran algo llenitas. Los largos mechones negros de su brillante cabello se movieron cuando inclino su cabeza, antes de al fin encaminarse a su respectivo dominio.

- ¡Nos vemos Lord Poseidon! - escucho el rubio a sus espaldas, cuando volteo solo pudo ver a las deidades pelinegras y extrañss irse a su templo, dandole la espalda.

- ¡Nos vemos Lord Poseidon! - escucho el rubio a sus espaldas, cuando volteo solo pudo ver a las deidades pelinegras y extrañss irse a su templo, dandole la espalda

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Aquella ocación fue la primera vez que tubieron una conversación directa, la primera vez que el le dirigio la palabra, cuando por fin se "animó" a responderle. Ya que antes no lo veia necesario, si no que lo veia como una perdida de tiempo.

Fue esa conversación la cual provocó que el se interesará en ella, o en sus terminos, cuando se enteró de su existencia; haciendo que estuviera al pendiente de lo que hacia, si al principio solo fue para juzgar sus acciones, con el paso del tiempo fue por gusto, para saber que hacia ella.

____ era parte de los númerosos hijos de Zeus, en sus inicios fue protrgida de Afrodita y luego tomo un lugar entre las deidades predominantes. Tomando el puesto que ocupó hasta el fin de sus dias; su recordada coronación fue unos doce mil años antes de la creación del primer humano. El que ahora se econtraba muerto.

Zeus habia caido rendido al suelo de rodillas, con sus musculos esparsidos por el suelo, con la mirada en diagonal con destino la las puntas de los pies de Adān, quien aun se encontraba de pie.

- ¡Esta muerto! - se escuchó por toda la arena, Heimdall había anunciado el verdadero resultado del segundo combate.

El primer hombre, el pecado original, el padre de la humanidad habia muerto mucho antes de caer al suelo, sin embargo siguio golpeando, hasta que el mayor cayera al suelo de rodillas, lamentablemente no pudo aguantar todo ese tiempo. Falleció protegiendo a su familia.

Hasta el mismo Dios entre Dioses Zeus, dijo que si hubiese sido una competencia de resistencia, el humano Adān habria salido victorioso.

~Bien hecho, padre... Adān~

Mientras el alma del rubio se rompia en pedazos, listo para caer en propiedad del cosmos, se desvanecia junto a la septima Valkyrie que le habia ayudado en el combate, siendo recibidos por unos calidos brazos.

- eh? - en el divino e infinito cosmos, el cual se manisfestaba en un bello, tranquilo y extenso jardín.

Aquel jardín tenia césped fresco y cortado a la perfección, con arboles de cereso y sauces llorones, flores hermosas y bellas mariposas; como varias religiones lo indican, el fin puede ser un Paraiso.

- Muy bien... - escucharon a sus espaldas, la misma persona que los habia recibido con los brazos abiertos, voltearon su cabeza y la vieron, sonriendoles - Lo hicieron excelente.

La chica empezo a sollozar, preocupando al rubio quien intento ayudarla o al menos preguntarle que pasaba, cuando la pelioscura abrazo a la ojirosa con fuerza creyó entender un poco la situación; y la verdad es que la habia extrañado muchisimo.

La mayor aceptó el abrazo tranquila, además de ofrecerle a Adān unirse a el, estirando un brazo, los ojos azules del varón miraron atentos a los ojos rosas de la mujer, los cuales tenian un brillo maternal y generoso; aceptó el abrazo, uniendose los tres en aquella muestra de cariño.

- Estoy muy orgullosa - susurro, ganandose el apriete de la menor.

Las humanos estaban callados, mientras que los Dioses empezaban murmurar que habian vencido; los mortales estaban orgullosos de su progenitor, el cual había dado todo lo que tenia para defenderlos.

Admirable muerte, admirable permiso para descansar.

Mientras el mayor se retiraba de la arena para asi descansar y poder curarle sus variadas heridas; los primeros hijos de Adān y su esposa lloraban, ya que lo habían perdido para siempre.

A pesar de la segunda perdida consecutiva para la humanidad, el tercer representante de los Dioses estaba totalmente desconcentrado de esto, estaba recargado de la espalda contra la pared, y diminutas lagrimas amargas salian de sus bellos ojos, no deseaba luchar sin ella apoyandolo, animandolo y esperandolo en las gradas.

Cuando estaban escribiendo la Constitución del Valhalla y estaban en la parte del Ragnarok empezaron a bromear sobre quienes pelearian si su diversion se diera a cabo, y en ese momento, la ojirosa, que en ese momento no era nada mas que una deidad de unos.... cien años. Comentó con animo que apoyaria al Dios Poseidon, a quien admiraba mucho en ese entonces.

- No creo... - creia que el dolor en el pecho se extendia a su cabeza, como un martillo golpeandolo reiteradamente en el mismo punto exactamente - tener la fuerza...

Se sentia de muchas maneras insuficiente, impotente, de no haber protegido a su adorada esposa y ahora, ¿pelear en contra de los seres que su amada siempre protegia?. Limpio sus pequeñas lagrimas y trato de ser firme por ese momento, en aquel combate, donde ganaria en nombre, mas que nada, de ella.

- Poseidon - le llamo la rubia del Panteón.

- ¿Qué? - dijo seco.

- El tercer combate comenzará, deberia ir - aconsejo, en tono suave, intentando no enfadarlo.

- Bien.

Caminó hasta dejarla atras sola, preparandose para asesinar al humano con quien pelearia, y deseaba matarlo por ser parte de una raza enfermiza que su adorada mujer perdió tanto tiempo en defender y proteger, muriendo en el acto.

𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚 | ᴘᴏsᴇɪᴅᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora