𝑇ℎ𝑟𝑒𝑒 𝑏𝑢𝑡𝑡𝑒𝑟𝑓𝑙𝑦

6.6K 539 11
                                    

Obvio nadie se lo esperaba, ninguna deidad, humano, Valkyrie o si quiera sus propios hijos esperaron que Adān copiara aquel movimiento simultaneamente, esquivandolo por los pelos y conectando su puño con el puño de acero contra la mejilla de Zeus. Haciendo su cabeza quedar en su nuca, literalmente.

- Idiota - solto sin pudor alguno, completamente decepcionado, era un perdedor totalmente, ser noqueado por un humano. Avergonzante.

La arena quedo en un silencio absoluto, hasta el mismo Heimdall estaba con el alma fuera del cuerpo, no sabia como actuar, aunque los humanos estaban en el termino medio. El rubio solo miraba al gran titan en el suelo, sin signos de volver a levantarse; para mirar al cielo. Pensando y diciendole las gracias.

- Gracias por esta tecnica anciano... - dijo para voltear sus ojos para verlo - Por eso te avise...

Volvio a perder su tranquila mirada en lo celeste del cielo, recordando su pasado antes del Ragnarok, cuando vivia tranquila y comodamente en el Jardín del Eden junto a los animales, para luego ser acompañado por su amada Eva. Sin embargo, un dia Eva fue sorprendida por la repugnante serpiente quien quiso poseer su frajil e indefenso cuerpo, al negarse como era de esperarse.... se vengó.

Con el juego arreglado el de tes verde culpo a la rubia mujer de comer del fruto prohíbido, como prueba mostro una manzana del mismo mordida por el mismo y con solo su testimonio como respaldo. La femina lloraba mientras la acusaban y la desterraban del Eden, lamentando no poder volver a su amado; quien posteriormente entró al jusgado con cada una de aquellas manzanas en cestas.

Caminaba con la mirada fria viendo al frente, a paso decidido hasta quedar frente al juez, cuando comenzo a morder sin ganas la roja fruta para despues escupirla a un punto del blanco y liso suelo.

Esta agria.

Fueron sus palabras antes de escupir la primera, para continuar con las otras; siguió una tras otra, hasta que solo quedaran todas las manzanas con una mordida en el piso y las cestas totalmentr vacias. Las deidades vieron con sorpresa y en silencio como lo hizo. Adān se acerco a Eva y le ofrecio la mano con una dulce sonrisa.

Confeso que si ella se marchaba, el lo haria con ella; la amaba demasiado como para verla irse sola, asi que soportaria cualquier castigo mientras estuviera a su lado. La serpiente enfadada al no consumar su venganza fue a atacar a la pareja rubia para destruirlos, afortunadamente Adān no retrocedio ante el ataque, si no que fue hacia el arrancandole las extremidades.

Uso Los Ojos del Señor en contra de aquel enemigo que lo amenazó a el y a su amada. Ignorando a los otros dioses y el delito presunto, se tomaron de las manos para caminar fuera del juzgado para formar su propio paraíso, ellos contra lo demas.

En el lapso de tiempo mientras se perdia en su dulce pasado, el dios aun no daba señales de poder seguir, dandole a entender a Heimdall que el vencedor inesperadamente era el mortal de pie.

- ¡El Dios entre Dioses Zeus! - pausa y tomo una bocada de aire - ¡Ha colapsado en el suelo!.

- "Dios entre Dioses", que curioso, venciste a tu propio padre y no pudiste vencerlo a el - penso el rubio, con algo de fastidio.

Se levanto aburrido del combate, dispuesto a irse y llamando la atención de los mas griegos y deidades importantes de otros panteones, con su gran tridente en su mano izquierda camino a paso algo apresurado para salir de ahi. Los pasillos, en ese momento, desolados y sin ningun alma presente, le daban calma y aliviaban un poco el dolor que comenzo a sentir por un momento.

Camino a pasos ahora lentos por los pasillos frios, con la vista como siempre en suelo, respiraba tranquilamente y se calmaba, mientras hacia el esfuerzo consiente de recordar a su esposa, quien hasta cuando no tenian nada mas que ser del mismo panteón lo calmaba rapidamente.

- ¿Cuñado Poseidon? - escucho una voz femenina calmada detras de el, volteo y vio a la supuesta hermana de su esposa.

- Kora. - dijo sin interes para retomar su andar, dejando a la femina sola.

Desde que la deidad mariposa fallecio, producto de la variada contaminacion que afectaba a las mariposas terrestres y comunes, habia cortado todo laso con su cuñada legal. Gracias a su enorme parecido, al ver a la menor de ambas recordaba mucho a la que alguna vez fue su compañera de vida.

La pelicula volvio a reproducirse en su mente, mientras daba sus pasos levemente sonoros alejandose de la femina dejandola parada atras, quien lo miraba con, casi literalmente, dos puntos y una raya en el rostro, tipo asi; •_•.

- No se te quitó lo grosero - penso mientras observaba la silueta del rubio alejandose, ahora con su rostro normal, aunque serio.

- ¿Kora-chan? - escuchó una dudusa voz a sus espaldas.

Volteo su cabeza menenando sus largos mechones delanteros, encontrandose con el dios que menos esperaba ver en ese momento. Una figura masculina alta y esvelta, con cabello largo y sujeto, gafas y una cesta llena hasta mas del tope con todo tipo de chocolates, paletas, galletas y otros dulces.

- Joven Buddha - dijo tranquila aunque inquieta.

Se tocó su suave pecho desnudo sintiendo los latidos rapidos de su corazon, mientras que empezaba a doler, era algo que le quemaba con algo frio, como si lo golpearan con algo en llamas congeladas; un dolor punzante y dominante en el centro que se expandia a todo su pecho, incluso se podria jurar que empezaba a ver un poco oscuro aquella zona.

Aún le dolia, aún le quemaba, aún le lastimaba no poder verla, no poder escucharla, no poder sentirla, incluso saber que jamas lo haria de nuevo. Saber que nunca mas veria esos rosados ojos brillantes y amorosos, que nunca mas podria abrazar su frajil y sencible cuerpo mientras dormian.... ¡Saber que nunca mas podria escucharla decirle un dulce y sincero "Te amo"!

Pensar que era todo un Dios, y le quitaron lo unico que hacia de su eternidad un hogar.






𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚 | ᴘᴏsᴇɪᴅᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora